Facilidades para el torero Isaac Fonseca en su despedida de México

Ciudad de México, 22 ene (EFE).- La segunda corrida de la Feria "Sí a los toros!" de la ciudad de Texcoco en el Estado de México concluyó este sábado con cuatro orejas y un rabo para Isaac Fonseca.

Los también mexicanos Héctor Gutiérrez y André Lagravére “El Galo” cortaron una oreja cada uno mientras Juan Pablo Llaguno se despidió sin apéndices. Los seis toros de Vistahermosa sin trapío ni fuerzas y descastados. Los de Marrón de semejantes condiciones. Se registró tres cuartos de entrada.

Entre los aficionados y los profesionales de la tauromaquia en México se da por sentado que en la próxima feria de San Isidro en Madrid confirmará el mexicano Isaac Fonseca.

Tanta es la certidumbre que ya se habla de quien será uno de sus compañeros de terna. Las expectativas y esperanzas puestas en Fonseca parecieron pesar en una corrida que pareció estar puesta para su lucimiento. Las cuatro orejas y el rabo fueron premios excesivos.

La importancia de la plaza Silverio Pérez, a 37 kilómetros de la capital, con gran presencia de público habitual en la suspendida cautelarmente por un juez Plaza México, debe ser mayor que lo visto hoy. Ganado muy endeble, una oreja y un rabo no pedidos por los presentes y otorgados por el juez, un toro despitorrado en el primer tercio y que a pesar de ello continuó la lidia entre protestas y los regalos a Isaac Fonseca, son el resumen de la segunda de feria.

En su primer toro Fonseca inició al capote con una larga cambiada, con la muleta lo hizo de rodillas. Todo muy espectacular. Bríos que contrastaron con el desánimo del toro al embestir. Luego el de Michoacán toreó para la tribuna, a la carrera pero sin contemplar tandas y algo confuso con las distancias. Supo asomar la tela al contrario por el izquierdo pero no quedó la cosa ni en dos pases.

Otra vez con la derecha realizó tandas con la montera en la mano izquierda. Artificio que el Vistahermosa deslegitimó con su endeblez. Unas bernardinas sin estoque las escogidas para finalizar. Pinchó con la espada y tras una segunda estocada certera el juez de plaza le regaló dos orejas por una faena sin profundidad, bailada y al paso. El ritmo que no tenía el toro lo puso el de luces.

El rabo que le dio el palco sin ser reclamado llegó tras una faena con más profundidad aunque el Vistahermosa carecía de recorrido y fuerza por lo que trincherazos y cambios de mano suscitaron los oles. Otra vez su mano izquierda ejecutó lo mejor. Toro noblote que se dejó hacer. “Destellos y trincherazos” destacó Fonseca en la espera de recibir el rabo. El toro también tuvo su premio excesivo con un arrastre lento.

El Galo, por su parte, tras unas fases muy desajustadas a capote y banderillas, en la muleta, en la que el de Marrón embistió metiendo la cabeza, logró ejecutar una tanda completa. Una arrucina le trajo aplausos y supo darle gestualidad a la faena, además de llevar hacia dentro al buriel. Un buen descabello precedió a una oreja muy generosa aunque el de luces estuvo por encima de su rival.

Con el toro mermado en el pitón, tras un encontronazo con las tablas, el joven espada insistió en torear. Pasodobles que no lograron tapar los pitos acompañaron su faena.

La oreja de Héctor Gutiérrez tampoco fue reclamada por el público. Sus dos faenas muy en la cara de toro carecieron de razón de ser y fueron escasos los pases y muchos los alardes con dos reses sin casta. Gutiérrez declinó pasear el trofeo. Su mejor decisión de la tarde. El más veterano del cartel, Juan Pablo Llaguno, ofreció dos faenas muy largas sin nada que resaltar más allá del acierto de no brindar su segundo toro.

(c) Agencia EFE