Florencia Ortíz: el presente en España de una “villana”, por qué siente su vida dividida y qué le generó la condena a Juan Darthés

Florencia Ortíz: el presente en España de una “villana”, por qué siente su vida dividida y qué le generó la condena a Juan Darthés
Florencia Ortíz: el presente en España de una “villana”, por qué siente su vida dividida y qué le generó la condena a Juan Darthés - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz

Tres veces se fue Florencia Ortíz a España, y esta parece ser la definitiva. El tiempo y la vida dirán. Ella, por ahora, no se hace esos planteos. Se fue por primera vez a Barcelona, a los 18 años, a trabajar como modelo. Volvió para cumplir el sueño de ser actriz y se le dio con 90-60-90 Modelos, un éxito que le abrió las puertas para hacer más de treinta ficciones. En el 2000 se mudó a Madrid, estuvo tres años y otra vez regresó porque, quizá, su destino estaba aquí en ese momento. Conoció a Lucas Inza, se enamoraron, fueron padres de Eva y otra vez España estuvo en los planes. Viajaron en el 2015 y hace 8 años que vive en Premiá de Mar, a 20 kilómetros de Barcelona, feliz porque encontró el equilibrio entre su oficio de actriz y tiempo para dedicarle a la familia.

Hoy Florencia Ortíz protagoniza dos obras en la Sala Pangolí: El ascensor, con Gerardo Bergérez, y El mar, con Antonio Castillo. “Son mis dos ángeles de la guarda que me ayudaron cuando vine a España porque, por más que tengas un curriculum, no es nada fácil hacerse un lugar, sobre todo para las actrices argentinas; me da la sensación que al actor argentino le va mejor . Con ellos empecé un nuevo ciclo en Barcelona”, le detalla la actriz a LA NACIÓN. Durante la charla recuerda a las muchas villanas que interpretó y reflexiona sobre nuestro país.

-Y además te limita el acento, ¿o no?

-Totalmente. Yo soy argentina y si hay un casting para un personaje argentino, vamos todas (risas). En Madrid es otra realidad. Si quisiera realmente entrar en ficción me tendría que mudar a Madrid. Y, en cambio, en Barcelona puedo hacer teatro y elijo esta vida más tranquila y estoy fascinada porque no había hecho mucho teatro en Buenos Aires.

La actriz en El mar, una de las obras que protagoniza actualmente
La actriz en El mar, una de las obras que protagoniza actualmente - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz

-¿No se te dio hacer ficciones allí?

-Hice una serie en Italia, videos y algunos castings, pero no se dio. En Barcelona no hay tanta ficción y yo me lo tomé tranquila. Disfruto estar con mi hija Eva, hacer una vida tranquila, acompañarla al colegio, ir a la playa, al cine, de shopping. Está en una edad hermosa y somos muy compinches. Es una vida más de pueblo. Los tres estamos a pleno y vamos juntos a todos lados. No se dio la ficción, pero sí el teatro y estoy con estas dos obras que son totalmente opuestas: El mar es muy emotiva y habla del amor, de las mujeres, del compañerismo, y El ascensor es una comedia de dos personajes encerrados en un ascensor. También estamos proyectando un infantil con Antonio Castillo, y doy clases de teatro y un curso de ficción en la escuela de Antonio Castillo en Rubí, que es otro pueblo. Encontré un equilibrio y puedo actuar y dedicarle tiempo a mi familia. Son años que no van a volver y es importante para mí acompañar a mi hija.

-Entonces no hay planes de volver…

-No por ahora. Hace ocho años ya que estamos y esta es mi tercera vez en España. No sé qué es, pero hay algo que me llama de acá. Soy Ortiz Albariña más española imposible. Me siento como en casa. Me gustan los dos lugares, no es que siempre quiero estar en España, pero me atrae. Esta es la vez que más tiempo nos quedamos porque vinimos con mi hija a los 8 años y ahora tiene 16 y no se quiere ir porque ya tiene su vida acá. Voy de vacaciones a Buenos Aires todos los años y extraño mucho.

Ortíz junto a su marido, Lucas, y su hija Eva
Ortíz junto a su marido, Lucas, y su hija Eva - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz

-Es al revés de la canción de Facundo Cabral… “No soy de aquí ni de allá”.

-Algo así. En realidad, me siento de los dos lugares, y en las visitas a Buenos Aires me saco el gusto de extrañar a mi mamá, mis hermanos, mis amigas, las calles de la ciudad. Estoy dividida, de verdad. Hace 17 años que estamos con Lucas (Inza). Cuando nos conocimos fue un flechazo y él acababa de llegar de Barcelona y yo de Madrid, y dijimos que alguna vez íbamos a volver juntos. Se dio cuando Eva tenía 8 años, nos animamos y acá seguimos.

-¿Cómo se ve Argentina viviendo en España durante tantos años?

