¡Exclusiva! Karina Banda: "Estoy lista para ser mamá"

La copresentadora de 'Desiguales' Karina Banda habla de su decisión de congelar sus óvulos y sus planes de ser madre con su esposo Carlos Ponce.

La actriz y presentadora puertorriqueña Adamari López motivó a su colega Karina Banda a tomar una de las decisiones más importantes de su vida. “Tengo un problemita: soy muy controladora. Quiero tener el control de todo”, confiesa Banda, quien desde hace un tiempo estaba considerando congelar sus óvulos para cumplir su sueño de convertirse en madre junto a su esposo Carlos Ponce. Cuando su doctor en Monterrey le dijo: ‘Te espero aquí mañana’ para comenzar el procedimiento, Banda, quien vive en Miami, entró en modo pánico.

“Comencé a ver vuelos, era la Semana Santa. Estaban carísimos. Comencé a ver opciones y dije: ‘No, mejor ya, lo dejo para el otro mes’. Y Adamari me dijo: ‘Tomas ese vuelo y te vas a congelar tus óvulos. Ya, no lo pienses’. Fui, compré el vuelo y ya el resto es historia”, recuerda la mexicana de 35 años, quien agradeció a su amiga y compañera en el programa Desiguales (Univision) por darle ese empujoncito que necesitaba.

Si bien siempre deseó ser madre, Banda sabía que tomaría ese paso una vez se sintiera realizada como profesional y en un matrimonio estable —como el que tiene hoy con Ponce— antes de dar este paso.

"Cuando yo quise comenzar a buscar un bebé tenía 33 años y uno nunca piensa que va a haber alguna complicación", cuenta Banda, quien fue al médico hace dos años. "Ahí es que me di cuenta que mi reserva ovárica estaba baja para mi edad", revela, por lo que su médico le aconsejó congelar sus óvulos, lo cual hizo en marzo de este año.

<p>Mónica Godefroy</p>

Mónica Godefroy

“Hoy más que nunca estoy lista para ser mamá, me estoy preparando”, dijo en exclusiva a People en Español, abriendo las puertas de su hogar y posando con sus tres 'hijos perrunos' Bruno, Aşk y Aspen. “Nuestros perritos para nosotros significan todo”, dice Banda de las mascotas que comparte con el actor, cantante y presentador puertorriqueño de 51 años. “Para mí, hasta cierto punto, fue como liberar ese lado maternal que siempre tuve, siento que lo desbordé con ellos”.

Quienes la conocen saben que será la mejor mamá del mundo. “Va a ser de esas mamás que va armar toda una biblioteca de libros de maternidad y crianza, y al mismo tiempo va a dejar que el bebé experimente por sí solo gateando por toda la casa y jugando con los perritos para generar ‘anticuerpos’”, bromea Migbelis Castellanos, su copresentadora en Desiguales. “Estoy segura que será la madre más enamorada y entregada a su bebé. ¡Y yo la tía postiza más permisiva!”.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

Sus compañeras en Desiguales —Adamari, Castellanos, la doctora Nancy Álvarez y Amara La Negra— han sido gran apoyo durante este proceso. “Hemos estado en oración para que todo se le de bien”, dice Adamari, quien en el camerino del show —junto con Castellanos— ayudaron a Banda a ponerse las inyecciones de hormonas que le mandó su doctor. “Lo hicimos con muchísimo amor”, dice la actriz puertorriqueña, quien se sometió a un tratamiento de fertilidad años atrás antes de salir embarazada de manera natural de su hija Alaïa, de ahora 9 años. “Ella tiene un batallón de gente que la quiere, que la admira mucho, que la respeta y que está en este proceso apoyándola”, añade.

<p>Juan Manuel Gómez</p>

Juan Manuel Gómez

“Eso fue una aventura”, ríe Banda sobre sus enfermeras en el camerino. “Estábamos todas nerviosas porque nadie quería dañar las inyecciones porque mi doctor está en México. Migbelis fue la valiente y unos días me inyectó Migbelis, otro día me inyectó mi suegra, otros días me inyectó Carlos y otros con el doctor, así que llevaban la mejor de las vibras todas esas inyecciones”.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

Tras seis años de relación y celebrar una boda de ensueño en Valle de Bravo, México en el 2022, la pareja se siente lista para agrandar la familia. “Estoy emocionada, siento que va a ser una dinámica divertida”, dice al visualizar la llegada de un bebé a casa. “Tengo muchas ganas de ver a Carlos con carriola, con el biberón, persiguiendo al bebé, eso sí me causa curiosidad”, cuenta risueña. “¡Si son gemelos él ya tiene experiencia!”.

