Todos los detalles del homenaje que preparan los hijos de la Duquesa de Alba en el 10º aniversario de su muerte

La duquesa de Alba
(JAVIER ALONSO)

El 20 de noviembre de 2014 la casa de Alba anunció la más triste de las noticias. Cayetana de Alba, XVIII duquesa de Alba de Tormes, XI duquesa de Berwick y grande de España, entre otras muchas distinciones – era la mujer con más títulos del mundo –, fallecía en su adorado palacio de Las Dueñas, en Sevilla dejando tras de sí un legado incalculable. Y no nos referimos solo a su amplísimo patrimonio económico, inmobiliario y empresarial. La duquesa de Alba fue una mujer única, protagonista de una vida irrepetible e imposible de olvidar. Intrépida viajera, flamenca de corazón, aristócrata bohemia, madre, abuela y esposa hasta en tres ocasiones, todos los que la adoraron en vida, la recuerdan con cariño cada día.

Duquesa de Alba
(Gtres)
La duquesa de Alba con su primogénito, Carlos Fitz-James, actual duque de Alba
La duquesa de Alba con su primogénito, Carlos Fitz-James, actual duque de Alba (Gtres)

Por este motivo, tal y como aseguran personas del entorno de la familia que ahora encabeza su hijo primogénito, Carlos Fitz-James Stuart, no tienen preparada ninguna celebración por todo lo alto. “La recuerdan cada día, tratando de mantener vivo su legado”.

Ahora que se cumplen 10 años, los planes serán los mismos de siempre. Celebrarán una misa de recuerdo en la intimidad en uno de sus lugares favoritos de Sevilla, la ciudad en la que tanto disfrutó la duquesa de la cultura, la música y el arte, de su feria, de su palacio de Las Dueñas y donde pasó gran parte de su vida.

Los hijos del duque de Alba durante la misa homenaje
Los hijos de la duquesa, desolados, en su entierro (Gtres)

Tal y como aseguran las fuentes consultadas, la familia se reunirá el miércoles 20, fecha del aniversario, a última hora de la tarde en la sevillana iglesia del Valle, sede de la Hermandad de los Gitanos y lugar en el que descansan sus cenizas desde noviembre de 2014, cuando falleció.

Un templo cargado de emotividad para la familia Alba y que siempre supuso lugar de recogimiento y oración para la duquesa.

A la misa está convocada toda la familia, así como personas muy cercanas. Al tratarse de una cita en mitad de la semana, está contemplado que algunos de ellos no puedan asistir por motivos laborales y logísticos del día a día.

No obstante, en la memoria de todos ellos quedó grabada para siempre la sonrisa eterna y la generosidad de esta aristócrata que marcó una época convirtiéndose en pieza fundamental de la historia de España.

La duquesa de Alba
La duquesa de Alba, en una imagen de archivo (JAVIER ALONSO)

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