Guía rápida: los barrios de Viena que no te puedes perder

MuseumsQuartier, en Viena
(Alamy Stock Photo)

Recorremos la capital austríaca, paso a paso, para empaparnos de todas y cada una de sus caras. Comenzamos con la Viena Imperial, la que concentra los principales atractivos; también recorreremos MuseumsQuartier, el lugar que no se pierden los amantes del arte; para conocer la vida de barrio pasamos por Leopoldstadt y para descubrir las últimas tendencias por Spittelberg; seguimos por Prater, el pulmón verde y de allí a La isla del Danubio, perfecto para cuando suben las temperaturas. Cada barrio vienés tiene sus encantos, tú decides cuál es tu favorito.

Catedral de San Esteban en Viena
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Viena imperial: sin salir del centro

Hablamos del distrito 1, del Innere Stadt. Del vecindario que palpita con fuerza concentrando gran parte de los atractivos más demandados por los visitantes. El de los edificios majestuosos que acumulan siglos de historia. El de los palacios y elegantes carruajes. Porque el casco histórico vienés es un lugar para pasearlo sin prisas, para dejarse envolver por esa aura de nobleza que desprenden cada uno de sus rincones. Acotada por la Ringstrasse, la larga avenida circular que marca el límite donde un día se encontró la gran muralla medieval que protegió la ciudad, en sus entrañas esperan mil y un planes, como la obligada visita al templo por antonomasia de la urbe: la Catedral de San Esteban. El edificio gótico más importante del país comenzó a levantarse en el siglo XII y conserva en su interior auténticos tesoros como la tumba del emperador Federico III o las catacumbas, además de la campana más grande de Austria. Desde lo más alto de su torre se contemplan unas estupendas vistas del corazón vienés.

Pero también aguardan en el centro histórico bellas estampas como del Palacio Imperial Hofburg que, con sus 700 años de historia, fue hogar de los Habsburgo hasta 1918. Su interior alberga, a su vez, la Escuela Española de Equitación o el Museo Albertina, todo un must. La comercial Kärntner Strasse, repleta de tiendas con letreros de firmas por todos conocidos, rebosa de ambiente a todas horas y atraviesa parte del distrito central para deleite de los amantes de las compras. Para deleitarse con la mejor música, nada como lograr unas entradas para contemplar algún espectáculo en el edificio neorrenacentista de la Ópera. Superará todas las expectativas.

Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MUMOK) de Viena
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MuseumsQuartier, con el arte hemos topado

Se trata de uno de los recintos museísticos más grandes del mundo y alberga algunos de los espacios expositivos más aclamados de Europa. Hablamos del MuseumsQuartier, 60 mil metros cuadrados de puro arte en el mismísimo lugar en el que, un día, se hallaron las caballerizas imperiales. Hoy, en su lugar, se alzan diversos edificios de corte vanguardista que no solo albergan museos, sino también teatros, restaurantes o cafeterías.

No hay que perderse la visita al Leopolds Museum, donde aprender los detalles y la historia sobre el modernismo austríaco mientras se recorren sus sales colmadas de obras de grandes como Gustav Klimt o de Egon Schiele. El mumok, por su parte, atrapa por su fachada cúbica en basalto, aunque en su interior lo que impera es el arte moderno y contemporáneo. 9 mil obras que abarcan movimientos tan dispares como el Pop Art o el Fotorrealismo, y a artistas tan diversos como Andy Warhol, Marcel Duchamp o el propio Picasso. En el Centro de Arquitectura de Viena, el único dedicado a esta materia en el país, llega el turno de descubrir curiosidades sobre este perfil de Austria, además de detalles sobre proyectos relacionados que jamás vieron la luz.

Barrio de Leopoldstadt en Viena
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Leopoldstadt, genuina vida de barrio

El distrito 2, al otro lado del Danubio, se despliega a lo largo del terreno que un día albergó el antiguo gueto judío. Hoy, sin embargo, es lugar de un tipo de vida alternativa y desenfadadaque tiene como protagonistas a restaurantes de moda y galerías de arte, tiendas de diseño y los mejores brunchs de la ciudad. Dar un paseo por sus dos avenidas principales, Templegasse y Praterstrasse, y todas las callecillas que se retuercen a su alrededor, es tomarle el pulso a un barrio que ha sabido adaptarse a los tiempos para mostrar la cara más cool de Viena.

Y lo hace combinando, como pocas, pasado y presente: muy cerca de Song, la boutique que aglutina en sus repisas y perchas prendas de diseño de marcas jamás oídas en este lado de Europa, se pueden contemplar los restos del Leopoldstädter Tempel, la que fue la sinagoga más grande de la ciudad. Deliciosa gastronomía con influencias italianas protagoniza la carta de Cucina-Itameshi, mientras que el mercado de Karmelitermarkt, que lleva desde 1671 ambientando la zona con sus puestos de flores, panes y comida, nos da el punto más informal. Para rematar, un toque musical: la casa convertida en museo en la que vivió Johann Strauss, donde conocer parte de la historia de su vida. Conserva en su interior, además, instrumentos, fotografías y partituras del compositor.


