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Era demasiado 'moreno' para 'Notting Hill' y lo quitaron de en medio

Si tuvieran que rodar Notting Hill ahora, a 23 años de su estreno, seguramente veríamos una película completamente diferente. Y no tanto por la historia, que ha envejecido mejor que muchas otras comedias románticas, sino porque sus responsables tendrían que ceder a la presión de la diversidad que pesa sobre Hollywood y ser más fieles con la verdad. Es decir, plasmar la auténtica diversidad racial y cultural que borbotea en una ciudad tan activa como Londres y el famoso barrio que daba título al filme, en lugar de pecar de tanto protagonismo caucásico. Algo que un actor que aparece en la película pone en evidencia relatando al mundo su experiencia.

1999 Julia Roberts y Hugh Grant protagonizan el estreno de
1999 Julia Roberts y Hugh Grant protagonizan el estreno de "Notting Hill". (Foto de Getty Images)

Puede que el nombre de Omid Djalili no nos suene de mucho a los espectadores internacionales, pero este cómico nacido en Londres tuvo un papel en la película, como tambien en La Momia, Gladiator, El mundo nunca es suficiente, Spy game - Juego de espías, Casanova y muchas más. Se trata de un comediante popular en Reino Unido desde mediados de los 90, llenando salas de teatro y arrasando en venta de entradas. Sin embargo, a pesar de su extensa filmografía, en el cine ha tenido que conformarse con papeles fugaces o secundarios donde suele interpretar al árabe de turno. Pero en el caso de Notting Hill, que fue su primer rodaje a la par de La momia (ambas películas se rodaron casi al mismo tiempo entre abril y mayo de 1998), todavía tiene una espina clavada.

El actor, al que muchos recordarán como el comerciante de esclavos en Gladiator o el Sr. Safir de Sexo en Nueva York 2, ha revelado que originalmente iba a tener un papel con diálogo en la comedia de Julia Roberts y Hugh Grant, pero que lo terminaron reduciendo a un simple cameo fugaz para que la cinta fuera “más blanca”.

Notting Hill, otra película de la que me eliminaron por ser demasiado moreno” dijo en el podcast de Richard Herring en declaraciones recogidas por Daily Mail.

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“Notting Hill fue una película con la que querían mostrar la diversidad del área de Notting Hill, pero entonces un productor dijo ‘Queremos que sea más blanca’. Y se deshicieron de todos” apunta el intérprete, dando a entender que existía una intención inicial de mostrar el barrio con todo el esplendor de su diversidad racial y cultural. “Tenía algunas líneas que fueron eliminadas y por eso parece que soy un extra” añadió.

De esta manera, Omid Djalili pasó de tener un rol con algunas frases a un cameo sin acreditar, dando vida al dependiente que le vende a Will (Hugh Grant) un jugo de naranja que accidentalmente vierte encima de Anna, la estrella de Hollywood interpretada por Julia Roberts, al doblar una esquina. Es decir, la secuencia en donde los dos protagonistas se conocen y dan lugar al comienzo de la historia de amor que ha marcado a generaciones.

La escena es breve y el rol de Omid pasa completamente desapercibido:

“Solo le doy un jugo de naranja a Hugh Grant. La única minoría étnica que se mantuvo en la película fue Sanjeev Bhaskar, que tuvo un par de líneas. Pero, sí, blanquearon la película, desafortunadamente” sentenció. Para quienes no lo recuerden, el actor que menciona es quien interpretó al comensal que critica en voz alta a Anna, mientras ella y Will oyen la conversación en un restaurante.

Djalili, que es londinense de nacimiento e hijo de padres iraníes, añade que no se siente amargado por el rechazo racial que vivió en aquel momento. Pero, evidentemente, no deja de servir como ejemplo que apunta a las diferencias culturales y la visión de la industria por entonces en cuanto al blanqueamiento de los arcos narrativos. Porque si prestamos atención al reparto de esta película, absolutamente todos los personajes con rol protagónico o secundario fueron caucásicos.

Personalmente suelo evitar la tendencia de la moda de la cancelación de criticar piezas culturales del pasado por el mero hecho de observarlas con los ojos del presente. Pero en este caso Omid Djalili expone un punto que resulta relevante.

Hace más de dos décadas que Notting Hill definió su legado como una de las comedias románticas por excelencia del cine. Porque no vamos a negar que por más que pase el tiempo continúa siendo la misma película cómica y ligera que reventó la taquilla en 1999, con personajes memorables y momentos entrañables que han envejecido mejor que muchas otras cintas de su era. Sin embargo, por mucho avance narrativo que tuviera al contar una historia de amor entre polos y clases sociales opuestas, la producción no habría estado a la altura a la hora de lidiar con la diversidad que naturalmente les rodeaba en este rodaje que se hizo a pie de calle en el mismo barrio protagonista. Un hecho que nos habla de la imposición caucásica de una era donde la comercialidad de las historias tan solo se veía desde la perspectiva blanca.

No voy a entrar a criticar la decisión que aquel supuesto productor marcó sobre la historia, al menos según Omid Djalili, pero sí me parece importante que los ejemplos se recuerden, se conozcan y sean tomados en cuenta para aprender como sociedad, industria y avanzar hacia el cambio. Porque el barrio de Notting Hill, así como toda la ciudad de Londres, era y sigue siendo un estallido de razas. Sin ir más lejos, el festival anual que celebran cada agosto desde 1966 precisamente promueve la diversidad racial y el rechazo a la xenofobia, mientras que esa misma diversidad se observa a diario en la calle de Portobello Road. Desde el turismo constante a sus vecinos o quienes trabajan allí, lo colocan como ejemplo de la diversidad londinense donde la variedad de colores son parte de su día a día.

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