El eterno encanto de las series de médicos, un género que siempre está en busca de nuevas recetas
Pasaron más de 30 años desde el estreno de E.R. Emergencias, la serie de médicos que cambió el género para siempre y le abrió la puerta a una era televisiva. De 1994 a 2009, durante quince temporadas y 331 capítulos, la ficción inspirada en una historia del novelista Michael Crichton modernizó los relatos de hospital presentes en la pantalla chica norteamericana desde sus inicios. Con un estilo de grabación inédito para la TV abierta, más cerca del documental o del cine independiente que de la lógica de los sets de cartón pintado, E.R. fue también la plataforma de lanzamiento para actores como George Clooney, Julianna Margulies y Noah Wyle, quien interpretaba al joven residente John Carter, una suerte de avatar de los espectadores que lo seguían por la caótica sala de emergencia del hospital en el que transcurría toda la trama. Que ahora sea ese mismo actor, Wyle, quien vuelva a funcionar como el guía del público en The Pitt, la ficción que estrena este jueves 9 en Max es una espada de doble filo.
Por un lado, los fanáticos de la legendaria serie -cuyas 15 temporadas también están disponibles en Max- seguramente sentirán una mezcla de nostalgia y familiaridad al ver a Wyle otra vez vestido de médico y recorriendo una sala de guardia tan caótica como la de antaño, pero esa identificación también podría resultar en comparaciones injustas. The Pitt no es una continuación de E.R., aunque su protagonista y el showrunner de la serie, R. Scott Gemmill, productor del viejo programa, comenzaron a armar el proyecto con esa idea en mente y debieron desistir cuando los herederos de Crichton les negaron los derechos del guion original.
Abandonada entonces la idea inicial, el intérprete y el guionista imaginaron al doctor Michael Robinavitch, al que todos llaman Robby, y que solo tiene en común con John Carter la profesión que ambos eligieron y el actor que los encarna. Claro que lo que distingue al clásico del género de este nuevo ingreso es básicamente el paso del tiempo. En los treinta años que separan a uno y otro programa, la ficción televisiva mutó de modos inesperados y de manera rotunda, el antes preciado prime time se volvió casi obsoleto frente a las plataformas de streaming y las posibilidades de extender temáticas más allá de las reglas de lo permitido en la TV abierta modificó la trama de todos los géneros y afectó especialmente a las historias de médicos. Y, como demuestra The Pitt, el estado del mundo ingresó en los hospitales de ficción con una contundencia ineludible.
Los 15 episodios de la nueva serie parten de la cotidianidad de una sala de guardia en la era post pandémica y se ocupan de explorar cómo el Covid afectó la vida profesional y personal de los que combatieron el virus en las primeras líneas del frente. Con una estructura narrativa inspirada en la serie 24, -cada capítulo relata en tiempo real una hora de la guardia de Robby, jefe de servicio del hospital de Pittsburgh-, y todas las lecciones aprendidas de E.R., The Pitt es el mejor representante de la nueva generación de dramas médicos. Pero está lejos de ser el único. De hecho, entre los últimos meses de 2024 y los primeros de este nuevo año, el género sumó flamantes exponentes, cada uno con su propia identidad.
Doctor Odyssey
Con la producción de Ryan Murphy, esta serie que llega el 15 de enero a Disney+ combina el viejo encanto de El crucero del amor con el habitual tono exagerado de sus producciones. La ficción gira en torno al doctor Max Bankman (Joshua Jackson), un profesional de prestigio que luego de un roce demasiado cercano con su propia mortalidad durante la pandemia decide aceptar un trabajo como médico de a bordo en un crucero de lujo. Claro que lejos de reducir el estrés de su profesión, el doctor descubre la variedad de emergencias médicas que pueden ocurrir durante las travesías y que deberá atender sin la infraestructura a la que está acostumbrado. Por supuesto que más allá de los casos de cada semana, la trama incluye un potencial triángulo amoroso entre Max y sus asistentes Tristan Silva (Sean Teale) y Avery Morgan (Phillipa Soo), además de sus encontronazos con el capitán del barco interpretado por Don Johnson . Sí, el viejo y querido detective Crockett de División Miami cambió la veloz lancha de la legendaria serie policial de Michael Mann por el uniforme blanco y el hotel en el mar. Repleta de guiños y resoluciones absurdas, esta versión del drama médico resulta tan entretenida como poco seria. Disponible en Disney+ desde el 15 de enero.
Mentes extraordinarias
Del otro lado del espectro de solemnidad está esta serie protagonizada por Zachary Quinto (Star Trek), quien interpreta al doctor Oliver Wolf, un neurólogo que tiene sus propios métodos para tratar pacientes . Basada en los libros del reconocido médico Oliver Sacks, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero y Un antropólogo en Marte, la ficción desarrolla el carácter rebelde e iconoclasta de Wolf, siempre dispuesto a rechazar las tradiciones médicas para tratar a sus pacientes. Con cierto aire del personaje de Hugh Laurie en la exitosa House, para desesperación de sus superiores, este médico suele romper las reglas que apenas toleran sus excentricidades al tiempo que se maravillan con sus diagnósticos y resultados. La idea de humanizar a quienes sufren enfermedades neurológicas al modo en que lo hacía Sacks, cuyas experiencias también fueron retratadas en el film Despertares, protagonizado por Robert De Niro y Robin Williams, guía la trama de la ficción desde la primera escena. Disponible en Max
DOC
Basada en la telenovela italiana Doc (disponible en Prime Video), esta nueva serie que se estrenó esta emana en los Estados Unidos (localmente podría sumarse a Disney+), cuenta la historia de Amy Larsen (Molly Parker), la jefa del servicio de médicos en un hospital de Minneapolis tan capaz en lo suyo como desinteresada en tomarse el tiempo de sentir empatía por sus pacientes y mucho menos por sus colegas. Odiada por sus subalternos, divorciada y alejada de su única hija a consecuencia de una tragedia familiar ocurrida años antes, Amy sufre un accidente que le deja secuelas neurológicas graves que incluyen la pérdida de las memorias de los últimos ocho años de su vida. Al despertar del coma, la doctora solo recuerda lo que perdió: una familia feliz y el vínculo amistoso con sus colegas. El mecanismo narrativo le suma dramatismo y melodrama a la trama, que está más cerca de la perenne Grey’s Anatomy (disponible en Disney+) que de la profundidad de E.R.
Watson
El universo de historias y personajes creado por Arthur Conan Doyle parecen no agotarse nunca. Casi 140 años después de la publicación de las primeras aventura de Sherlock Holmes, la televisión encontró una nueva veta del detective victoriano para explotar. Esta vez, además de trasladar la acción a la actualidad y a los Estados Unidos, la trama de Watson, que se estrena a fin de mes en la TV abierta norteamericana, está enfocada, como su título lo indica, en el fiel compañero del gran Holmes. La adaptación más que libre sigue los pasos del buen doctor-interpretado por Morris Chesnut- que meses después de la muerte de su gran amigo, decide volver a la medicina como el responsable de una clínica dedicada a tratar enfermedades raras. Claro que las experiencias y el talento adquirido para el pensamiento deductivo en sus años trabajando con Holmes tendrán tanto peso en su nueva práctica como sus conocimientos médicos. Un híbrido entre ficción detectivesca y serie de médicos, Watson parece ser parte de la constante evolución de un género que se regenera a sí mismo.