La Gala por el Día de la Danza envió un mensaje de la Argentina para todo el mundo
Desde el bello “dúo de amor” de Carmina Burana en los cuerpos de una pareja de bailarines del Teatro Colón y el atribulado tránsito entre espectros con el que se luce el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín en El eco de las manos hasta el certero espíritu de fiesta con el que el Ballet Folklórico Nacional sabe contagiar sus sentimientos, la Gala por el Día de la Danza anticipó anoche la celebración de cada 29 de abril en el Teatro Regio.
Como es habitual, un amplio espectro de lenguajes caracterizó el abanico del programa. El tango fue de Pugliese a Piazzolla, en un Adiós Nonino que Hernán Piquín bailó con la frescura de una brisa; las jotas, muiñeiras y bailes típicos gallegos de la Sociedad Parroquial Vedra arrancaron aplausos acompasados de la platea, que le siguió el tren a las gaitas; y las danzas clásicas fueron de la India al romanticismo, con dos fragmentos de los títulos más emblemáticos de ese repertorio (La Syphide y Giselle) que le debieron mayor rigor al estilo.
Si bien el Consejo Argentino de la Danza (CAD) organiza todos los años esta gala de ballet, por una razón particular esta vez, cuando se conmemora el 42° Día Internacional de la Danza desde 1982, es especial. Antes de iniciarse la función, quedó claro por qué.
Cada temporada, un comité del Instituto Internacional del Teatro (ITI-Unesco) evalúa las candidaturas y designa quién es el artista que preparará el mensaje global. En consideración de la propuesta que elevó el CAD -con el antecedente que marcó ya en este milenio Julio Bocca-, Marianela Núñez fue la voz elegida este año para emitir ese mensaje. Así, las palabras de la figura argentina que brilla en el Royal Ballet de Londres hace más de dos décadas se leerán el próximo lunes, región por región, traducidas a múltiples lenguas.
“Un recuerdo no alcanza para hacer historia -anticiparon el discurso ayer, desde el escenario del Regio, en Colegiales-. Y la historia de un teatro, como la de cada uno, es también la historia de los demás, de cómo un arte como la danza migró y creció en diferentes latitudes. Las paredes del Royal Ballet atesoran las fotografías que narran el viaje recorrido, la historia reclama sus protagonistas y la danza en Argentina resplandece con cada uno de esos nombres. Con frecuencia, las instituciones se sumergen en un silencioso anonimato, sin rostros ni apellidos, evitando enfrentarse al eco del pasado. Son las organizaciones impulsadas y respaldadas por el ITI-UNESCO, como lo es el Consejo Argentino de la Danza, las que frecuentemente hacen de muralla que detiene al olvido. Estoy junto a ustedes en el compromiso de rescatar y revitalizar la historia de maestros, artistas y coreógrafos que han enriquecido el mundo de la danza, merecedores de ser escuchados por las generaciones venideras. Que sepamos todos que no somos espectadores, sino herederos de una tradición forjada con arte, dignidad y sacrificio, nutriendo nuestro camino con vocación y amor por la belleza. Si bien el futuro y el presente acaparan nuestra atención, sin el sólido cimiento del pasado, sin la fertilidad de nuestra tierra, el árbol de la danza no puede florecer. Las raíces son tradición y a la vez... nutrientes”.
Núñez, que a los 42 años fascina al público de todo el mundo, desafiará las leyes no escritas y debutará a esta altura de su carrera en la Ópera de París, el 25 y 27 mayo, en el rol de Giselle, con Hugo Marchand, en funciones sold out. “Que a esta altura del partido siga cumpliendo sueños me pone la piel de gallina”, había dicho en su última visita a Buenos Aires, el año pasado. En junio, regresará al Teatro Colón para hacer La bella durmiente, uno de los roles por los que más se la distingue.
La función completa se podrá revivir o ver grabada en calidad de estreno el lunes 29, a las 20, en la emisión que se hará por el canal de YouTube del Consejo Argentino de la Danza. La institución agradeció la “desinteresada actuación de los artistas” que actuaron a lo largo de la noche. Ellos son Jiva Velázquez y Lola Mugica, por el Ballet Estable del Teatro Colón; la bailarina clásica de la India Anandini Dasi; el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín; la pareja de tango de Ayelén Morando y Sebastián Martínez; los alumnos del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón Caterina Graziani y Jerónimo Mitre Mercuri; el conjunto de la Sociedad Parroquial Vedra; Antonella Silva y Boris Zambrano Melo del Ballet del Sur de Bahía Blanca; Hernán Piquín y Soledad Mangia; y el Ballet Folklórico Nacional.