'Élite' y el triángulo amoroso que debería despertar todas las alarmas

Patrick (Manu Ríos) e Iván (André Lamoglia
Manu Ríos como Patrick, André Lamoglia como Iván en 'Élite'. Cr. Matías Uris/Netflix © 2022
Patrick (Manu Ríos) e Iván (André Lamoglia Manu Ríos como Patrick, André Lamoglia como Iván en 'Élite'. Cr. Matías Uris/Netflix © 2022

Por Miguel Ángel Pizarro.- Evidentemente, hablar de Élitees hacer referencia a los misteriosos crímenes que se cometen alrededor de los alumnos de Las Encinas y, sobre todo, a las tórridas escenas sexuales que protagonizan los personajes. La quinta temporada creó un triángulo amoroso polémico que ha continuado en esta sexta tanda. Precisamente, es esta subtrama la que nos recuerda que la ficción descuida un elemento muy importante que debería despertar todas las alarmas.

Una de las tramas que más enganchó de la quinta tanda fue la relación amorosa de Patrick (Manu Ríos) e Iván (André Lamoglia). El hijo del exdirector de Las Encinas vivía un amor complicado con el vástago de un reconocido futbolista brasileño que había fichado por un importante equipo de Primera División de la liga española. Este último, viviría una etapa de negación de su propia sexualidad, que le llevó a tontear con la hermana de Patrick, Ari (Carla Díaz) y a vivir un turbio episodio con Isadora (Valentina Zenere).

En medio de ese dilema que tenía Iván con su propia sexualidad, Patrick tenía una aventura con el padre del brasileño, Cruz (Carloto Cotta), revelando así que el futbolista estaba igual de armarizado que su hijo. Ya esta historia nos despertó cierto desconcierto en la tanda anterior, dado que, a pesar de que sabemos que todos los actores son mayores de edad, estaban representando un triángulo amoroso en la que uno de sus componentes no solo es mucho mayor que los otros (ambos menores de edad), sino que se trataba de una figura paterna.

En esta sexta temporada, Cruz sale públicamente del armario, confesando su homosexualidad después de que se filtrara un vídeo suyo, borracho, besando en los labios a Patrick, quien se ha convertido oficialmente en su yerno. El caso es que, dentro de la ficción, esta aventura se ha hecho pública y llama la atención que nadie dijese algún comentario sobre que un futbolista ya de cierta edad haya tenido un escarceo amoroso no solo con el novio de su hijo, sino que este aún es menor de edad.

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Ahí es donde la serie olvida que sus personajes principales son adolescentes, a pesar de estar interpretados por actores a los que no hace falta pedirles el DNI (por ejemplo, Álex Pastrana, que interpreta a Raúl en la ficción, tiene 30 años). Cierto es que vemos a un hombre que supera la veintena dejarse besar por un hombre cercano de la cuarentena, pero sus personajes no representan eso. Es justamente ese factor el que los guionistas deberían tomar nota.

Cierto es que Élite vive en una realidad paralela en la que los menores conviven en un mundo de ensueño, en el que pueden ir a discotecas y pubs sin que les pidan el carné, que pueden pedir todo el alcohol que quieran y que pueden conducir coches. Pero, al menos en ciertos aspectos, los guionistas deberían cuidar más que sus personajes son menores, que sus hormonas estarán revolucionadas, pero que debe haber ciertos límites, especialmente en lo relacionado con la relación con mayores de edad.

A eso se suma que, dentro de la serie, ningún personaje ve extraño ese tipo de vínculos, lo que vuelve a remarcar que las tramas parecen olvidar la edad de los estudiantes de Las Encinas, a los cuales se los trata como adultos, algo que hemos podido observar en las últimas temporadas. En resumen, tenemos que recordar que, a pesar de ser un retrato completamente alejado de la realidad, hay ciertos temas que la ficción no puede olvidar, como que, supuestamente, es una serie protagonizadas por adolescentes.

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