Guillermo Coppola: del idilio con Yuyito González a la mujer que más le costó conquistar y el romance que comenzó con un incendio
Siempre fue un bon vivant. Un latin lover. Seductor, gran narrador de anécdotas, su as en de la manga era ser el manager de Diego Armando Maradona. Amén de su simpatía y su calidez, claro. Guillermo Coppola se casó tres veces con tres mujeres ajenas al mundo del espectáculo, pero tuvo decenas de novias, algunas secretas y otras con las que se mostró por todos lados. Las hubo vedettes, periodistas y actrices. Tiene cuatro hijas, una extramatrimonial que reconoció luego de un examen de ADN.
Un amor duradero
Hace ya 17 años que está en pareja con Corina Juárez y son padres de Elisabetta, de 15 años. Se conocieron por amigos en común y se flecharon. Los 20 años de diferencia no impidieron que se casaran en 2016 por civil y por iglesia. “Guille se casó por Iglesia con la mamá de Natalia, su primera hija, cuando tenía veintipico... pero Isabel (Ferri) murió hace dos años y por eso él pudo volver a casarse”, detalló la novia en ese entonces.
Sobre ese momento, Coppola contó, entre risas, en el programa que Guido Kazcka tiene en La 100: “Ante el juez pedí perdón y ante el cura dije que no iba a prometer en la casa del señor algo que no podía cumplir cuando pidió promesa de fidelidad. Dije ‘perdón padre’, estaba toda la iglesia mirando, ‘Cory quiero pedirte perdón por si en algún momento te hice sentir mal y cometí errores que no tuve que haber cometido’”. Y aclaró: “Volví a casarme por pedido de mi hija Elisabetta. Corina es un gran piloto de este auto que ya tiene unos cuantos kilómetros recorridos. Supo ponerlo en la ruta, entenderlo y hacerle alguna reparación cuando era necesario. Le pedí perdón delante de todos porque uno a veces comete errores y le dije que de ella tenía para destacar que era una gran piloto”. Y también dijo por qué decía eso: “Cuando me conoció, vino a vivir a un departamento de 300 metros frente al Rosedal de Palermo, yo tenía un par de autos. Y en las malas nos fuimos a un departamento de 45 metros, empezamos a manejarnos en taxi, subte y colectivo. Ella me bancó y no me olvido de eso”.
Su primer amor
La primera esposa de Coppola se llamaba Isabel Ferri y es la madre de su hija mayor, Natalia. Se conocieron cuando él todavía ni soñaba con ser parte del mundo del fútbol, trabajaba en un banco y vivían modestamente. Se separaron cuando Coppola empezó a trabajar como representante de un grupo de jugadores de Boca y su vida cambió por completo. Esta mujer aparece en la serie Coppola, el representante (Star+). Al poco tiempo conoció a Amalia “Yuyito” González, madre de su segunda hija, Bárbara.
Entre Yuyito y Diego
Se conocieron en 1983 cuando él todavía era bancario y al mismo tiempo representaba a jugadores de Boca. “ Me sedujo su simpatía, su gracia, era muy atento , generoso, pero sobre todo era muy divertido. Nuestro amor era muy mágico y siempre dije que éramos Romeo y Julieta, porque era un amor muy hermoso. Y me separé cuando vi que eso tambaleaba y empezaba a desarmarse el idilio. Fue justo cuando apareció Maradona en nuestra vida. Entonces tomé esa decisión, de no estar más en esta relación aun amándolo”, le detalló Yuyito a LA NACIÓN, hace un tiempo. “Hoy entiendo por qué intuí y viví esa desconexión con Guillermo. Era algo que para mí, en eso tiempos, no tenía explicación, pero la tuvo cuando conocí las internas de la vida de Diego, sus entornos, todo lo que se dijo y se sigue hablando. Entonces me di cuenta por qué ese compañerismo, es amor a lo Romeo y Julieta había empezado a contaminarse y ya no era lo que había sido. Nos conocimos en julio del 83 y nos separamos en mayo del 87; Bárbara nació el 20 de febrero de ese año”, contó.
