El ABC del sexo mindfulness

Texto: Irina Kenigsberg

Aunque solemos pensar en las relaciones sexuales como un momento fogoso y súper apasionado, la realidad no siempre se condice con la fantasía. Muchas veces, nos encontramos pensando en las preocupaciones que tenemos, en el trabajo pendiente o nos centramos en la autocrítica. Todo ello logra distraernos y alejarnos del momento íntimo con la otra persona. La práctica mindfulness podría ayudar a combatir ese problema y a mejorar la experiencia. ¡Descubre en qué consiste!

La práctica mindfulness podría dar sus frutos también a la hora de tener sexo. – Foto: PeopleImages/Getty Images
La práctica mindfulness podría dar sus frutos también a la hora de tener sexo. – Foto: PeopleImages/Getty Images

¿Qué es el mindfulness?

“Mindfulness” significa mantener en cada momento conciencia de nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales y del ambiente que nos rodea, informa la revista Greater Good (de la Universidad de California en Berkeley, EEUU). Es una práctica que permite sintonizar los pensamientos con lo que percibimos en el presente, en lugar de revivir el pasado o imaginar el futuro. En otras palabras, tiene que ver con colocar la mente y el cuerpo en el mismo lugar, explica Laurie Mintz, terapeuta, en el sitio de la revista Psychology Today.

¿Qué tiene que ver con las relaciones sexuales?

El sexo mindfulness es un viaje de exploración de nuestros cuerpos y de los de los otros. Puede ayudarnos a entender el deseo, la intimidad, la conexión y la energía, se esboza en el sitio Mind Body Green. Se trata de permitir que nos vean, así como de observar de verdad a la persona con quien estamos.

Además, podría tener beneficios para la vida sexual. Por ejemplo, la práctica mindfulness podría ayudar a las mujeres a sentir mayor excitación y de forma más veloz, dice un estudio publicado en la revista científica Psychosomatic Medicine en 2013.

Luego de tomar un curso de meditación, un grupo de mujeres habría logrado percatarse de sus respuestas corporales a los estímulos sexuales más rápidamente, se explica en Live Science. Ese cambio estaría vinculado, a su vez, a mejoras en la atención, la ansiedad y la autocrítica.

¿Cómo aplicarlo al tener sexo?

En realidad, lo ideal sería llevar adelante la práctica mindfulness a lo largo del día, en la vida cotidiana, dice Mintz en Pscyhology Today. Cuanta más práctica tengas, más fácil sería aplicarlo también al sexo. Checa algunas recomendaciones de Greater Good:

– Presta atención a tu respiración, sobre todo al sentir emociones intensas.

– Realmente, nota lo que percibes en un momento determinado: lo que ves, oyes, hueles…

– Reconoce que tus pensamientos y emociones son pasajeros y que no te definen. Esa noción puede ayudar a liberarte de los patrones negativos de pensamiento.

Ponte en contacto con las sensaciones físicas de tu cuerpo, desde el modo en que el agua cae sobre tu cuerpo en la ducha hasta la forma en que te sientas en la silla de la oficina. En el sexo, puede tratarse de cómo se siente la mano de tu pareja cuando te toca o las sensaciones que despierta un beso.

– Encuentra pequeños momentos de mindfulness a lo largo del día, como un modo de “reiniciar” tu concentración.

En cuanto al sexo en particular, cuando tengas relaciones permítete tener conciencia de las sensaciones físicas, sugiere Mintz. Si aparecen pensamientos que te distraen, respira profundo y deja que pasen, sin juzgar. Deja que tu respiración te guíe de vuelta hacia las agradables sensaciones de tu cuerpo, sumergiéndote en ellas.

Y tú, ¿qué experiencia tienes con la práctica mindfulness?

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