Barrio de Spittelberg, restaurante Amerlingbeisl, Austria, distrito 7
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Spittelberg: no querrás salir de él

Se halla junto a la zona más antigua de Viena, y sin embargo abraza lo último en tendencias. Aparenta, en algunas partes, ser un pequeño pueblo de callejuelas empedradas y casitas pintorescas, y, sin embargo, mira al futuro como pocos lugares de la capital austríaca. Se trata de Spittelberg, uno de los Grätzel vieneses —y por Grätzel entendemos los pequeños barrios con personalidad propia en los que quedan divididos los distritos, en este caso, el 4— que se ha convertido, verdaderamente, en el place to be de la ciudad. Un buen lugar para empezar a descubrirlo es el Volkstheater, desde donde dirigirse al conjunto de coquetos edificios que se esconden tras el MuseumsQuartier. Habrá que mantener bien abiertos los ojos para descubrir el arte urbano que conquista los rincones más insospechados, pero también para echar un vistazo a sus pequeños parques y proyectos como Amerlingbeisl, nacido del movimiento social de izquierdas.

Tras probar los sabores del menú degustación que propone el chef Paul Ivić en su restaurante TIAN, basado en recetas veganas y vegetarianas con el producto de temporada como protagonista —si somos más de Schnitzel, nada como lanzarnos de cabeza a Glacis Beisl—, habrá que enfilar la animada Burgasse para conocer lugares maravillosos como Keine Galerie, una iniciativa local para transformar la barriada en un lugar más habitable y acogedor a través del arte, 24 Vintage Shop, que aúna en un mismo espacio tienda de ropa de segunda mano y cafetería de especialidad, o Skakkei, una tienda de moda y complementos de diseño. Espresso es uno de esos espacios singulares que solo pueden entenderse si se visitan, y en Keramik von Ena se hallarán todas esas piezas cerámicas con las que convertir el hogar en un lugar mucho más chic.

Noria del Prater en Viena
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Prater, estudiar con vistas a la montaña rusa

Vale, no es del todo literal, pero sí muy cercano a lo que ocurre, prácticamente, en este barrio vienés. Y es que, por un lado, tenemos el Prater, el parque que lleva concentrado la palpitante vida vienesa desde hace más de un siglo. Este pulmón verde, antaño coto de caza privado de la familia real, fue donado al pueblo por el emperador y en él se instaló el parque de atracciones que es seña de identidad, sin duda, de toda la ciudad. Su mítica noria, por cierto, lleva girando en ella desde nada menos que 1897.

Pero resulta que a muy pocos metros se halla el nuevo campus de la Universidad de Economía, un espacio moderno y rompedor en el que han participado los más renombrados arquitectos del mundo. Facultades cuyos edificios son una oda a la arquitectura diseñados por nombres como Zaha Hadid, el Estudio Hitoshi Abe, de Sendai, NO.MAD Arquitectos o Carme Pinós. Dar un paseo por la zona es embriagarse de la inesperada belleza de sus construcciones. Y, entre el campus y el parque de atracciones, un hotel, el Superdube Wien Prater, donde también el diseño está muy presente. En su última planta, el restaurante NENI am Prater ofrece platillos con marcado sabor a Oriente Próximo: degustar sus maravillosos falafel con vistas al parque de atracciones, no tiene precio.

Isla del Danubio en Viena
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La isla del Danubio, mil maneras de disfrutar del agua

Se vuelve de lo más popular, sobre todo, cuando el mercurio comienza a subir en los termómetros, y no es de extrañar: la extensa oferta de actividades de las que disfrutar en torno a esta zona de la ciudad es realmente atractiva. Empezando por el simple placer de recorrer en bicicleta los senderos que se despliegan por la Isla del Danubio, de 21 kilómetros de perímetro y rodeada por las tranquilas aguas del Alte Donau. Una excursión a dos ruedas con la que parar en cada mirador, en cada espacio verde, ya sea para descansar, para disfrutar de un pícnic o animarse con un baño. Cambiar la bici por una caminata nunca estará de más, aunque la actividad preferida entre los vieneses sea una muy distinta. Surcar las aguas en barca eléctrica, acompañados de una botella de vino bien fresca con el que brindar por la vida, siempre será un plan difícil de superar.

Animarse con un banquete con vistas en uno de los restaurantes más históricos de la ciudad, Der Alten Kaisermühle, es un plan realmente apetecible. Sobre todo si sorprende uno de esos atardeceres que pintan el cielo de rojos y naranjas dignos de recordar.

Ringstrasse, una de las avenidas más famosas de Viena
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La Ringstrasse: un barrio que no lo es

Aquí va un bonus track, y lo explicamos: es cierto que esta avenida, como tal, no forma parte de un barrio concreto, sino que constituye la vía más importante y famosa de toda Viena, encargada de rodear el centro histórico de la ciudad y ocupando el lugar donde, siglos atrás, se halló la muralla defensora. Pero sí que concentra, a lo largo de sus 5,3 kilómetros, una misma esencia: la que se ve reflejada en sus edificios señoriales, en sus majestuosos palacios y en sus monumentos, construidos durante el Historicismo de finales del siglo XIX. Así que, ¿por qué no considerarla un barrio en sí misma?

Y la paseamos. Y volvemos a toparnos con la Ópera Nacional, uno de los mayores emblemas de la avenida, pero también con el Ayuntamiento de Viena y el Parlamento. El Museo de las Artes Aplicadas se halla en un abrumador edificio, así como la Bolsa de Viena o Burghtheather. Los tranvías vienen y van sin cesar junto a viandantes, ciclistas y turistas que miran hacia todos los rincones dejándose sorprender por tanta belleza. El arte, que no puede faltar, llega de la mano del Museo de Historia del Arte —que alberga la colección más grande de Bruegel, pero también obras de Vermeer, Rubens o Rembrandt—, del Museo de Historia Natural y del MAK, donde el diseño es el protagonista. El tranquilo restaurante Salonplanfond, que se halla en uno de sus esplendorosos salones interiores, cuenta con una deliciosa carta con propuestas para chuparse, literalmente, los dedos.