El secreto de Agustín Lara que ha revelado la madre de su hijo a 53 años de su muerte
Desde que falleció el 6 de noviembre de 1970 hasta la fecha, una de las leyendas que envuelve a la figura mítica de Agustín Lara es si realmente componía sus canciones. Ahora su viuda Vianey Lárraga aclara ese misterio.
Entrevistada por la periodista Matilde Obregón en su canal de YouTube, la señora Lárraga, de 84 años, se detuvo en este tema para contar la verdad detrás de esa historia que se ha replicado y distorsionado con el paso del tiempo.
Se decía que Lara tenía un compositor fantasma, es decir, un cantautor anónimo contratado para hacer su obra. La viuda puntualiza que el gran secreto de Lara era que no tenía conocimientos musicales de composición. Silbaba y tarareaba las melodías que imaginaba para las letras que escribía. Toda vez que definía el sonido que quería para sus versos, contrataba a un profesional para que le ayudara a aterrizar sus silbidos en notas musicales dentro de un manuscrito.
"Silbaba, así componía él. No sabía de música. Tocaba música, tocaba el piano mejor que nadie, pero no sabía música. Componía silbando. Cuando sabía que tenía (la idea) de música hecha, entonces le pedía a compositores que le mandaran a personajes que lo hicieran en partitura. Llegaba esa otra persona y le hacía la partitura", aseguró.
Este trabajo en conjunto era habitual. Se trató de una dinámica perfeccionista por parte de 'El flaco de oro', un hombre que se sentaba con el compositor hasta que la partitura quedaba como quería y así pudiera tocar en el piano la canción cuyos versos sí escribió. Las letras eran de su autoría, de nadie más.
"Cuando tenía la partitura lista, le decía Agustín a la persona: 'a ver, toca lo que tú escribiste'. Cuando él oía que faltaba algo, entonces le decía 'aquí falta esto, aquí falta esto otro, vuélvalo a hacer'. Hasta que salía perfecto. Por eso había la leyenda de que la música de Agustín Lara no la había hecho completamente él. Dependía de alguien que le hiciera las partituras", explicó.
Pero, ¿quién es Vianey Lárraga? En sitios como Wikipedia, la biografía del compositor veracruzano habla de su vida amorosa pero no menciona a esta mujer y sí a su última esposa, Rocío Durán, quien fue el factor por el cual Lara terminó su relación con Lárraga, madre de su hijo, Agustín Lara Jr.
La señora Lárraga lo conoció en 1957 cuando ella trabajaba como edecán en el programa Mesa de celebridades conducido por Agustín Barrio Gómez. Un día apareció Lara en el foro y se impactó con su personalidad, más aún porque le gustaba escucharlo en la radio y le encantaba la historia de que conquistó a una mujer como María Félix, actriz a la que considera como "la belleza más hermosa del mundo".
Ella tomó la iniciativa de acercarse al compositor para confesarle que lo admiraba. Pocas palabras y una química entre ambos motivó a que él la invitara a su casa ese mismo día. La señora Lárraga aceptó. Esa invitación se extendió con un ejercicio de seducción que consistió en canciones dedicadas como Estoy pensando en ti, declamaciones y baile. No se volvieron a separar hasta dos años después.
"Yo me fui encantada con él, hicimos una relación fantástica. (...) Hicimos lo lógico que hacen las personas mayores de edad. Hicimos el amor y yo me quedé ahí. El día que lo conocí. (...) Era una fantasía, porque cuando tú ves a una persona de esas características, que son personajes muy cerrados, muy metidos en ellos mismos, es como estar buscando su poesía. (...) Él era superior a lo que la gente pueda creer", recordó.
Ella tenía 17 años y él 60. Permanecieron juntos hasta que una madrugada tocaron a la puerta de la casa de la familia. Era una mujer que argumentó ser la hija de Lara. Fue recibida por la señora Lárraga y ésta la conminó a dormir en el cuarto de visitas dada la hora. A los pocos minutos, el compositor se levantó de su cama y fue con su supuesta hija. "Se quedó con él. La onda es que era Rocío Durán. Digo el nombre para que sepan que es verdad", comparte. Se trataba de la hija adoptiva que tuvo con María Félix de manera informal. Rocío, de 17, se enamoró de él cuando rebasó los 60 años y se casaron.
La señora Lárraga decidió hacerse a un lado por cuenta propia. Quiso rehacer su vida en compañía de su hijo y volviéndose a casar tiempo después. Sobre Lara, y contrario a lo que se puede pensar, no lo juzga por haber sido mujeriego. Por el contrario, comprende que haya sido porque tenía encanto con las mujeres.
Para ella, a pesar de lo rápido que fue su encuentro y el breve lapso de su romance, el compositor fue lo mejor que le pudo pasar: “Fue poco tiempo, pero suficiente para toda mi vida”.