<p>Cortesí­a de Karina Banda</p>

Cortesí­a de Karina Banda

Con o sin bebé en brazos, Ponce no tiene descanso: recientemente copresentó los premios Latin American Music Awards, grabó la película Perla en Puerto Rico y la serie Perverso en España y está presentando junto a Banda el reality show de remodelación y decoración Juntos en acción, una producción de Warner Bros Discovery que se transmite por Discovery en Español, Discovery Familia y Hogar de HGTV.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

El dúo dinámico también copresentó en el 2022 el reality Enamorándonos: La isla, grabado en Turquía, donde se enamoraron de Aşk (que significa "amor" en turco), un perrito callejero que adoptaron y hoy vive con ellos en Miami.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

Pero sin duda su mayor proyecto juntos será ser padres. “La posibilidad de ser papá me emociona mucho. Creo en el plan divino de Dios y si es su voluntad, yo le doy la bienvenida”, dice Ponce a People en Español. “Vengo de una familia numerosa y me encanta”, añade Ponce, quien tiene cuatro hijos de su anterior matrimonio con Verónica Rubio: Giancarlo, de 25 años; Sebastián, de 22; y las gemelas Sienna y Savannah, de 21, a quienes adoptaron en Rusia cuando eran bebés.

“Nosotros somos ‘la familia moderna’ porque Carlos ya tiene sus cuatro hijos. Sienna y Savannah son adoptadas y ellas tienen hermanas, una está en Rusia, su otra hermana está en Carolina del Norte. La hermana que está en Rusia tiene un bebé, o sea ellas ya son tías. La exesposa de Carlos se volvió a casar y tuvo dos hijos. Entonces ellos ya están acostumbrados a tener muchos hermanos. Dirán: uno o dos más ¿ya qué? ¡Ya somos un montón!”, cuenta Banda risueña.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

La ayuda de Ponce, su suegra y Sienna —quienes viven con ellos— no le faltará en casa a la mamá primeriza, quien espera que su familia también viaje de Monterrey a visitarlos en Miami y disfrutar de la llegada de su hijo o hija. “Me encantaría poder tener dos, pero los que Dios quiera. Si son gemelos mejor”, dice ilusionada. “Nos visualizamos con una niña y un niño, con la parejita, pero igual si son dos niñas o dos niños ¡yo voy a ser feliz!”.

Si no te quieres perder nada, suscríbete gratis aquí al boletín de People en Español para estar al día sobre todo lo que hacen tus celebridades favoritas, las noticias más impactantes y lo último en moda+belleza.

<p>Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira</p>

Foto: Kike Flores; Peinado y maquillaje: Marco Peña; Estilista: Reading Pantaleón; Asistentes del estilista: Yira Mejía y Geneva Corbin; Productora: Patricia Rivadeneira

A continuación, Banda comparte más detalles de esta importante decisión en su vida y de su anhelo de convertirse en madre.

¿Cómo describes esta etapa en tu vida?

Esta etapa la describo como la etapa que siempre quise y anhelé tener durante tantos años, porque es la primera vez en mi vida profesional que siento una estabilidad que necesitaba y que tanto esperaba para poder también enfocarme en mi vida personal y cumplir el sueño de ser mamá.

¿Te sientes lista para ser mamá?

Muchas veces dicen que una nunca está lista para ser madre porque no es el momento perfecto, pero hoy más que nunca estoy lista para ser mamá. Me estoy preparando para ser mamá. Creo que también uno mientras va viviendo se va preparando de una manera indirecta. En mi caso, no tengo hijos. Carlos tiene sus hijos pero la vida me dio esta oportunidad de ir viendo el como es como padre, que me sirve a mí también para ir observando, aprendiendo lo que yo quiero y cómo yo puedo hacerlo cuando también tengamos ya nuestros hijos.

