El atributo psicológico que nos ayuda a vivir más, según la ciencia

El estudio concluyó que un mayor optimismo se asoció con una mayor probabilidad de lograr una longevidad excepcional. (Getty Creative)
El estudio concluyó que un mayor optimismo se asoció con una mayor probabilidad de lograr una longevidad excepcional. (Getty Creative)

Sin importar el momento crítico que se vivía en un país de Latinoamérica dominado por la corrupción y afectado por la pobreza, aquella señora, mi vecina, siempre decía que todo iba a estar bien. Constantemente dispuesta a ayudar a los demás, a dar un consejo o por lo menos una sonrisa. No nos dejaba de sorprender su actitud porque a sus casi 90 años había pasado por todo tipo de episodios terribles, como el final de la Segunda Guerra Mundial, huir de su tierra natal, la muerte de un hijo, entre muchas otras cosas. Su forma de vida, decía, era el optimismo.

Un estudio reciente publicado por la Sociedad Americana de Geriatría ha confirmado que el optimismo, además de los muchos beneficios que aporta a la salud, influye positivamente en la longevidad; pero además esta investigación examinó las asociaciones del optimismo con la longevidad entre grupos raciales y étnicos, dado que los trabajos anteriores en este sentido solo habían sido realizados entre población blanca no hispana.

La investigación contempló la participación de más de 159 mil mujeres que se dividieron en grupos de mayor a menor optimismo, luego de haber completado una medida validada de optimismo y de haber proporcionado datos demográficos y de salud. Con herramientas especializadas se evaluaron las asociaciones de optimismo con la esperanza de vida y se evaluaron si factores del estilo de vida saludable mediaban estas asociaciones. Así, aquellas definidas con optimismo más alto tenían una mayor probabilidad de lograr una longevidad excepcional, es decir de supervivencia a la edad mayor o igual a 90 años.

El estudio concluye que “un mayor optimismo se asoció con una vida más larga y una mayor probabilidad de lograr una longevidad excepcional en general y entre grupos raciales y étnicos”. Además, destacaron que los factores de estilo de vida no contribuyeron en gran medida a estos resultados, y que definitivamente esta investigación sugiere que el optimismo puede considerarse como un recurso para estimular una buena salud y longevidad.

El estilo de vida no influyó de manera contundente en los resultados del estudio sobre optimismo. (Getty Creative)
El estilo de vida no influyó de manera contundente en los resultados del estudio sobre optimismo. (Getty Creative)

Ventajas reales de ser optimista

Muchas investigaciones con participantes masculinos y femeninos se han orientado a revisar los beneficios del optimismo. En líneas generales, tal como se explica en Teenhealth, publicación de Nemours Hospital, además de influir en la longevidad, el optimismo nos ayuda a tener más éxito, previene la depresión, permite que las personas sean más resistentes al estrés y a ser más felices.

Asimismo, otros estudios han arrojado resultados esperanzadores. Por ejemplo, uno contenido en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, sugiere que practicar el pensamiento positivo incrementaba entre 11% y 15% las probabilidades de vida; otro estudio la relación entre el optimismo y una mejor la salud cardíaca, de manera que proponernos a ser más optimistas, definitivamente, nos aporta no solo en cuanto a salud emocional sino a salud física.

Cómo ser más optimista

Si bien el optimismo tiene mucho que ver con el temperamento de cada quien, hay algunos hábitos que podemos comenzar a seguir para tener una actitud más entusiasta.

Tener en cuenta que las situaciones negativas que ocurren son temporales y que tenemos control sobre las cosas que nos ocurren es una clave poderosa para alimentar el optimismo. (Getty Creative)
Tener en cuenta que las situaciones negativas que ocurren son temporales y que tenemos control sobre las cosas que nos ocurren es una clave poderosa para alimentar el optimismo. (Getty Creative)

No se trata de despertar un día y decir “hoy seré más optimista”, ni tampoco de ignorar las cosas negativas que ocurren en nuestro entorno y en el mundo. Pero sí de evitar culparnos a nosotros mismos cuando se nos presenta un obstáculo; tener en cuenta que las situaciones negativas que ocurren son temporales, y de ser conscientes de que tenemos control sobre las cosas que nos ocurren y, por lo tanto, podemos crear y aprovechar oportunidades para que las cosas sean buenas.

Uno de los estudios citados define el optimismo como un atributo psicológico “caracterizado como la expectativa general de que sucederán cosas buenas, o la creencia de que el futuro será favorable porque uno puede controlar los resultados importantes”. Aunque se ha comprobado que parte de la actitud optimista viene por herencia, también hay pruebas de que es posible incrementarlo con la práctica.

El psicólogo Bernardo Peña Herrera explica, en un artículo para el portal La Mente es Maravillosa, que es muy importante tratar de ver el lado positivo de las cosas y asumir conscientemente que las malas rachas y los obstáculos son situaciones que nos ponen a prueba para demostrarnos que somos capaces de superarlos.

Prácticas como la meditación nos ayudan a mantener una actitud más positiva. (Getty Creative)
Prácticas como la meditación nos ayudan a mantener una actitud más positiva. (Getty Creative)

Por otra parte, la doctora Melissa Blakeman, de la Universidad John Hopkins, citada en un artículo del HuffPost, menciona algunos hábitos de las personas optimistas.

  • Rituales de calma

La experta dice que actividades como la meditación y la práctica de actividad física son útiles para mantener una actitud positiva y pensar con claridad.

  • Ante las situaciones difíciles, mantenerse conectado a la realidad

Los optimistas no son inmunes a las contrariedades, pero las afrontan con la certeza de que pasarán o se adaptarán.

  • Abrazan la autoaceptación

En lugar de criticarse a sí mismos, se aceptan tal como son, cultivan la compasión para sí mismos. Esto hace que experimenten sensaciones más positivas.

  • Evitan relaciones tóxicas

Los optimistas se rodean de personas positivas, así crean un círculo que refuerza esta actitud. Tanto la felicidad como el estrés son contagiosos.

La práctica del optimismo se basa en ser constante y consistente en la forma de afrontar positivamente los estímulos internos, más que algo para practicar, debe convertirse en una forma de vida.

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