Los presentó el empresario Micky González Moreno, en el restaurante Clarks. Al principio el romance tuvo idas y vueltas hasta que se comprometieron en 1984 y se fueron de luna de miel a Europa y los Estados Unidos. Un año después, Coppola conoció a Maradona. “En el 85 aparece Diego. Me acuerdo que estábamos en nuestro departamento de Avenida de los Incas, recibimos un llamado telefónico y era Diego pidiéndole a Guillermo que lo representara porque estaba terminando su relación con Cysterpiller. Fue muy emocionante para Guillermo y para mí también porque fui pro Maradona de entrada y me pareció maravillosa esa posibilidad que se le daba. Guillermo estaba dejando el Banco Federal, en el que trabajaba, así que fue todo maravilloso”.
Luego agregó: “Empezamos a viajar primero a Barcelona, nos divertíamos muchísimo con Guille, con Marcos Franchi, el contador que después también fue representante de Diego, todo muy lindo. Y cuando fue al Nápoles también estuve, aunque yo tenía mi trabajo acá, hacia teatro y televisión, porque estaba muy en auge y trabajaba muchísimo, pero siempre priorizaba mi relación con Guillermo. En 1986 quedé embarazada de Bárbara y fue una hermosa sorpresa. Estábamos en Nápoles, empecé a sentirme mal, algo raro me pasaba y Diego y Claudia nos llevaron a un hospital en el que me hicieron todos los estudios habidos y por haber y el último fue el del embarazo. La verdad es que no se nos cruzaba por la cabeza y en ese tiempo el resultado tardaba dos horas así que nos volvimos al Hotel Paradiso a esperar. Nos llamaron, nos dijeron que el análisis había sido positivo y fue una tremenda emoción. Seguí viajando hasta que ya no pude subirme a un avión”.
“Para entonces, Guillermo estaba completamente involucrado en los negocios de Maradona y prácticamente instalado en Nápoles, así que terminé de cursar mi embarazo en Buenos Aires, alquilamos una casa hermosa en el Boating Club de San Isidro y mi familia me acompañó. Guille ya venía muy poco a Buenos Aires y eso era muy angustiante para mí porque no estaba cerca de mi Romeo, de mi compañero. Para entonces ya se había generado una brecha y había cosas de las que no me enteraba, aunque intuía. Guille estuvo en el parto; rompí bolsa y fuimos juntos a la clínica y fue muy protector, estaba su hija Natalia también. Estaban las dos cosas, por un lado todo era hermoso y maravilloso, y por el otro lado, había una situación de soledad, de separación y esos cambios eran muy abruptos”, recordó Yuyito.
Desde ese momento, Yuyito empezó a sentir el comienzo del fin de la relación: “Cuando nació Barbi mi cabeza cambió bastante porque hasta ese momento estaba ciento por ciento para mi romance y mi vida. Al ser mamá de mi primera hija cambió mi mentalidad y mis necesidades también: quería estar con mi hija, cuidarla, necesitaba una estabilidad personal con todo lo que significa el posparto, además. Seguí viajando a Nápoles con Guille y Barbi hasta que empecé a sentirlo lejos de nosotras, había algo raro, algo oculto que no se contaba, como una vida paralela y no tenía claro de qué se trataba, pero la intuía. Algo estaba pasando, diferente a la relación que teníamos. Hablamos de no seguir, no sé si había otras mujeres en la vida de Guillermo porque su dinámica cambió. Me llegaban comentarios de infidelidades y me dolía muchísimo porque no tenía nada que ver con nuestra historia. Nos separamos y Guille se instaló en Europa”.
Y alguna vez Coppola habló de la separación: “Yuyito me dijo, Maradona o yo. Y elegí a Maradona”.