-Estoy super informada de todo lo que pasa en la Argentina y en España también. Somos un país muy efusivo, potente. Hay mucha pobreza y si el Estado no ayuda a los que menos tienen, nunca van a salir adelante. En España pasa lo mismo y se ayuda al que no tiene, a las madres solas con sus hijos. Si no, no se puede. Yo creo en un Estado fuerte y presente.

-¿Te amarga la realidad de la Argentina?

-Me amarga y me amargó mucho. Me vine en el 2015, cuando la grieta estaba más profunda que nunca y se peleaban las familias, los amigos. Fue un momento muy álgido. La verdad es que sentí un alivio, como si me estuviera escapando (risas). Tengo esperanza, fe y amor en mi corazón y creo que todos queremos lo mejor para nuestro país y para la gente. Ahora, cómo se llega a eso, es otra cosa. Me emociona mi país, me siento muy argentina.

"Disfruto estar con mi hija Eva, hacer una vida tranquila, acompañarla al colegio, ir a la playa, al cine, de shopping. Está en una edad hermosa y somos muy compinches" - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz
"Disfruto estar con mi hija Eva, hacer una vida tranquila, acompañarla al colegio, ir a la playa, al cine, de shopping. Está en una edad hermosa y somos muy compinches" - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz

-No se te pegó el acento español ni tampoco palabras en catalán…

-Estudié catalán, porque hay cursos gratuitos para los inmigrantes y lo aproveché. Entonces entiendo y puedo responder, pero lo hablo poco porque no tengo muchas oportunidades. En casa hablamos argentino y cocino milanesas, arroz con pollo, todo muy argentino. Y sé quién hace alfajores, helado argentino, dulce de leche.

-Tu primer trabajo como actriz fue en 90-60-90 Modelos, ¿qué recuerdos tenés de ese momento?

-Trabajaba como modelo, pero siempre con la cabeza en la actuación. De hecho, a los 9 años le decía a mi papá que quería ser actriz, porque él era presidente de una agencia de publicidad muy importante en los ‘80. Yo miraba los comerciales y decía “quiero hacer eso”. Mi oportunidad fue esa porque entré como modelo. A los 18 años me fui de casa, me vine a Barcelona a trabajar en una agencia y a la vuelta, entré a la novela de Canal 9.

"Me vine en el 2015, cuando la grieta estaba más profunda que nunca y se peleaban las familias, los amigos. Fue un momento muy álgido" - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz
"Me vine en el 2015, cuando la grieta estaba más profunda que nunca y se peleaban las familias, los amigos. Fue un momento muy álgido" - Créditos: @Gentileza Florencia Ortíz

-¿Ahí confirmaste que era el mundo que te gustaba?

-Totalmente. Actuar me llena al alma. Es como vivir otras vidas. Yo me aburro de mí misma (risas) y me gusta salirme de mí. Es muy entretenido ser otra persona.

-Fuiste villana muchas veces, ¿son los personajes que más se disfrutan?

-Yo disfruto todos. Hice de mala por primera vez en Milady, la historia continúa, con Florencia Raggi y yo era la hermana mala. Después hice Muñeca brava y terminé secuestrando a Facundo Arana y apuntando con un arma a Natalia Oreiro. Lo lindo de ser villana es que tenés permitido hacer maldades y cosas que jamás harías en la vida real. Es divertido y bizarro. Y también hice comedias y recuerdo a la mucama de Amor en custodia que se llamaba Rubí. Le pedí al productor, Enrique Estevanez, que Rubí saliera adelante por ella misma y no por enamorarse de alguien con dinero; se lo planteé me escuchó porque Rubí fue cantante. Me encantó porque tenía comedia y era divertido. Fue un volver a empezar. También me gustó mucho ser la mala de Violetta; era la mamá del personaje de Mercedes Lambré. Fue un éxito en España y cuando vine me llamaban Priscila; era mala, muy mala, y fue genial. El de Patito feo me encantó porque era diferente a todos: era una profesora que bailaba y tenía un romance, pero no era villana.

-Hace unas semanas condenaron en Brasil a Juan Darthés, alguien con quien trabajaste en numerosas oportunidades, en la causa por abuso sexual agravado contra Thelma Fardin... ¿Qué sentiste cuando te enteraste?

-Me parece que habló la justicia y se hizo justicia con una niña de 16 años que se encontraba fuera de su casa, en otro país, y él era un hombre de 45 años, o sea... Que la gente no le haya creído a Thelma, eso me pone triste. Me parece que tenemos que avanzar como sociedad para creernos a las mujeres y para que se animen a denunciar, así que este fallo a favor de Thelma me parece que es muy importante para seguir adelante. Yo trabajé con él en un montón de novelas, y por eso para mí fue un shock total cuando me enteré de esta historia. Trabajé en Canal 9 desde mi segunda novela, que fue Herederos del poder. Jamás tuve ninguna historia ni nada, siempre tuve buena relación y nunca vi ninguna situación extraña, pero yo siempre soy medio de ir, hacer mis cosas e irme, como que voy muy enfocada en mi trabajo.