Otra cosa loquísima es que cuando llegan estos perritos a mi vida yo en ellos pude de alguna manera liberar ese lado maternal, de querer proteger, de dar amor, al grado de que para mí yo siempre digo que son ‘mis bebés’ porque es como si fueran mis hijos. Es igual, las mismas responsabilidades, uno tiene que estar pendiente de ellos, de la comida —ahora les hacemos comida casera, pero tengo que ser honesta, mi suegra es la que la prepara— pero sí es esta dinámica de la responsabilidad. También la angustia cuando están enfermos. Yo no puedo ver a Bruno un poquito enfermo porque yo ya estoy en el veterinario. Digo: ‘Ay Dios mío, ¿yo cómo voy a ser como mamá?' Pero la vida me ha ido preparando entonces, sí, ya me siento lista. Me siento preparada. Ahora además de estar preparada emocionalmente, también en mi carrera profesional uno tiene que estar listo por un tema económico o de haber cumplido tus sueños profesionales. Ahora estoy trabajando en el tema de preparar mi cuerpo para poder lograrlo.

¿Cómo deciden tú y Carlos que ya es el momento de dar este paso?

Él desde que nos conocimos sabía que yo soñaba con ser mamá. No sé si por lo mismo de mi cultura, de donde vengo, de como fui educada, yo siempre soñaba con casarme y con ser mamá, pero también el tema de mi carrera siempre fue mi prioridad. Entonces ya cuando se va tornando todo más formal con Carlos ya era un hecho el que los dos queríamos formar también esa familia en el sentido de los hijos de nosotros. Para ser honesta, fue pasando el tiempo y yo no sentía esa urgencia de ‘tengo que hacerlo ya’. Él era el que me decía: ‘Oye si quieres ser mamá, vamos a apurarnos porque yo no quiero ser abuelo antes de volver a ser papá’. Ese es su trauma [ríe]. Entonces realmente el que me estaba presionando era él, pero lo entiendo y respeto su sentir. Me imagino que para él debe ser un poco estresante o traumático visualizarse de abuelito y que tu nieto tenga la misma edad que tu hijo. Todo se sumó. Él siempre me dijo: ‘Por favor, cuando tú estés lista, pero pues si se puede, más pronto mejor’.

¿Cómo es tu relación con los cuatro hijos de Carlos?

Siento que ‘madrastra’ es un título que aunque sí suena feo, pues la realidad es que no soy su mamá. Nunca he pretendido ser la mamá de ninguno de ellos. Siempre he querido que me vean, además de como la esposa de su papá, como una amiga a la que ellos puedan acudir con confianza cuando necesiten ayuda o simplemente que tengan en mí alguien en quien apoyarse. Eso es importante, sobre todo cuando el papá no está. Ahora mismo Carlos está en Puerto Rico haciendo un proyecto y me alegra y me encanta que Sienna, que vive con nosotros, tenga la confianza para contarme sus cosas, para emocionarse si le dieron un nuevo trabajo y me lo cuenta, y me platica o me pide opinión. Con la que mejor relación tengo es con Sienna porque vive con nosotros. También llegué a sus vidas en un punto en el que ya eran adultos entonces ya la dinámica es diferente.

No es fácil estar con una pareja que tiene hijos. En mi caso me ayudó mucho mi psicóloga.  Mi experiencia y mi recomendación para alguien que esté en una situación así es que no hay nada como buscar ayuda de una terapeuta. Soy fan de buscar ayuda profesional, no solo cuando estás con una pareja con hijos, en general. Siento que te ayuda a ser mejor persona, mejor ser humano, a manejar mejor ciertas situaciones y en nuestro caso nos ayudó muchísimo en el tema de la convivencia. Sienna pasó por una etapa muy fuerte de salud mental y para mí era muy importante que alguien profesional me dijera como yo, Karina, tenía que actuar, qué podía hacer para poder ayudarla y poder sumar en esta dinámica y alivianarle a Carlos también la carga emocional de lo que él estaba viviendo. Eso nos ha ayudado mucho a tener esta buena dinámica y que no haya afectado la relación mía con Carlos.