En la serie hay algunos detalles de esta relación, pero está bastante condimentada con ficción. Por ejemplo, Yuyito explicó que Coppola jamás le pidió que se hiciera un aborto. “Eso no existió”, remarcó.
Una obsesión, un helicóptero y miles de pétalos de rosas
Según relatos del propio Guillermo Coppola, la mujer que más le costó conquistar fue una modelo de nombre Monique, de familia alemana. Se conocieron a principios de los 90 en un desfile. Monique era modelo y muy amiga de Karina Rabolini y Daniel Scioli, que fueron los celestinos. Coppola quedó flechado, pero ella estaba en pareja y no le prestó atención. Lejos de rendirse, él se obsesionó e intentó conquistarla de muchas maneras. Ninguna daba resultado. En el programa AM (Telefe), contó hace algunos años: “Me costó mucho la conquista porque ella estaba casada con un tipo con una pinta increíble y yo venía luchando y luchando. ¡Inconquistable! Me costó muchísimo hasta que con un helicóptero le llené una piscina de rosas en una fiesta que ella hizo y ahí no tuvo más remedio”. La relación duró alrededor de un año.
En la serie, Monique se llama Sophie y está interpretada por la actriz chilena Mayte Rodríguez.
Amante, novia y una boda inesperada
Coppola conoció a María Fernanda Callejón en la noche porteña de principios de los 90. Él era el manager de Maradona y ella una vedette que brillaba en las revistas de calle Corrientes. Estuvieron siete años juntos y cinco de ellos, fueron amantes. Además Callejón perdió un embarazo de Coppola. En medio del idilio, él se casó con otra: Sonia Brucki .
Hace un tiempo, los dos hablaron de ese momento en LAM. Callejón detalló: “Salimos siete años y fue un gran amor. Nos conocimos en 1992. Guillermo es familia para mí. Me formó en un montón de cosas, me abrió las puertas del mundo; yo era una provinciana que no entendía nada y estaba en medio del poder. Era una época muy gloriosa de ambos. Hoy todo eso se sanó. Perdí un hijo con Guille y mediáticamente fue muy duro. Estuve siete años de novia con él y cinco años fui su amante, por elección propia. No lo digo como víctima, sabía con quién estaba. Me enamoré. Yo estaba de novia con él y me enteré por televisión que se estaba casando con Sonia. Él fue muy amante de su libertad. Mucho tiempo después nos cruzamos con Sonia en Córdoba y hablamos. Estuve muy acosada por su persona, me dejaba en el contestador automático mensajes de horas y horas. Ella se casó, no sé si sabiendo que yo era la novia”, lanzó.
Por su parte, Coppola aclaró: “Me casé porque sentí que tenía que hacerlo. Fernanda no se enteró porque el casamiento fue en el exterior y ella estaba acá. Yo lo sentí. Si lo analizás fríamente, era más fácil vivir así, cómodo. Fernanda me daba esa posibilidad, pero a mí me cuesta ver sufrir a la gente y no me daba cuenta. Yo no sabía que Sonia la llamaba y la acosaba. Yo me casé y seguí con Fernanda, pero las dos lo sabían”.
Una hija extramatrimonial y un amor que no fue
Coppola conoció a su hija Camila cuando la pequeña tenía casi dos años y la reconoció luego de un examen de ADN. “Me llamaron de una sociedad de madres de hijos no reconocidos. Fui y encontré a una señora con una bebita, que era la que estaba haciendo el reclamo. Cuando vi que la beba tenía en la pera el hoyito tipo Kirk Douglas ahí dije: ‘sí, puede ser’. Y era”, confesó Coppola en una entrevista en La Once Diez: “No reconocí a la madre. Había pasado mucho tiempo, casi dos años que no la veía. Entendí que por ahí podía haber encontrado otra forma, pero es el día de hoy que tenemos una relación excelente”.
