Erik impulsa la creatividad de Mía y Nina

CIUDAD DE MÉXICO, junio 16 (EL UNIVERSAL).- Mía, de 19 años, y Nina, de 17, son la adoración de su papá, el cantante Erik Rubín, quien asegura que busca transmitirles la pasión que él tiene por el arte.

"Tenemos tanto en común y tengo la fortuna de que me cuentan todo, bueno, eso creo (risas). Soy su confidente, somos cómplices. Hablamos de la vida, del amor, de nuestra carrera, la industria... pasamos mucho tiempo juntos.

"Mis hijas son mis amigas, son mis artistas, las admiro profundamente y me gusta mucho estar con ellas, son unas personas increíbles, y me dan paz", detalla.

Por ello, el vocalista de 53 años busca alinear sus tiempos lo más que puede con ellas. Con Mía, con quien comparte su vocación por la música, realiza giras y acaba de hacer un disco, aspectos que le han dado la oportunidad de recorrer muchos lugares a su lado.

"Son niñas muy dóciles, libres, conscientes. Incluso cuando han tomado llegan, nos platican y compartimos. Constantemente (a su expareja Andrea Legarreta y a él) nos piden consejos y nosotros, más que imponernos, tratamos de ser un instrumento para ayudarles a realizarse como personas".

Rubín se considera una persona ordenada por lo que, comenta, le gusta que sus hijas tengan su cuarto levantado, como por ejemplo, no dejar tirada la ropa.

"En la casa sí soy alguien que está molestando un poco, pidiendo que tengamos orden. Como somos muy parecidos también es un arma de doble filo, porque podemos chocar en algunos momentos, pero también hemos aprendido a no continuar con alguna discusión sabiendo que somos muy necios", reconoce Erik.