Haber tenido esta terapeuta, que todavía tengo, nos ha ayudado mucho. Carlos también lo valora y lo aprecia porque se da cuenta del interés que yo tengo de que toda esta dinámica funcione porque somos muchos.

¿Cuántos hijos quisieras tener?

Me encantaría poder tener dos, pero los que Dios quiera. Si Dios decide que sea uno, pues uno, pero sí me gustaría que fueran dos y si son gemelos mejor, para acabar de una vez [ríe]. Nos visualizamos con una niña y un niño, con la parejita, pero igual si son dos niñas o dos niños yo voy a ser feliz con lo que sea.

Háblanos sobre la decisión de congelar tus óvulos. ¿Cómo ha sido el proceso? 

Siento que es un tema del que no se habla mucho y quizás si yo hubiera tenido esa información más temprano hubiera actuado antes. Afortunadamente todavía estoy a tiempo. Cuando yo quise comenzar a buscar un bebé tenía 33 años y uno nunca piensa que va a haber alguna complicación. Lo más importante es ir al doctor y ver que todo esté bien. Me dijo: ‘Te vamos a hacer unos estudios y vamos a ver cómo está tu reserva ovárica’. Ahí es que me di cuenta que mi reserva ovárica estaba baja para mi edad. Tenía 33 años y el doctor me dijo que era de una mujer de unos 38 años, casi 40. Me dijo: ‘Si quieres ser mamá vamos a explorar las opciones y es importante que no tardes mucho para que no comprometas tu posibilidad de ser mamá’. Ahí dije: ¿Qué, cómo? Todas las mujeres tenemos cuerpos y una naturaleza diferente. Uno piensa porque te dicen: ‘Estás joven, ni te preocupes, eso es después de los 40’. Y la realidad es que no.

Estamos dando el mensaje equivocado; no porque tú hayas podido ser mamá después de los 40 de forma natural significa que otra mujer va a poder hacerlo. Los índices de infertilidad han ido aumentando bastante entonces siento que es una decisión que cada quien debe tomar con la información necesaria. Si yo hubiera tenido esta información antes, con todo y que yo no estaba lista para ser mamá — por un tema profesional, porque no había encontrado la persona indicada o no estaba en una relación ya estable como ahora en un matrimonio, y no me sentía preparada— yo sí hubiera optado por congelar mis óvulo. Acabo de terminar un ciclo de hormonas para congelar mis óvulos. Lo acabo de hacer en marzo. Estoy super emocionada. Es un tema que estaba postergando. Ay no, el otro más. La verdad es que Adamari López fue la que me dijo: ‘Te tienes que ir ya’. Todo esto funciona con tu ciclo menstrual. En cuanto llega tu periodo le tienes que avisar al doctor y tiene que verte el primero o segundo día de tu periodo para comenzar con las inyecciones. 

Todo este proceso dura entre 10 y 12 días. Cuando me llegó, dije: ‘ay no, lo hago otro mes’. Y Adamari me dijo: ‘no, tomas un vuelo, te vas y congelas tus óvulos’. Lo hice en Monterrey. Salí del trabajo, compré un vuelo, me fui ese mismo día en la noche y al siguiente día ya estaba con el ginecólogo, con mi doctor comenzando el tratamiento. Le dije a Adamari: ‘gracias por motivarme’.

¿Cómo haces con las inyecciones, quiénes te ayudan?

Eso fue una aventura, todos pusieron su granito de arena. El primer día me lo pusieron en la clínica con el doctor. Ya el segundo día estábamos en el camerino de Desiguales entre Migbelis, Adamari y yo todas tratando de sacar con la aguja la medicina. No es tan complicado, pero sí son varios potecitos y tienes que ir mezclando el medicamento de uno con el otro. Son cuatro potecitos, entonces se le metía aire a la jeringa y traíamos un show literalmente. Estábamos todas nerviosas porque nadie quería dañar las inyecciones porque mi doctor está en México. ¿Qué hago si la echo a perder? Es medicina que necesito ponerme. Migbelis fue la valiente y unos días me inyectó Migbelis, otro día me inyectó mi suegra, otros días me inyectó Carlos y otros con el doctor; así que llevaban la mejor de las vibras todas esas inyecciones.

