Disney se ha olvidado de la auténtica esencia de 'Pinocho'

Disney vuelve a la carga con sus remakes de clásicos animados en acción real, y en esta ocasión con uno de sus títulos más emblemáticos de sus orígenes. Se trata de Pinocho, nueva adaptación de la clásica historia italiana de Carlo Collodi que vuelve a cobrar vida de la mano de Robert Zemeckis, el aclamado cineasta tras Regreso al futuro en el que la casa Mouse ya confió en el pasado para ¿Quién engañó a Rober Rabbit? o Cuento de Navidad. La cinta se ha estrenado en exclusiva en Disney+ sin pasar por cines, siendo una producción realizada con el ojo puesto en la plataforma de streaming cuya ambición está lejos de remakes como Aladdin, La bella y la bestia o El rey león. Y es lógico, puesto que Pinocho no requiere de mucha grandilocuencia ni pirotecnia para contar su historia, sin embargo, sí requiere de un ingrediente que a Disney se le ha olvidado por completo.

Fotograma del remake de Pinocho (© 2022 Disney Enterprises, Inc. All Rights Reserved)
Fotograma del remake de Pinocho (© 2022 Disney Enterprises, Inc. All Rights Reserved)

Para ser sinceros, esta nueva Pinocho es un calco de la original. Salvo un ligero cambio al final y la introducción de nuevos personajes que complementan el relato, su desarrollo transcurre punto por punto idéntico al del clásico de 1940: El hada azul concediendo el deseo a Geppetto, Pepito Grillo actuando como la conciencia de Pinocho, este cayendo en las tentaciones de personajes como Stromboli o de lugares como la Isla de los Juegos y el rescate final en la ballena. Pero su visionado no desprende las mismas sensaciones, sintiéndose como una película sin alma ni emoción que, al ser más de lo mismo y peor, se acaba haciendo muy cuesta arriba.

Se puede pensar que el cambio de animación a imagen real puede tener la culpa, puesto que en el mundo animado la magia y la fantasía de estos relatos brota con más facilidad que en una cinta anclada en el mundo real. Pero la razón creo que se encuentra en que los responsables de este nuevo largometraje han prescindido de la esencia que caracteriza a Pinocho, el ser un relato de corte infantil con un trasfondo siniestro, melancólico y bizarro. Y es que, aunque desde pequeños siempre se nos haya vendido esta historia como una fábula para todos los públicos, su publicación original no tenía nada que ver con la historia inocente e infantil que tenemos en mente.

El libro Las aventuras de Pinocho del italiano Carlo Collodi está lleno de escenas oscuras, traumáticas y hasta violentas, puesto que el autor, que originalmente lo fue publicando en el periódico Giornale per i bambini, buscaba impactar con su mensaje sobre la desobediencia infantil. De ahí que incluso encontráramos descripciones como la marioneta ahorcada vilmente de un árbol que ni en sueños pensaríamos ver en una película Disney. Pero, aunque el clásico de 1940 se alejara por completo de este enfoque, sí supo mantener este toque siniestro en su trasfondo. Lo mucho que destacaba la vileza de villanos como los zorros o Strómboli, lo perturbador que era ver a todos los niños convertidos en burros y explotados o lo mucho que impresionaba ver a Geppeto y Pinocho siendo engullidos por la ballena, a muchos nos produjo escalofríos de pequeños. Y es que Walt Disney supo muy bien mantener este espíritu aún ciñéndose a un tono puramente infantil.

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En este remake, el esfuerzo del director Robert Zemeckis se centra en la espectacularidad visual, en recrear con efectos digitales punteros las secuencias de la cinta original y priorizar el espectáculo frente a la narración. Y al final, entre tanta pirotecnia, al terminar su visionado solo puedes pensar en lo bonito que luce todo sin reparar en el trasfondo tras sus escenas. Lo que le hace perder la magia.

Además, al ser Pinocho una historia llevada al cine en infinidad de ocasiones (este año incluso vamos a tener otra versión dirigida por Guillermo del Toro), el interés hacia esta cinta se hace nulo, sobre todo comparándola con recientes y notables adaptaciones como la que hizo el director italiano Matteo Garrone en 2019. Y es que aquella sí fue una adaptación de la historia en su más pura esencia, manteniendo su aroma infantil mientras no dudaba en abrazar su lado más bizarro y perturbador. De hecho, apostó por diseños de criaturas realmente terroríficos y hasta por incluir pasajes como el ahorcamiento de Pinocho. Y lo curioso es que viéndola no pierde la esencia de ser una película familiar para todos los públicos. Y esto es lo que ha Disney le ha fallado en su remake.

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