Fallece el piloto brasileño Gil De Ferrán a los 56 años

Fallece el piloto brasileño Gil De Ferrán a los 56 años

El mundo del automovilismo ha sufrido una gran pérdida. El piloto Gil De Ferrán ha fallecido mientras se encontraba compitiendo junto a su hijo Luke, en el famoso circuito The Concours CLub Opa-Llocka, en Florida.

El ganador de las 500 millas sufría un ataque al corazón mientras participaba en esta carrera tal y como adelantaban medios como TMZ.

El brasileño, que tenía 56 años, tuvo que parar porque se empezó a sentir mal y de ahí fue trasladado al hospital, donde fue atendido por los médicos. Pero ya no se pudo hacer nada.

Jamie Squire/ALLSPORT Gil de Ferrán

La partida inesperada del que fuera director deportivo de McLaren ha causado conmoción entre sus compañeros, quienes han compartido sus condolencias y también palabras de cariño hacia Gil.

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"Todo el mundo en McLaren Racing está conmocionado y profundamente triste al saber que hemos perdido a un querido miembro de nuestra familia McLaren. Enviamos nuestro más sentido pésame a la familia, amigos y seres queridos de Gil de Ferran. Gil era una parte importante e integral de nuestro equipo de carreras. Era una fuerza formidable dentro y fuera de la pista y dejó un impacto duradero en todos los que corrían y trabajaban a su lado. Le echaremos de menos en McLaren Racing", publicó el equipo en sus redes.

Por su parte, el campeón español Fernando Alonso, también dedicó un emotivo escrito a quien fuera su consejero. "No tengo palabras. Es un día muy triste. Gracias por los momentos que compartimos, por enseñarme de todo corazón a correr en óvalos y por los innumerables recuerdos que creamos juntos. Te echaremos mucho de menos, Gil", expresó el bicampeón mundial de F1 en su perfil de X.

Gil De Ferrán, nacido en París y nacionalizado en Brasil, inició su carrera en la Fórmula 3 británica. En Estados Unidos ganó siete pruebas de la CART y cinco de la IndyCar entre los años 1995 y 2003. Logró dos títulos de la CART en 2000 y 2001 y se hizo con 50 podios como piloto de la escudería Penske. Su gran logro fue en 2003, durante su cuarta y última participación en las 500 Millas de Indianápolis. Prosiguió su carrera como director deportivo y consejero en diferentes marcas y campeonatos.

Deja a dos hijos, Luke, también piloto a quien acompañaba el fatídico día de su muerte, y Ana, joven disc jockey que anima con sus mezclas las carreras.