¿Qué ha significado para ti el apoyo de tus compañeras de Desiguales

Para mí fue super especial vivir este proceso con ellas porque a mi mamá no la tengo aquí conmigo y es bonito no vivirlo sola. A veces los hombres son un poco más fríos, con todo y que son amorosos, son más fríos. No es lo mismo que tener una mujer que lo esté viviendo contigo. Las chicas todas estaban super enfocadas en mí. Siempre que hacemos una oración antes de empezar el programa, oraban y pedían por mis óvulos, pedían por mi proyecto de ser mamá. Afortunadamente me fue muy bien en el tema hormonal. Sí me advirtieron, Adamari me dijo: ‘No te asustes si comienzas a ver cambios en ti, en tu humor, en tu estado de ánimo. Son las inyecciones’. Pero bendito Dios me fue super bien. Siempre traté de estar lo más relajada posible porque te dicen: ‘No estés estresada, no estés angustiada, enfócate en lo que está sucediendo y trata de estar tranquila para que pueda tener el mejor éxito’. Esos 10 o 12 días me olvidé de todo, estaba enfocada en estar tranquila para poner de mi parte y que todo saliera bien.

¿Qué tipo de mamá crees que vas a ser? 

¡Ay Dios mío! Me encantaría decirte que quiero ser una mamá como lo fue la mía porque sé que gran parte de lo que soy es por lo que me enseñó ella. Soy una mujer independiente porque fue algo que ella me inculcó con el trabajo. Me enseñó a que yo me ganara mi dinero, a yo trabajar. Ella siempre me dijo: ‘Quiero que si algún día te casas y no te va bien, tú no dependas de ningún hombre’. Y eso se lo voy a agradecer siempre. Pero temo que voy a ser una mamá super consentidora. Tengo que tener la mente fría y pensar en el bienestar de mis hijos porque al final dándoles todo y consintiéndolos no les hacemos ningún bien, ellos también se tienen que preparar para enfrentarse a la vida y a las realidades. Le voy a pedir mucho a Dios que me ayude para ser esa mamá que pueda prepararlos para enfrentarse al mundo.

¿Cómo crees que los va a unir más a Carlos y a ti ser padres?

Realmente no pienso que un hijo viene a unir más a una pareja. Puede ser un error que muchas personas cometen pensando que si no existe un vínculo tan grande entre ellos, quizás un bebé o un hijo los puede ayudar a tenerlo. Para poder tomar la decisión de traer a un niño al mundo esa unión  ya debe de existir, ese amor, ese apoyo, ese equipo y siento que ese bebé viene a ser el fruto de esa unión que ya hay. Estoy emocionada, siento que va a ser una dinámica divertida. Tengo muchas ganas de ver a Carlos con carriola, con el biberón, persiguiendo al bebé, eso sí me causa curiosidad [ríe]. Estoy emocionada de verlo como papá; pero si son gemelos él ya tiene experiencia.

¿Cómo han tomado los hijos de Carlos la noticia de tener un hermanito o hermanita? 

Nosotros somos la familia moderna porque Carlos ya tiene sus cuatro hijos. Sienna y Savannah son adoptadas y ellas tienen hermanas, una está en Rusia, su otra hermana está en Carolina del Norte. La hermana que está en Rusia tiene un bebé, o sea ellas ya son tías. La mamá de los chicos, la exesposa de Carlos, se volvió a casar y tuvo dos hijos. Entonces ellos ya están acostumbrados tener muchos hermanos. Dirán: 'Uno o dos más ¿ya qué?'. ¡Ya somos un montón! Somos la familia moderna, y con los tres perros. Mi familia está feliz. La más feliz en todo esto —además de mi papá, mis sobrinos y mis hermanos— es mi mamá. En un momento le dije a mi mamá que ya no quería tener hijos, que no quería ser mamá y yo sé que fue algo muy doloroso para ella. Ella sueña con verme convertida en mamá y ya que cambié de opinión está muy feliz. Es la que me está llevando a todas las citas. Todo lo estoy haciendo con un doctor en Monterrey que es muy bueno y ha tenido muchos casos de éxito de in vitro. Fue un bachecito que tuve en un momento. Siempre he querido ser mamá, pero te soy honesta, en esa etapa fue cuando Sienna estaba pasando por su proceso y su situación de salud mental y yo veía a Carlos tan angustiado que yo decía: ‘No quiero vivir eso nunca con un hijo, ya no quiero ser mamá’. La realidad es que sí, toca vivir cosas fuertes, pero son muchas más las cosas bonitas que puedes vivir y la satisfacción que te da tener un hijo ¡entonces aquí estoy!

