¿Exceso de sudor? 7 opciones para tratar la hiperhidrosis

Partimos de una idea básica: sudar es necesario. “Es el mecanismo que tiene el organismo para regular la temperatura corporal. Por ejemplo, cuando se hace ejercicio, estamos en una sauna o, cuando se tiene fiebre, se suda para bajar la temperatura del cuerpo”, comenta la doctora Isabel del Campo, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral.

“Cuando sudamos, los poros se abren y a su través de ellos no sólo se elimina el sudor también la suciedad e impurezas de la piel. En el sudor, existe una sustancia natural que ejerce un efecto antibiótico, contribuyendo a eliminar bacterias de la piel y evitar infecciones. También mejora la microcirculación sanguínea, por lo que la piel está más oxigenada”, nos dice.

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Cuando el sudor es excesivo

Sin embargo, lo que está claro es que una sudoración excesiva resulta problemática. “Recibe el nombre médico de hiperhidrosis. Es una patología que afecta al 3% de la población. El exceso de sudoración se da con más frecuencia en axilas, palmas de las manos, plantas de pies y en la cara. También puede darse de forma generalizada en todo el cuerpo, pero son menos los casos”, confirma la dermatóloga.

Tratar el problema de exceso de sudor

Le preguntamos a la psicóloga qué alternativas hay para combatir la sudoración excesiva y nos resume las siguientes opciones:

  • Antitranspirantes. A diferencia de los desodorantes (minimizan el mal olor) tienen como objetivo inhibir la sudoración. Este tipo de tratamiento debe aplicarse por la noche y con la piel seca, de forma que no se quede impregnado en la ropa. De esta forma el producto puede actuar durante más horas. Se presentan en forma de cremas, sprays o toallitas que contienen fármacos como el glicopirrolato o el tosilato de glicopirronio. Pueden usarse para la cara, cabeza, manos, pies o axilas. A veces pueden producir un efecto irritativo sobre piel, por lo que su uso debe realizarse con precaución. En raros casos producen otros efectos secundarios, como sequedad de piel o mucosas

  • Fármacos vía oral. Hablamos de medicamentos con efecto anticolinérgico. El más utilizado es la clonidina, que se utiliza, sobre todo, por su efecto hipotensor, para tratamiento de la hipertensión arterial, pero también actúa a nivel de las glándulas sudoríparas disminuyendo la producción de sudor. También se utilizan medicamentos ansiolíticos, tranquilizantes y sedantes (como pueden ser el clonazepam o el diazepam).

  • Toxina botulínica tipo A. Es una técnica muy efectiva, especialmente en casos de hiperhidrosis axilar, palmar y plantar. Para su aplicación, se identifican exactamente los puntos por los que más se suda (test de yodoalmidón) y se realizan microinfiltraciones de toxina botulínica en dichos puntos. De este modo se bloquea temporalmente la actividad de las glándulas sudoríparas. El tratamiento es prácticamente indoloro, pero puede realizarse con anestesia local si fuera preciso. Se realiza en consulta y tiene una duración de entre 6-8 meses.

  • Iontoféresis. Es un tratamiento no invasivo. Se introducen las palmas de las manos o los pies en un dispositivo con agua por el que pasa una corriente eléctrica que provoca la coagulación de proteínas en el interior de los conductos secretores de las glándulas sudoríparas, bloqueando de este modo la salida de sudor hacia el exterior. Es un tratamiento a largo plazo, dado que se precisan varias sesiones semanales al inicio. Después se van espaciando hasta que se realizan el mínimo número de sesiones posible para mantener el efecto

  • Láser y radiofrecuencia fraccionada con agujas. Estos dispositivos eliminan las glándulas sudoríparas de las axilas por calentamiento. Estas glándulas no vuelven a crecer ni se regeneran. Es un tratamiento no invasivo, efectivo para tratar la hiperhidrosis axilar. Tiene entre un 75-95% de respuesta definitiva, aunque en algunos casos es preciso realizar más de una sesión

  • Cirugía para extirpar las glándulas sudoríparas. Se realiza a través de un curetaje por succión.

  • Simpatectomía transtorácica. Consiste en desconectar de forma selectiva la inervación simpática a nivel de los ganglios encargados de estimular la sudoración en axilas y manos. Se utiliza cuando otros tratamientos no han funcionado. Se obtiene un éxito en torno al 90%, tanto en cara como manos y axilas, aunque en estas a veces reaparece. Es definitiva, pero existe lo que se denomina sudoración compensatoria, es decir, que el paciente suda más por otras partes del cuerpo.

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Un problema que afecta a nivel psicológico

El sudor excesivo puede llegar a condicionar el día a día de quien lo padece, ¿qué le recomendaría a alguien que se encuentre en esa situación? “La hiperhidrosis afecta psicológicamente a la persona que la padece. Las manchas de sudor que aparecen en axilas, el mal olor corporal que pueden tener o el hecho de tener las manos siempre mojadas condiciona su vida social, laboral y emocional. Las personas con esta patología tienen más problemas a la hora de encontrar un trabajo o una pareja, incluso ven reducida su vida social. Además, en situaciones de estrés o ansiedad la sudoración aumenta más, lo que provoca que la situación emocional empeore. Se podría decir que es la pescadilla que se muerde la cola. La recomendación es acudir a un dermatólogo para que le diagnostique la patología, su gravedad y establezca el tratamiento más adecuado en cada caso”, nos explica.