De la fractura de Carlos Santana a las lágrimas de último minuto de Adele, shows en Las Vegas que no salieron como se esperaba
La información que llega desde el estado de Nevada, donde se encuentra la capital mundial de las apuestas, dice que el músico Carlos Santana deberá reprogramar su residencia en Las Vegas, por haber sufrido la fractura de un dedo. Fue el presidente de Universal Tone Management, Michael Vrionis, quien contó a Variety la situación por la que se produjo la cancelación: “Lamento decir que Carlos estaba dando un paseo en su casa de vacaciones en Kauai cuando sufrió una dura caída y se rompió el dedo meñique de la mano izquierda. Tuvieron que colocarle clavos en el dedo. Desafortunadamente, no podrá tocar la guitarra durante aproximadamente seis semanas”. Sin embargo, los médicos anticipan que su recuperación será total.
Por ese accidente doméstico, no hubo más chances que la de cancelar las ocho funciones que el músico tenía previstas entre el 22 de enero y el 2 de febrero, en el House of Blues del Mandalay Bay Resort and Casino de Las Vegas. Desde las webs oficiales del músico y del hotel, además de anunciarse la noticia, se comunicó como serían los reembolsos por los tickets adquiridos.
Para el negocio de la música, lo que en castellano se denomina “residencia” no representa un cambio de vivienda ni la práctica profesional que realiza un estudiante para culminar una formación de grado, sino la estada que un artista o grupo realizan por varias semanas o meses en un mismo escenario. En algunos casos, puede ser un simple ciclo de conciertos, como era el previsto por Santana; en otros es el compromiso de instalarse en un lugar por varios meses, porque el artista pasa a formar parte de la amplia oferta de shows que ofrece un importante hotel de la Ciudad del Pecado. Esa es la denominación que se encontró, especialmente para esos músicos que son muy famosos, que suelen hacer giras mundiales por estadios y que deciden, seguramente por un buen contrato económico, cambiar su ritmo de trabajo por otro que resulte más sedentario (aunque solo sea por un rato). Como sucede en el mundo del teatro, con los actores que van cada noche a una sala y comienzan, con el paso de las funciones, a poblar sus camarines de “efectos” (y afectos) personales, se repite una rutina que nunca se da en las grandes giras donde, en el mejor de los casos, los músicos se sientan cuatro o cinco veces frente al espejo del mismo camarín.
La suspensión de Carlos Santana no es un caso aislado en el historial de las residencias de músicos famosos en Las Vegas. Seguramente, el caso reciente más comentado fue el de Adele, que reprogramó el inicio de sus funciones apenas un día antes del estreno.
Aun con ecos de la pandemia Covid-19, a mediados de enero de 2022, la cantante británica realizó un video en el que pedía disculpas por la cancelación sobre la hora de la serie de shows que tenía programados en Las Vegas. El plan era un ciclo de funciones que comenzaría la segunda quincena de enero de ese año y, debido a la demanda de tickets, se extendería hasta el 16 de abril.
En ese momento, simplemente grabó un video de manera informal, y sin el maquillaje que suele usar, para explicar, entre lágrimas, los motivos del aplazamiento y, sobre todo, para pedir disculpas. Aseguró que su equipo había intentado absolutamente todo lo posible para armarlo a tiempo y para que fuera lo suficientemente bueno para el público: “Pero los retrasos en las entregas y el Covid-19 nos destruyeron por completo”, dijo, luego de que su equipo trabajara contrarreloj, en el Colosseum Theater del Caesars Palace, un recinto con capacidad para 4100 espectadores. “Lo siento mucho, pero mi espectáculo no está listo”, dijo. “La mitad de mi equipo está enfermo de Covid-19. Todavía lo están, y ha sido imposible terminar el espectáculo. Y no puedo darles lo previsto en este momento; estoy destrozada. Lamento que sea tan de última hora. Hemos estado despiertos durante más de 30 horas tratando de resolverlo y se nos acabó el tiempo. Estoy tan molesta, y realmente avergonzada, y de nuevo, lo siento mucho por todos los que viajaron”.
All dates will be rescheduled
More info coming soon
💔 pic.twitter.com/k0A4lXhW5l— Adele (@Adele) January 20, 2022
Por supuesto que tuvo su revancha. La serie fue reprogramada. Comenzó el 18 de noviembre de ese año con el título Weekends With Adele y tuvo, hasta el 23 de noviembre de 2024, 100 funciones . En general, el espectáculo no mostró variaciones pero sí momentos bien diferenciados, que fueron de un comienzo intimista, con apenas la compañía de un piano, hasta efectos de pirotecnia, una cascada y una pileta, y un acto digno de un cuadro de magia, donde ella desaparece del escenario.
Lo que varió bastante fue su vestuario con el paso de las funciones. La producción pensó en unos veinte vestidos diferentes. Adele usó piezas de Maison Schiaparelli, el primer diseño de Harris Reed para Nina Ricci, un vestido que le hizo Stella McCartney y prendas de etiquetas famosas, como Versace, Loewe, Louis Vuitton, Paco Rabanne y Proenza Schouler, entre otras. Para el cierre del ciclo tuvo a una espectadora muy especial: Celine Dion.
Proyecto en pausa
“Jennifer Lopez ha decidido extender su residencia en Las Vegas debido a la avalancha de peticiones para que la cantante siguiera. Su show All I have, según comunicó el Planet Hollywood de Las Vegas en su cuenta de Twitter, tendrá 21 fechas más, con las entradas a la venta a partir del viernes”. La noticia fue real, pero ocho años atrás. Eran otros tiempos en la carrera de Jennifer López. Ofreció 120 conciertos en el Zappos Theater, con capacidad para 7000 espectadores, ubicado en el Planet Hollywood Resort & Casino. Se presentó hasta septiembre de 2018. Ese espectáculo fue visto por más público que el que visitó a Adele en Las Vegas.
Sin embargo, a mediados de 2024 varios medios estadounidenses publicaron la noticia de que la cantante estaba en tratativas con el MGM Grand para una residencia de 90 shows, en 2025, pero por las cancelaciones que había tenido en diferentes salas y estadios, debido a la baja venta de tickets, luego del lanzamiento de su último álbum, ese proyecto habría quedado en pausa. De hecho, no aparece en la cartelera de shows de este año.
Más allá del mal momento de López, nadie le quita lo conseguido en su carrera, incluida aquella exitosa residencia en Las Vegas. En el ranking de las figuras más convocantes de estas producciones, Celine Dion figura en el primer puesto y en el segundo, porque el volumen de facturación y de cachet superó al de cualquier otro artista con los espectáculos que hizo entre 2003 y 2007 (A New Day) y entre 2011 y 2019 (Celine). El tercer lugar lo ocupa U2 con el show montado entre 2023 y 2024 en un revolucionario domo: U2:UV Achtung Baby Live at Sphere. El cuarto lugar le corresponde a Elton John con Red piano, que ofreció entre 2004 y 2009, y el quinto a Britney Spears, que llevó a Las Vegas su show Piece of Me, entre 2013 y 2017
Para 2025, la agenda de “residencias” -algunas extensas, otras de menos de 10 funciones- cuentan, en general, con artistas de muy larga trayectoria, para públicos que crecieron escuchando su música, en otras épocas. No se ven nombres de artistas nuevos, en ascenso. Por el contrario, aparecen veteranos que supieron ganarse un lugar en la escena musical mundial a fuerza de hits. En diferentes hoteles-casino, la agenda va de The Eagles y Mötley Crüe a Black Eyes Peas y Mariah Carey; o de Pitbull a New Kids on the Block.