¿Cómo te han apoyado Carlos y tu familia en este proceso de las inyecciones? 

Es mucho más sencillo de lo que lo pintan. Yo me imaginaba algo bien complicado. Te dicen que vas a sufrir muchos cambios en tu estado de ánimo, que subes de peso. Considero que todas tenemos una historia diferente, lo vivimos de una manera diferente. Te puedo decir en lo personal que gracias a Dios me fue muy bien, no me sentí rara, no me sentí diferente. Creo que también jugó un papel importante el hecho de que yo estaba bien tranquila porque me mentalicé a estar relajada para poner de mi parte de esa manera en que todo saliera mejor. Da un poco de miedo al principio el tema de las inyecciones porque dices: '¿Y si no lo hago bien? ¿Me tengo que inyectar sola y son tantas inyecciones?' El proceso dura entre 10 y 12 días, pero la realidad es que cuando armas un círculo de amor y de apoyo todo es mucho más sencillo.

En lo personal tuve la fortuna [de estar acompañada por] mis compañeras de Desiguales que adoro y que me da mucha ilusión estar viviendo esta etapa junto a ellas. Algunas ya son mamás. Ada que lo vivió de cerca, Migbelis que a lo mejor todavía no llega a este punto pero igual le da ilusión y es valiente y ella agarró la inyección y ahí le expliqué yo lo que me había dicho el doctor y ella me puso la primera inyección después que la que me pusieron con el doctor. Fue algo muy bonito porque estábamos todas en el camerino emocionadas, con el nervio de que sabíamos que lo que estábamos haciendo al final va a traer un fruto hermoso, primero Dios.

Carlos también me ayudó con las inyecciones. Él me ayudaba, mi sobrinita que está en Monterrey también fue parte del proceso, me acompañó la primera vez con el doctor. Entonces para mí es importante que mi familia se sientan parte de esto, aunque estén lejos. Me encanta que mi doctor está en Monterrey porque ahí está mi mamá y ella puede sentirse parte de este proyecto tan bonito.

¿Quiénes serán tu apoyo cuando llegue el bebé o los bebés?

Espero que mi soporte sean todas y todos. Me gusta la idea de que sean gemelos, pero si son dos o es uno igual seré mamá primeriza, y hay muchas cosas con las que seguramente voy a necesitar ayuda. Aunque Carlos ya sabe mucho, que eso también me da mucha tranquilidad, pero mi suegra vive con nosotros, eso también me da tranquilidad, saber que no voy a estar sola, que ella me puede ayudar. Quizás habrán temas del cuerpo de la mujer que Carlos no me va a poder ayudar y ella sí, y definitivamente mi mamá estoy segura que también querrá estar aquí unos días o acompañarme en todo este proceso y nosotros felices de tener esta red de apoyo ya que llegue el momento.

¿Cómo te motivó Adamari López a tomar esta decisión? 

Yo tengo un problemita: soy muy controladora. Quiero tener el control de todo. Yo tenía más o menos mis cálculos y cuando de repente me llegó mi periodo el día que no lo tenía planeado, vi todo muy complicado. Porque el doctor me dice: ‘Te espero aquí mañana’. Y yo: ‘¿Cómo mañana? Yo tenía pensado hasta el fin de semana’. Entonces comencé a ver vuelos, era la Semana Santa, estaban carísimos. Comencé a ver opciones y dije: ‘No, mejor ya, lo dejo para el otro mes’. Y Adamari me dijo: ‘Tomas ese vuelo y te vas a congelar tus óvulos. Ya, no lo pienses’. Fui, compré el vuelo y ya el resto es historia. Le dije en un mensaje: ‘Gracias por decírmelo’, porque yo de repente empiezo a ver todo complicado y dejo de hacer las cosas. Y cuando ella me dio ese empujoncito, dije: 'OK, lo voy a hacer'. Si no, no lo hubiera hecho.

