La división política en Libia pasa factura tras el ciclón Daniel

Trípooli, 15 sep (EFE).- La división política y el conflicto en el que Libia está inmerso desde hace más de una década pasa factura a las deficientes infraestructuras de la ciudad de Derna (este), la más afectada por el ciclón Daniel, que dejó este domingo mas de 7.000 muertos, 10.000 desaparecidos y 30.000 desplazados.

La lista de necesidades de los supervivientes no deja de aumentar: agua potable y víveres, servicios de saneamiento e higiene, apoyo psicosocial y prevención de enfermedades entre otros.

La ayuda humanitaria enviada hasta el momento es una "gota en el océano", lamentó Unicef, que hizo un llamamiento a los donantes para reunir 67 millones de euros destinados a cubrir las necesidades de 250.000 damnificados durante un trimestre.

Los cientos de millones de euros movilizados en la última semana por la comunidad internacional no permiten asistir a los damnificados de la región de Cirenaica, donde viven cerca de 664.000 personas -incluidos 283.000 niños- y que necesitan ayuda "desesperadamente", apunto Unicef.

Los brotes de diarrea y cólera así como de deshidratación y desnutrición son de las principales preocupaciones para los cerca de 38.000 desplazados en esta parte del país, de los cuales 30.000 de ellos se encuentran en Derna. Por este motivo, las organizaciones advierten del riesgo de una segunda crisis humanitaria de enfermedades transmitidas por la descomposición de los cuerpos y las aguas contaminadas.

La división política- con dos ejecutivos al este y oeste- obstaculiza la logística de estas labores, incluida la obtención de visados de los trabajadores humanitarios que se desplazan para participar en los rescates. A esto se suma la ausencia de una estrategia conjunta de coordinación y el difícil acceso al lugar tras la destrucción de carreteras y puentes que ha fraccionado igualmente la ciudad en dos.

En una carrera a contrarreloj, los equipos en el terreno continúan encontrando supervivientes, como una mujer y sus cuatro hijas que se hallaban en su domicilio además de una anciana bajo un edificio derrumbado.

La Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas declaró el jueves que la mayoría de las víctimas de las inundaciones podrían haberse evitado si el país contara con servicios meteorológicos eficientes, ya que habría podido emitir avisos oportunos y la gestión de emergencia habría podido evacuar a la ciudadanía.

Esta localidad costera, la cuarta más grande con 120.000 habitantes, fue sorprendida por lluvias torrenciales que hicieron colapsar durante la madrugada dos presas, situadas a pocos kilómetros de las áreas habitadas, vertiendo 33 millones de litros de agua en el centro de esta localidad, que arrastraron hasta el mar zonas residenciales enteras y los cuatro puentes que atraviesan el río Derna.

Las imágenes satelitales de antes y después muestran la destrucción de barrios enteros y, según las autoridades locales, cerca del 25 % de la ciudad habría desaparecido bajo el agua. Uno de los motivos del rápido derrumbe de estos embalses parece ser el mal estado de sus infraestructuras, la falta de medidas de seguridad y la ausencia de mantenimiento en los últimos años.

Pese a la urgencia de la situación, las autoridades enfrentadas no han logrado unificar sus políticas, lo que algunos analistas califican de "gestión caótica", aunque ambas pidieron el lunes por separado ayuda humanitaria y declararon tres días de luto nacional.

Dos poderes enfrentados se dividen el poder ejecutivo: el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), radicado en Trípoli (oeste) y reconocido por la comunidad internacional, de Abdulhamid Dbeiba; y el Gobierno de Bengasi, elegido por el Parlamento y bajo control del mariscal Jalifa Haftar -hombre fuerte del país-, dirigido por Osama Hammad.

(c) Agencia EFE