Muere David Lynch, el legendario director de "Muholland Drive" y "Twin Peaks", a los 78 años

El cineasta estadounidense David Lynch, director de éxitos como "Twin Peaks", "Terciopelo Azul" o "Muholland Drive", el 25 de mayo de 2017 en el Festival de Cine de Cannes, en Francia (Valery Hache)
El cineasta estadounidense David Lynch, director de éxitos como "Twin Peaks", "Terciopelo Azul" o "Muholland Drive", el 25 de mayo de 2017 en el Festival de Cine de Cannes, en Francia (Valery Hache) (Valery Hache/AFP/AFP)

David Lynch, uno de los gigantes del cine estadounidense que retrató el lado oscuro de la vida de su país en títulos como "Twin Peaks", "Terciopelo Azul" o "Mulholland Drive", falleció este jueves a los 78 años.

"Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría, 'mantén la vista en el donut y no en el agujero'", reza un comunicado de la familia en su página oficial de Facebook, en el que anuncia su fallecimiento.

La familia no precisa las causas ni el lugar de su muerte, pero el cineasta y guionista que vivía en Los Ángeles, anunció en agosto pasado que sufría un enfisema pulmonar tras años de fumador empedernido.

Desde la intriga sadomasoquista "Terciopelo azul" (1986) hasta el thriller lésbico "Mulholland Drive" (2000), Lynch se convirtió en cineasta mundial de culto con sus inquietantes retratos de la vida estadounidense que influyeron a directores como Quentin Tarantino o los hermanos Cohen.

Pero es posible que se le recuerde sobre todo por su fascinante e innovadora serie de televisión "Twin Peaks", pionera del género antes de que llegara la era del streaming.

Nominado al Oscar en cuatro ocasiones, el cineasta reconocible por su abundante cabellera blanca solo se llevó a casa una estatuilla honorífica, en 2019.

David Lynch estuvo nominado varias veces al Oscar a lo largo de su carrera, pero solo recibió una estatuilla honorífica en 2019. (AFP/LUCY NICHOLSON/AFP via Getty Images)
David Lynch estuvo nominado varias veces al Oscar a lo largo de su carrera, pero solo recibió una estatuilla honorífica en 2019. (AFP/LUCY NICHOLSON/AFP via Getty Images)

Este hijo de padre científico y madre maestra, que nació en Montana (norte) en el seno de una familia numerosa (cuatro hermanos) tuvo una vida errante.

Descubrió su pasión en la facultad de Bellas Artes de Pensilvania en los años 70, donde empezó a pintar y rodar cortometrajes.

Desde el principio, en su obra había personajes extraños y marginales. Su primer largometraje, "Eraserhead" (Cabeza borradora), rodado en 1977 en blanco y negro, trataba sobre un bebé deforme monstruoso.

Tardó en rodarla cinco años porque apenas tenía presupuesto. La ambientó en el deprimido paisaje industrial de Filadelfia y la impregnó de una inquietante calma que se convertiría en una de sus señas de identidad.

Pocas personas que la vieron la han olvidado. Ni siquiera otro maestro en ciernes de Hollywood, Stanley Kubrick, que no escondió su admiración.

Lynch prosiguió su afición por llevar a la pantalla las deformidades humanas en "El hombre elefante", dramatizando la trágica vida de Joseph Merrick, que nació con una grave deformación física.

Un irreconocible John Hurt en el papel protagonista obtuvo una de las ocho nominaciones al Oscar de la película, mientras que Anthony Hopkins interpretó al amable médico que se hizo amigo de Merrick en los años previos a su suicidio a los 27 años.

Fue un éxito internacional que catapultó a Lynch al estrellato de Hollywood, pero su poder de estrella se apagó después de la adaptación de la novela de ciencia ficción "Dune", que fue un calamitoso fracaso de 40 millones de dólares.

"Terciopelo azul" ("Blue Velvet") le enfiló a Lynch al camino del éxito y marcó el comienzo de una relación de cinco años con la estrella de la película, Isabella Rossellini.

Isabella Rossellini y David Lynch en Cannes en 1990. (Photo by James Andanson/Sygma via Getty Images)
Isabella Rossellini y David Lynch en Cannes en 1990. (Photo by James Andanson/Sygma via Getty Images)

En 1990, Lynch confirmó su regreso con la que posiblemente sea su obra más influyente: "Twin Peaks".

Ambientada en el ficticio pueblo de Twin Peaks, en el estado de Washington, cerca de la frontera con Canadá y llamado así por sus altísimos pinos, la historia de Lynch comenzaba con la recuperación en un lago de una bolsa para cadáveres en la que había una joven.

A lo largo de ocho episodios se fue instalando una extraña normalidad y el asesinato de bella Laura Palmer quedó sepultado bajo capas de misterio.

Fue un éxito en su primera emisión en ABC y formó parte de un gran año para Lynch, que también se llevó el primer premio en Cannes con su road movie "Wild at Heart" (Corazón Salvaje).

Lynch hizo una serie secuela de "Twin Peaks" en 1991 y un año después una película spin-off protagonizada, entre otros, por David Bowie junto al entrañable agente del FBI Cooper, interpretado por Kyle Maclachlan.

El lado oscuro del sueño americano fue una de las obsesiones de Lynch, pero se desvió del tema en "The Straight Story" para contar la historia real de un hombre que fue en su cortadora de césped de Iowa a Wisconsin para visitar a su hermano enfermo.

En 2006, con el estreno de "Inland Empire", un sombrío retrato de Tinseltown protagonizado por una desquiciada Laura Dern en el papel de una actriz abatida, Lynch dio por concluida su carrera cinematográfica.

Ese mismo año se casó y se divorció de su tercera esposa, Mary Sweeney, directora y productora de cine que había sido una de sus colaboradoras durante mucho tiempo.

En 2009 se casó por cuarta vez con la actriz Emily Stofle, con la que tuvo un cuarto hijo, pero a menudo estuvo ausente como figura paterna, consumido por su trabajo.

"Hay que ser egoísta. Y es algo terrible", dijo Lynch en 2018 sobre sus dotes como padre. "En realidad nunca quise casarme, nunca quise tener hijos. Una cosa lleva a la otra y ahí está".

En las últimas décadas exploró la fotografía y la canción hasta convertirse en un defensor de la meditación trascendental.

Lynch, fumador empedernido y devorador de café, solía sentarse dos veces al día desde 1973 a repetir un mantra durante 20 minutos y se convirtió en una especie de gurú del tiempo tras poner en marcha un "parte meteorológico" en línea de un minuto de duración que emitía desde su casa de Los Ángeles.

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