Háblanos de tus hijos perrunos. ¿Qué significan tus tres perros para ti? 

Nuestros perritos para nosotros significan todo. Los que tienen la fortuna de tener una mascota saben que se vuelven parte de la familia. Creo que también para mí, hasta cierto punto, fue como liberar ese lado maternal que siempre tuve. Cuando todavía no estaba lista para ser mamá, siento que lo desbordé con ellos, porque al final del día también necesitan mucho amor, mucha protección. Te dan mucho amor, te dan mucho cariño, te dan mucha compañía. Son tan fieles, son tan leales, entonces por estos últimos años nos han acompañado. También Carlos con su estilo de vida de trabajo, que muchas veces se iba, pues el tener aquí a Bruno conmigo me hacía sentir esa compañía. Me sentía también protegida porque Carlos no estaba o estaba trabajando.

Para mí también es importante que Carlos ame tanto a los animales, que ame tanto a estos perritos, porque es algo que él y yo lo sentimos y lo vivimos igual. Solo él y yo sabemos lo que significa que a ellos les pase algo, o tenerlos tan consentidos, tan queridos, tan amados. Lo que sí no teníamos en mente era que fueran tres. Jamás pensamos en tener tres perros. Cuando tomamos la decisión de tener a Bruno, fue como que ‘bueno, un perrito’ Los golden doodles son una raza superinteligentes y es muy fácil que sigan instrucciones, entrenarlos, entonces en ese aspecto me encantó. Después nos fuimos a Turquía y nos enamoramos de Aşk, que era un perrito de la calle que conocimos durante la grabación de Enamorándonos: La isla y nos enamoramos de él. Carlos me dijo: '¿Y si nos lo llevamos?'. Y a mí se me iluminaron los ojos porque yo sentía una tristeza de tener que irnos y dejar a ese perrito después de haber estado conviviendo con él por un mes y medio más de 100 personas. Un perrito que recibía amor todos los días de tanta gente, de repente imagínate que todos nos vamos y él se queda solo otra vez. Yo de verdad no podía ni imaginar ese momento.

Carlos —que por eso y muchas cosas más lo amo tanto— se dio cuenta de mi angustia y me propuso traernos al perrito y ya tiene con nosotros aquí dos años. El chiquito, Aspen, él llegó de sorpresa. Una amiga muy querida me dijo que lo estaban regalando. Es un gigante de los Pirineos. Me manda un mensaje y me dice: ‘Están regalando este perrito, tiene tres meses. ¿Lo quieres’. Yo se lo enseño a Carlos —un perro hermoso, blanco, precioso— que cuando Carlos lo ve me dice: ‘Ese es el perro de mis sueños’ y yo: 'Ay Dios mío'. Lo trajimos a que tuviera un día de juego con Bruno y Aşk y nos enamoramos de él. Vino a casa y desde entonces el es el demonio de Tasmania de esta casa, es el bebé pero el que más trabajo nos da. Es un travieso, quiere jugar todo el día, pero mi suegra nos ayuda mucho con ellos.

¿Algún mensaje que quieras darle a otras mujeres?

Me gustaría decirle a todas las mujeres que aún no son madres que si van a tomar una decisión tan importante como tener —o no tener— hijos biológicos lo hagan bien informadas, que congelar sus óvulos es un paso del que estoy segura nunca se van a arrepentir, pero sí podrían arrepentirse si no lo hicieron porque ya no hay marcha atrás. Hay que hablarlo más, hay que contarlo, hay que normalizarlo. Sobre todo que no se sientan mal si llegaron a un punto en el que tienen que tomar ese paso, porque siento que para muchas también puede ser difícil pensar ¿en qué momento llegué a este punto que tengo que congelar mis óvulos? porque quizás no tienen pareja para ser mamá en este momento, o la vida las alcanzó y no están listas profesionalmente para ser mamás. Entonces es mejor tenerlo como una ayuda, como una herramienta, como una opción que podemos aprovechar y tomarla, sobretodo para no sentirnos presionadas por el tiempo.