La emoción de los cuatro hijos de la Reina en la última Vigilia de los Príncipes en su honor
La escena es majestuosa y espectacular en su simplicidad. Con una puesta en escena casi cinematográfica, los cuatro hijos de la Reina velan el féretro de su madre en silencio durante 15 minutos intercalados entre los guardias granaderos que lo custodian, como si se sumasen por un momento a su vigilancia. La Vigilia de los Príncipes que ha tenido lugar en el Palacio de Westminster es un momento de recogimiento para la familia más cercana que lejos de ser privado, lo hacen mientras la capilla ardiente continúa abierta al público y los ciudadanos pasean alrededor para presentar sus respetos ante los restos mortales de la soberana tras enormes colas que aún continúan. Es la segunda y última vigilia a la Reina y, aunque la liturgia ha sido la misma, ha habido varias diferencias respecto a la de Escocia, aunque la emoción en los rostros de sus hijos haya sido el denominador común.
La primera Vigilia de los Príncipes fue en la catedral de Saint Giles, en Edimburgo, donde el féretro de Isabel II fue velado durante 24 horas antes de ser trasladado a Londres. La participación de la princesa Ana en el ritual supuso ya el lunes un punto de inflexión, ya que originalmente solo los descendientes varones formaban parte de la vigilia. Entre los cambios respecto a la primera, está el atuendo del Rey, que llevaba la tradicional kilt escocesa en Edimburgo, y el del príncipe Andrés, que iba de traje al no poder utilizar su uniforme militar desde que le fuero retirados sus títulos castrenses. Ahora, los cuatro hijos de la reina vestían sus uniformes militares, ya que excepcionalmente al duque de York se le ha permitido hacerlo como muestra de respeto a la Reina.
Además, en los bancos laterales han acudido más miembros de la familia Windsor. Estaba la reina Camila; la condesa de Wessex con sus hijos Lady Louise y el vizconde de Severn; Sir Tim Laurence, marido de la princesa Ana; Beatriz y Eugenia de York, con sus maridos; los primos de la Reina, el duque de Kent y la duquesa de Gloucester, y también Zara y Mike Tindall que han ido con sus hijas Mia y Lena, de ocho y cuatro años, así como Peter Phillips, con sus hijas Savannah e Isla, las primeras bisnietas de la Reina en participar en los actos por su fallecimiento.
La primera vez que se celebró este acto fue en 1936, tras la muerte de Jorge V, abuelo de Isabel II. En aquella ocasión, cuatro de sus cinco hijos (uno de ellos, Juan, ya había fallecido) ‘hicieron guardia’ en la capilla ardiente una vez que se cerró al público. Desde entonces, la Vigilia de los Príncipes ha tenido lugar en una única ocasión, con el fallecimiento de la Reina Madre Isabel. Fueron sus nietos, Carlos, el entonces príncipe de Gales, el principe Andrés, el principe Eduardo y el primo de estos, David Armstrong-Jones, segundo conde de Snowdon, quienes se encargaron de hacer tan conmovedora guardia el 8 de abril de 2002.
A esta segunda vigilia por la reina Isabel, Carlos III llega después de su visita a Gales, una nación muy significativa para él. No solo ha sido el príncipe de Gales que más años ha ostentado el título, también habla su lengua después de haber estudiado un semestre en la universidad de Aberystwyth. Este viernes en el parlamento de Cardiff, el monarca pasó el testigo a su hijo Guillermo. "Ahora, mi hijo Guillermo tomará el título. Después del tiempo feliz que ha pasado aquí, su amor por Gales es profundo", ha asegurado en la lengua celta. Esta ha sido su última parada en su tour como nuevo monarca por los territorios que conforman Reino Unido antes del último adiós a la Reina. El multitudinario funeral de Estados, que se celebrará el lunes en la Abadía de Westminster, le precederá el domingo una recepción en el Palacio de Buckingham en la que Carlos III recibirá a los jefes y ex jefes de Estado, así como otros dignatarios internacionales que asistirán al sepelio al día siguiente.