Los eternos problemas con el alcohol de Ernesto de Hannover

Prince Ernest and Princess Caroline of Hanover during 20th Anniversary Princess Grace Awards Gala at Waldorf Astoria Hotel in New York City, New York, United States. (Photo by Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)
Todas las polémicas de Ernesto de Hannover (Photo by Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)

Ernesto de Hannover es el miembro más polémico de la realeza y es que el príncipe alemán ha protagonizado infinidad de episodios violentos a causa de su adicción al alcohol y a su mal temperamento.

Ahora que acaba de ser condenado a diez meses de prisión por el tribunal austríaco, Ernesto tiene una oportunidad no solo para recapacitar sobre sus actos de agresiones y amenazas sino para desintoxicarse de su peor enemigo, la bebida.

El tribunal no solo le ha impuesto la pena de prisión condicional sin que le ha prohibido de un modo explícito beber cualquier sustancia alcohólica y le impone acudir a psicoterapia, aunque lo que más ha cabreado al ‘royal’ ha sido que le obliguen a abandonar su casa de Grünau im Almtal, su residencia desde hace 50 años.

Este juicio ha tenido lugar por los hechos acontecidos el pasado verano cuando Ernesto llamó a la policía asegurando que le querían secuestrar y cuando los agentes llegaron le encontraron solo, fuera de sí, ebrio y con un bate de béisbol listo para agredir, amenazar e insultar.

En aquel momento Ernesto fue ingresado en un centro psiquiátrico pero hoy, su condena se eleva a prisión condicional. Su largo historial de trifulcas sigue manchando su imagen y su todavía esposa, Carolina de Mónaco, lleva desde 2009 sin acudir a un evento público con él.

Uno de los primeros escándalos del príncipe fue el famoso momento en que, hecho una furia, atacó a el cámara y periodista Karsten Thuernau con un paraguas en 1998. Las imágenes de la agresión dieron la vuelta al mundo y fue condenado a pagar más de un millón de las antiguas pesetas de aquel entonces (hoy unos 7.000€).

Solo dos años después, en el 2000, le pegó una paliza al dueño de una discoteca en Kenia por el tipo de música e iluminación que tenía su local y todo bajo la influencia del alcohol que le provoca esta agresividad que no puede contener.

Princess Caroline Of Monaco Attends The Wedding Of Crown Prince Felipe Of Spain & Letizia Ortiz Rocasolano In Madrid. . (Photo by A. Jones/J. Whatling/J. Parker/M. Cuthbert/UK Press via Getty Images)
La expresión de enfado y agotamiento de Carolina era palpable en la boda de los reyes de España (Photo by A. Jones/J. Whatling/J. Parker/M. Cuthbert/UK Press via Getty Images)

Sonada fue su ausencia en 2004, en la boda de Felipe y Letizia cuando a Carolina le tocó hacer el ‘paseíllo’ completamente sola y rodeada de otros invitados VIP que se preguntaban dónde estaba su marido. Y, ¿dónde estaba Ernesto? pues durmiendo la mona con resaca de la borrachera que había cogido la noche anterior.

Tras una década más o menos calmada, llegó su peor declive que no ha dejado de avanzar incluso a día de hoy con esta última sentencia. Corría 2017 cuando, después de la boda de Ernesto Augusto Jr. con la modelo Ekaterina Malysheva, Ernesto le exigió a su hijo que le devolviese todas las propiedades que le donó en 2004.

Entre ellas está el castillo que rompió completamente la relación padre e hijo. Se trata del castillo de Marienburg, en Alemania. Ernesto lo quería para él y su hijo lo donó por un solo euro (de un modo simbólico) al Estado tras muchas negociaciones, para asegurar su preservación.

Tras dicha donación Ernesto de Hannover enloqueció de rabia tachando a su hijo de ingrato, sin acudir a su boda y sin reconocer como legítimo heredero a su nieto, que nació en 2019. Pero, un año antes del nacimiento de su nieto, Ernesto tuvo que ingresar en una clínica de Austria tras una fuerte borrachera en una fiesta.

Al año siguiente, ahora si, los médicos le diagnosticaron una pancreatitis peligrosamente mortal y le operaron de urgencia, fue entonces cuando sus allegados confesaron que estaba tocando fondo en su adicción al alcohol.

Cabe destacar que en esa misma clínica fue atendido en 2005 cuando quedó en coma por borrachera junto antes de que falleciera Rainiero de Mónaco.

Ese ha sido el peor año para Ernesto y también es el año en que nació su nieto Augusto, el primer bebé de la familia que no se llama Ernesto como primer nombre. Esto rompe la tradición de 1845, es decir, de las cinco generaciones de la casa Hannover y todo por el odio entre Ernesto y su hijo, que acaba pagando su nieto.

Ya a finales de 2020 y habiendo pasado ese verano la polémica agresión a los agentes que se ha juzgado ahora, Ernesto también fue acusado de coacción y amenaza por su empleada del hogar y el marido de ella.

Según la pareja el príncipe les amenazó con enviarles a unos sicarios para acabar con su vida y, ese mismo año, también fue acusado de romper una señal de tráfico en la vía pública y una vitrina en la Fundación Duque de Cumberland, hechos que le llevaron ante la justicia y le hicieron pasar dos noches en el calabozo.

A pesar de su largo historial de trifulcas y de su delicada salud mental por culpa de la adicción, Ernesto vuelve a tener la oportunidad de limpiar su cuerpo y su mente para intentar empezar de cero, al menos con su familia.

Esta oportunidad de oro podría llevarle a hacer las paces con su hijo y a conocer a su nieto aunque dudo que le lleve a arreglar un matrimonio roto hace años pero, una cosa es segura, este puede ser el último tren para Ernesto de Hannover.

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