Ganó Los 8 escalones y sorprendió al mostrar el amuleto de la suerte que comparte con su suegra: “Lo mismo tienen”
Los 8 escalones de los 3 millones (eltrece) es una competencia que demanda una destreza mental; poner todo el conocimiento al servicio del juego, agilizar la memoria y saber literalmente un poco de todo, desde política hasta historia, pasando por geografía y música. El modo en el que cada participante encara las preguntas es distinto: mientras algunos aparentan estar tranquilos, a otros el propio cuerpo los delata y saca a relucir su nerviosismo. Pero, a su vez, están aquellos que buscan un empujoncito más, algo que los ayude en el momento de tensión. Ignacio se convirtió en el último ganador del ciclo y sorprendió a Guido Kaczka no solo por el amuleto que llevó, sino por la persona con la que celebró la victoria.
Ganó Los 8 escalones y recordó una costumbre de su padre que hizo emocionar a todos: “Tito está acá”
De traje gris y corbata anaranjada, Ignacio se presentó a Los 8 escalones para competir por los millones. Es abogado penalista y contó que trabaja “en un organismo de Derechos Humanos que se encarga de relevar los espacios de detención”. Esto último llamó la atención del conductor, que no dudó en intervenir: “De las condiciones. Y, ¿Cómo están?”. El especialista en el tema le precisó que “deberían estar mejor”.
Acto seguido, el conductor contó que el hombre de Junín estaba acompañado por su suegra María “porque quiere que certifique en qué va a gastar el dinero”. Si bien el comentario arrancó como una afirmación, terminó siendo una pregunta. El participante, entonces, explicó que era “un chiste”, pero que sí, efectivamente, lo acompañaba la madre de su pareja Lucía y reveló el motivo: estaban ahorrando para viajar el año que viene por los 30 años de Lucía, pero se les rompió el auto y tuvieron que usar ese dinero para arreglarlo. “Se nos trunca un poco la idea de que ella cumpla 30 de viaje, así que acá estamos”.
Durante el escalón de verdadero-falso, Kackza se percató de que Ignacio se aferraba con fuerza a algo que le colgaba del cuello. “Te acariciás la cadenita”, le comentó curioso. “Sí, la foto de mi hijo Enzo cuando tenía menos de seis meses”, explicó y mostró para la cámara la chapita plateada que del otro lado tenía además los pies del pequeño que ahora ya tiene tres años y tres meses. “¿Crecieron los pies?”, le preguntó el conductor. “Bastante”, aseguró divertido el abogado.
Ignacio fue el primero en llegar a la final, donde se midió cabeza a cabeza con Irina, estudiante del Traductorado de Inglés. Si bien primaron las luces verdes, el abogado logró una leve ventaja con una sola respuesta incorrecta contra dos de su compañera. El encargado de leer -o cantar- la pregunta decisiva fue Kike Teruel, el invitado del día, quien interpretó un fragmento de “A Don Ata”, popularizada por Soledad Pastorutti.
“Ahí anda Don Atahualpa / Por los caminos del mundo / Por una copla por lanza / Marcando los cuatro rumbos / Que Dios lo bendiga / Lo tenga en la gloria / Por tantos recuerdos lindos...”. Los finalistas tenían que decir cómo continuaba la letra: “Y por su gloria; Y por su victoria; Y por su historia; Y por su memoria”. Ambos eligieron la última opción y el integrante de Los Nocheros cantó: “Por tantos recuerdos lindos y por su memoria”.
Con una mayor cantidad de respuestas correctas, Ignacio ganó los tres millones de pesos e Irina no dudó en felicitarlo. Fue entonces cuando apareció María, la suegra del abogado, que corrió desde detrás del estudio para saludarlo y fundirse en un fuerte abrazo. “La suegra María, con el yerno Ignacio. Tres millones de pesos”, anunció Guido y aprovechó para preguntarle a la mujer si era “buen yerno”, a lo que ella aseguró que era “el mejor”.
En ese momento, el conductor se percató de que ambos, al mismo tiempo, se agarraban la cadenita que tenían en el cuello, que fue el amuleto de la buena suerte al que se aferró el campeón, durante los 8 escalones. “Lo mismo tienen”, sostuvo Guido, conmovido con la escena: “El nene Enzo”. Efectivamente, el niño desde casa acompañó a su padre en la competencia, quien a su vez tuvo a su suegra como cábala. Seguramente, ambos volverán a hacerse presentes este martes -cada uno desde su lugar-, porque el campeón aceptó regresar por los 6 millones de pesos.