La emotiva despedida de Kevin Johansen al “Zurdo” Roizner, el genial baterista que en las últimas dos décadas integró su grupo, The Nada

Kevin Johansen despidió en redes al gran Zurdo Roizner, el baterista de su grupo The Nada y mítico músico argentino
Kevin Johansen despidió en redes al gran Zurdo Roizner, el baterista de su grupo The Nada y mítico músico argentino - Créditos: @MAURO ALFIERI

El legendario baterista Enrique “El Zurdo” Roizner, quien tocó con una enorme variedad de artistas de distintos estilos (desde Vinicius de Moraes, Frank Sinatra y Astor Piazzolla hasta Mercedes Sosa, Les Luthiers y Daniel Viglietti), murió ayer a los 84 años. En los últimos veinte años de su vida, Roizner integró la banda de Kevin Johansen, The Nada, con la que grabó discos y realizó una enorme cantidad de shows en el país y en el exterior. Es por eso que el cantante deLa cumbiera intelectual” le dedicó un mensaje a través de X (antes Twitter) honrando su enorme trayectoria.

“El Zurdo Roizner, amor de persona y músico. Querido por quien lo conociera, se nos fue”, comienza Johansen. “Aquí, los que disfrutamos de ese Maestro en todos los sentidos, miles de discos y artistas agradecidos de compartirlo. Porque siempre fue y será de todos. Gracias”.

Roizner, quien había nacido el 14 de diciembre de 1939 en Buenos Aires y había sido declarado Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura Porteña en agosto de 2016, murió tras sufrir un ACV de carácter irreversible que lo había atacado el jueves último, según informaron allegados de la familia a Télam.

“Dios pega, pero con una sola mano”

Entrevistado por LA NACION en abril del año pasado, Roizner contó que a los 18 años ya se ganaba la vida como baterista.

Explicaba así por qué había llegado hasta donde había llegado: “Creo que al haber comenzado de chico a tocar el violín me dio la posibilidad de leer música y en aquella época no había muchos bateristas que leyeran música. En eso fui afortunado. Era importante para hacer un reemplazo en una orquesta. Te ponían el papel y tocabas. Ahí tenías un amplio espectro para jugar porque, además, la mayoría de los arregladores no sabían escribir para batería, entonces había espacio para crear cosas. Yo estaba muy al tanto de los ritmos de todos lados. Escuchaba música de todo tipo. Tenía cierto conocimiento de estilos y eso me daba la posibilidad de tocar en la mayoría de los géneros”.

La pipa era uno de sus sellos:
La pipa era uno de sus sellos: "Es una compañía porque en mis comienzos se empezaba a grabar por secciones. Y quizá quedabas mucho tiempo encerrado esperando dentro del estudio y, como en ese momento se podía fumar, yo tenía un amigo que fumaba pipa y así empecé", contó Roizner

Además desu exitosa carrera musical, Roizner sufrió algunas pérdidas significativas en lo personal: su padre falleció cuando él era chico; su esposa, una bailarina inglesa, murió muy joven, cuando sus hijas en común tenían 6 y 3 años y 6 meses. La mayor de sus hijas perdió la vida a los 36 años. “Es una historia larga y trágica”, comentó Roizner.

Con respecto al paso del tiempo y sus posibles efectos sobre sus brazos de baterista, decía: “Si no estudio tres horas por día me siento mal. Hay una disminución de la capacidad motriz que para mí es evidente. Siempre pregunto al resto de los músicos, después de los shows. Ellos dicen que no se dan cuenta, pero la pregunta es ociosa porque yo me doy cuenta. Hay bateristas que tocaron hasta los noventa años”.

"Si no estudio tres horas por día me siento mal", decía, y aseguraba que había bateristas que habían llegado a tocar hasta los 90 años
"Si no estudio tres horas por día me siento mal", decía, y aseguraba que había bateristas que habían llegado a tocar hasta los 90 años

“Mi abuelo decía que Dios pega, pero con una sola mano. Nunca me olvido de eso”, dijo Roizner y aseguró que sobrevivió a la muerte de su esposa con la ayuda de su madre y, más adelante, con una nueva pareja a la que dijo que le debía la vida. “Fue una madre para mis hijas”, aseguró. También destacó que “el cariño familiar” y “la música” habían sido las cosas que lo levantaron de esos duros golpes.