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El director Aaron Sorkin reveló que sufrió un derrame cerebral: “Pensé que no iba a poder escribir de nuevo”

Aaron Sorkin
Aaron Sorkin - Créditos: @NICO TAVERNISE/NETFLIX © 2020

Aaron Sorkin, uno de los mayores talentos del Hollywood actual, contó que hace un tiempo atravesó un difícil episodio de salud que lo llevó a replantearse un cambio de vida. La carrera de este guionista y director se extiende en la pantalla chica y grande, y de su pluma surgieron elogiados títulos como Cuestión de honor, El ala oeste de la Casa Blanca y Red Social.

Aaron Sorkin, cuando recibió el Oscar por el guion de Red Social
Aaron Sorkin, cuando recibió el Oscar por el guion de Red Social

En una entrevista con The New York Times, Sorkin reveló que sufrió un derrame cerebral en noviembre del año pasado. El guionista confesó que dudó mucho con respecto a si quería hablar o no de manera pública de ese episodio de salud, pero luego concluyó: “Si logro que al menos una sola persona deje de fumar, entonces habrá sido de ayuda”. En la nota, el ganador del Oscar también expresó: “Fue un llamado de atención gigante. Pensaba que era una de esas personas que podía comer lo que quisiera, fumar lo que quisiera, y nada iba a afectarme. Pero vaya si estaba equivocado”.

A lo largo de la entrevista, el ganador de un Oscar por el guión de Red Social explicó que se despertó una madrugada, y no podía dejar de llevarse cosas por delante. Al día siguiente fue al médico y al tomarle la presión arterial, la misma estaba tan elevada que le aseguraron que “debería estar muerto” , y le confirmaron que había sufrido un derrame cerebral. A partir de ese momento debió darle inicio a un concienzudo cambió de hábitos, y la primera medida fue dejar de fumar. “El cigarrillo era una parte mía, como lo es el lápiz para escribir, pero no quiero hablar mucho de esto porque empiezo a salivar”, confesó el guionista que hasta el momento de sufrir el derrame, fumaba cerca de dos paquetes por día.

Aaron Sorkin en el rodaje de "El juicio de los 7 de Chicago"
Aaron Sorkin en el rodaje de "El juicio de los 7 de Chicago" - Créditos: @Niko Tavernise/NETFLIX © 2020

En los meses posteriores a dicho episodio, Sorkin sufrió numerosas consecuencias físicas, problemas en el habla y para escribir, entre otras dificultades. Con pesar, el escritor aseguró sobre ese período: “Hubo un momento en el que pensé que no iba a poder escribir de nuevo. Y a corto plazo, creía que no iba a poder continuar con el guion de Camelot [ la pieza teatral que estaba elaborando y que tiene su estreno programa en Broadway, para el próximo abril]”. En el cierre de la entrevista, el autor confesó que todavía no puede saborear las comidas, pero concluyó: “Quiero dejar esto muy, muy claro. Me encuentro bien. No quiero que nadie piense que no puedo trabajar. Estoy bien”.

Aaron Sorkin director y guionista de "El juicio de los 7 de Chicago". Con Alex Sharp, Jeremy Strong, John Carroll Lynch y Sacha Baron Cohen
Aaron Sorkin director y guionista de "El juicio de los 7 de Chicago". Con Alex Sharp, Jeremy Strong, John Carroll Lynch y Sacha Baron Cohen - Créditos: @Niko Tavernise/NETFLIX © 2020

Uno de los proyectos más importantes de Sorkin fue la dirección y la escritura de El juicio de los 7 de Chicago. El film se centra en el conflicto legal que debieron enfrentar un grupo de activistas acusados de conspiración, incitación a los disturbios y otros cargos vinculados a las protestas contra la guerra de Vietnam acontecidas en Chicago, Illinois, en el marco de la Convención Nacional Demócrata de 1968. Sin embargo, no sería una obra de Sorkin si se tratara exclusivamente sobre eso. Ese adverbio colisiona con su estilo narrativo. El juicio de los 7 de Chicago es, también, un drama “en un tribunal”, a partir de la rivalidad entre dos hombres hermanados por la causa, Tom Hayden (Eddie Redmayne) y Abbie Hoffman (Baron Cohen), quienes a su vez chocan en los modos de protesta.

Ante el estreno de esa película, Sorkin hablo con LA NACIÓN, y explicó cómo surgió su amor por la escritura: “Tenía 21 años cuando escribí por placer por primera vez. Previamente, era una tarea que tenía que hacer para el colegio y nada más. Luego empecé a escribir diálogos. La primera vez fue un viernes a la noche, en circunstancias extrañas, toda la gente que conocía a esa edad estaba en una fiesta a la que no me habían invitado. Tenía dos dólares en el bolsillo, la televisión no funcionaba, el equipo de música tampoco. Estaba en un departamento muy pequeño en el que solo me podía entretener con una máquina de escribir vieja que estaba ahí. Empecé a escribir diálogo tras diálogo, me quedé despierto toda la noche, y siento que esa noche no terminó nunca”.