Yahoo Estilo El vergonzoso titular machista de TVNotas sobre la separación de Adamari López y Toni Costa
De vergüenza ajena. Así es como se puede calificar el trato que algunos medios —especialmente cierto nefasto pasquín de chismes mexicano TVNotas, que es muy popular —han dado al anuncio de la separación entre la actriz y conductora de origen puertorriqueño Adamari López y el coreógrafo español Toni Costa, quienes fueron pareja por varios años y tienen una pequeña hija, Alaïa.
Es inevitable que, cuando se da el quiebre de una relación sentimental, y más si esta se da entre dos figuras públicas de un mismo o similar calibre, se convierta en cancha para una lluvia de balonazos mediáticos. Es horrible ver cómo el fracaso sentimental de una pareja se convierte en materia prima para el entretenimiento masivo, pero lo que es imperdonable es además hacer esto con morbo, con mala leche, con una intención salaz.
Vayamos pues al texto de marras: en el titular de TVNotas "Adamari López se cansó de celar y mantener a Toni Costa tras bajar de peso", la revista hace un planteamiento discriminador, especulativo y sexista.
Asimismo, procede la revista a hacer una revelación fuera de lugar al respecto del aspecto físico de la protagonista de Amigas y rivales: "recuperó su autoestima y volvió a sentirse bonita desde que se puso una manga gástrica y por eso le dijo adiós".
A partir del el titular y el sumario, es obvio que las intenciones del medio son escandalosas. No solo por la misma naturaleza especulativa de su contenido, ya que ni Adamari ni Costa lo han confirmado, sino por lo humillante que resulta para ambos este tipo de exposición en un medio que, para bien o para mal, tanta gente lee a nivel continental.
De manera irresponsable a la actriz y presentadora se le dibuja a través de una lente machista y reductora que considera el valor de una mujer solo en su apariencia física (según su lógica como ahora perdió peso ya puede buscar y conseguir "algo mejor") y se le achaca la culpa de la separación al presentarla como la esposa ingrata que celaba irracionalmente a un hombre de menor poder adquisitivo que ella, y al que culpaba de su descuido físico, básicamente porque ahora sí, gracias a un supuesto recurso de cirugía cosmética, se siente bonita.
Lo único veraz al respecto de este penoso tema es que nadie sabe a ciencia cierta, solo ellos, lo que pasó en ese matrimonio; los medios y los lectores no vivimos con ellos, y aunque la especulación y el chisme caliente son, de hábito, el alimento favorito de la cobertura de farándula, en este caso los medios — especialmente esa revista que en más de una ocasión se ha cebado con la desgracia ajena — no solo están afectando la imagen de una pareja que se había tomado la molestia de pedir encarecidamente un espeto a la privacidad en su momento más difícil, sino que no tienen en cuenta el daño que pueden causarle a una pequeña de 6 años que en definitiva es la inocente en todo este asunto.
Nada justifica el abuso del morbo para generar clics, mucho menos ser ventajista con una familia en crisis, por muy figuras públicas que sean. El punto es encontrar el espacio en el que se pueda informar sin tener que especular ni ofender a la gente cuya vida se ve expuesta a la corte de la opinión pública; mientras los medios no busquen ese punto de objetividad, este tipo de cobertura seguirá siendo una hoguera de vanidades.
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