La historia de amor que se muestra en la serie Coppola, el representante con Alejandra Pradón está en duda . Según la serie, la vedette fue amante de Maradona y Coppola lo cubría frente al acoso de la prensa. Sin embargo, Pradón aclaró que ella nunca tuvo nada que ver con Maradona y que sí tuvo un intenso romance con Guillermo. “Yo fui la pareja de Guillermo. Vivió conmigo en mi casa, tenía su auto en la cochera de mi edificio. Ni un minuto estuve sola con Diego. Siempre estuve con Claudia, Dalma, Gianinna y Guillermo. En el 98, Diego manejó mi camioneta, lo llevó a Guillermo al teatro cuando no se había separado todavía de Sonia Brucki. Atrás había una mujer que salía con Diego que nunca la llegué a ver porque la camioneta era de tres puertas. No sé cómo tuvieron a esa chica encerrada. Se lo conté a Claudia. Me han manchado, yo fui la pareja de Guillermo. Convivimos”, dijo Pradón en Intrusos.
Una periodista, un incendio y un malentendido
Coppola y Analía Franchin estuvieron juntos durante cinco años, entre 2002 y 2007 . El romance comenzó cuando ella era panelista de Intrusos. “Tengo que reconocer que fue una persona importantísima. Nuestra relación empezó después de mi separación de Diego y yo necesitaba apoyo de todo tipo y el de Analía fue en todo sentido. Para mí fue un momento muy difícil, casi comparable al que pasé en la cárcel”, contó alguna vez Coppola.
Todo comenzó tras el incendio en la casa que Maradona alquilaba en Barrio Parque y que se ve en la serie, aunque no aparece Franchín. Un error de Crónica TV, que cubría el incendio, la mencionó y ese fue el motivo del encuentro. “En realidad, conocí a Guillermo y a Diego a la vez. Yo hacía notas para Intrusos y un día tuve que ir a un restaurante al que íbamos todos los noteros a mendigar un chori, después de la recorrida nocturna. Ese día estaba Diego, entonces teníamos justificada la noche y el chorizo. Le hice una nota y sobre el final, me encajó un beso. Yo me corrí. Después consiguió mi teléfono y empezó a llamarme a cualquier hora”, relató Franchín en Los mammones (América). Maradona estaba con Coppola. A las semanas fue el incendio y en Crónica titularon: “La colorada de Intrusos se fue apenas empezaron a salir las llamas”. “Yo no entendía nada porque no había estado ahí. Me crucé a Guille en América y dijo ‘mi novia, la fugitiva’. Yo le contesté ‘sí, qué delirio… ¿de dónde sacaron eso?’. Así empezamos a hablar y después fue cierto porque nos pusimos de novio”, contó ella.
La separación de la pareja fue escandalosa, a principios de 2007 y en medio de rumores de infidelidad. A Franchín se la vinculó con el empresario Jorge “Corcho” Rodríguez mientras que de Coppola se decía que tenía varias amantes. En 2016 se reencontraron en LAM y hablaron sobre ese momento. “Son cosas que pasan en la vida. Yo creo que era el momento de separarnos. Nos separamos muy bien, de hecho, yo me fui del lugar que habitábamos y como teníamos un solo auto que era el mío, los fines de semana yo se lo dejaba a Guille porque ya tenía otra manera de moverme”, dijo Franchín.
La italiana y la francesa
Coppola también vivió romances internacionales y alguna vez habló sobre dos mujeres que lo deslumbraron: Sophia Loren y Catherine Deneuve. “Estuve a tiro, ahí, con Sophia Loren, llegué hasta el ascensor y yo creí que subíamos. Me dijo: ‘Sos un hombre fascinante, pero yo estoy enamorada de mi marido’. Y el marido era Carlo Ponti”, reveló.
Y sobre Deneuve, dijo: “La besé. Vino a la Argentina, pero se la llevó el príncipe Alberto de Mónaco. Pegué en el palo”.