FUBAR: Schwarzenegger brilla en esta muy lograda comedia de acción que actualiza y ablanda su figura de “duro vintage”

FUBAR, la serie de Netflix protagonizada por Arnold Schwarzenegger
FUBAR, la serie de Netflix protagonizada por Arnold Schwarzenegger - Créditos: @Netflix

FUBAR (Estados Unidos/2023). Dirección: Phil Abraham, Steven A. Adelson, Holly Dale, Stephen Surjik. Guion: Nick Santora. Fotografía: Colin Hoult, Michael McMurray, Craig Wrobleski. Música: Tony Morales. Elenco: Arnold Schwarzenegger, Mónica Barbaro, Milan Carter, Gabriel Luna, Fortune Feimster, Travis Van Winkle, Fabiana Udenio, Jay Baruchel, Aparna Brielle, Scott Thompson, David Chinchilla. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena.

Difícil en esta época haber sido un héroe de acción de los 80. Bruce Willis enfermo y retirado; Sylvester Stallone convertido en un padre de familia sometido a la necesidad de fama de sus hijas; Harrison Ford negado a la jubilación, y de Jean Claude Van Damme y Steven Seagal, mejor ni hablar. Quien sí ha envejecido como se debe es Arnold Schwarzenegger, que en FUBAR reinventa su personaje de duro, y se enfrenta al terrorismo internacional mientras lidia con su entorno familiar, arrugas, barba blanca, una más que probable tintura capilar y los ojos cada vez más chicos.

La propuesta de la serie de ocho capítulos que estrena mañana (25 de mayo) Netflix no es nueva ni original, lo que no quita que esté muy bien hecha. Luke Brunner (Arnold) es un experimentado agente de la CIA a punto de jubilarse. El comienzo marca lo que sería su última visión, y en pocos minutos y una edición impecable, el actor remeda los mejores yeites de su heroica trayectoria. Tiene 75 años, diez más que en la ficción, pero no se le notan en lo más mínimo.

Cumplida la tarea vuelve a la vida familiar, donde ni su esposa ni sus hijos sospechan de sus actividades. Durante 30 años logró hacerles creer que tenía un rutinario y aburrido trabajo, como El superagente 86 o mejor: como él mismo en Mentiras verdaderas.

Sin embargo, Luke se entera a través de su amigo y compañero Barry (Milan Carter) que la agencia lo quiere para un último encargo: rescatar a un agente encubierto en el seno de una célula terrorista ¿Por qué él? Porque luego de asesinar al padre del actual líder, generó con este un vínculo fraternal, que se vuelve de vital importancia para llegar a él sin levantar sospechas. Y de paso, porque la persona en problemas es su hija Emma (Mónica Barbaro, contrafigura de Tom Cruise en Top Gun: Maverick), del mismo e intratable carácter, quien también consiguió engañar a todos para ocultar sus verdaderas actividades. Incluso a su progenitor.

Así, FUBAR abre dos frentes bien definidos. Por un lado la trama de acción, a la que no le falta ningún condimento ni vuelta de tuerca para sostener el interés, y por el otro las idas y venidas, filias y fobias, de ambos protagonistas en la construcción de una relación obligada por sus letales actividades. Esa dualidad entre la acción y la comedia, tan presente en la segunda mitad de la carrera de Schwarzenegger, aquí es transitada con agradable fluidez. Resulta fundamental un elenco de secundarios al servicio del conflicto principal, que pivotan entre un género y otro; como pasaba, por ejemplo, en Peacemaker.

Claro que no siempre el equilibrio es preciso, y a lo largo de esta primera temporada habrá personajes que rayan la parodia simplona, sin aportar mucho más que un relleno que no le hace ningún favor al guion. Por suerte son los menos, desaparecen antes de que a uno lo terminen de hastiar, y lo que queda es la esencia de un producto construido en torno a las fortalezas (no ya físicas) del astro austríaco.

Nick Santora (Reacher, Lie To Me, Prison Break, Most Dangerous Game), creador y guionista, acierta en sostener la icónica imagen de su protagonista, al mismo tiempo que la aggiorna y la desacraliza, misión a la que Schwarzenegger -también productor del show- se entrega gustoso. El resultado se disfruta, reafirmando que es el camino seguro de cualquier “duro vintage” en busca de un revival para que sigan hablando (bien) de él.