Hablamos con Cristina Comenge, la nieta de Eduardo Barreiros que se ha convertido en la 'reina de las croquetas'
Con su negocio 'Oído Cocina Gourmet' vende cerca de dos millones y medio de croquetas al mes, o lo que es lo mismo 70 toneladas. La llamada ‘reina de las croquetas’ ha continuado con la estela emprendedora de su abuelo, el famoso empresario automovilístico Eduardo Barreiros – el hombre que hizo historia con una revolución industrial en España-. Cristina se lanzó a la aventura de emprender hace 11 años junto a su marido Diego Gómez-Monche decidiendo apostar firmemente por las croquetas en un negocio que no ha parado de prosperar desde entonces, y que además le apasiona y le hace feliz. Hija de Mari Luz Barreiros, compartió parte de su infancia con Jesús Polanco, quien fuera pareja de su madre durante más de veinte años.
- ¿Con cuántos años supiste que lo tuyo era la cocina?
- Me entusiasma desde siempre. Tendría unos 5 años cuando empecé a hacer mis primeras recetas.
- Pese a ello decidiste formarte en Derecho y Periodismo…
- En casa hicieron una gran labor para que me dedicase a otra cosa (ríe bromeando), y me alegro porque poder entender un contrato complejo o saber escribir una nota de prensa me ha sido útil. Son herramientas que te ayudan cuando diriges una empresa.
- Luego optaste por cursos como el de la Escuela Ecoffier del Hotel Ritz de París. ¿Cómo recuerdas esa experiencia?
-¡Maravillosa! Disfruté una barbaridad y pude profundizar en una de mis cocinas favoritas que es la francesa.
"Me hace una ilusión enorme el apodo de 'reina de las croquetas'. Aunque ese título lo merecen tanto o más las madres y abuelas que llevan haciendo croquetas en casa toda la vida. Es un trabajo descomunal que, en ocasiones, pasa desapercibido"
- ¿Qué te parece tu apodo 'reina de las croquetas'?
-Me hace una ilusión enorme. Aunque ese título lo merecen tanto o más las madres y abuelas que llevan haciendo croquetas en casa toda la vida. Es un trabajo descomunal que, en ocasiones, pasa desapercibido.
- El éxito de tus croquetas comenzó cuando regentabas junto a tu hermano el restaurante Oven 180. Los clientes comenzaron a encargaros para llevarse a sus casas, incluso o a sus restaurantes.
-Así fue. Hacer buenas croquetas suponía muchísimas horas de trabajo y pensamos que poder quitarles esa carga a otros restaurantes tenía sentido.
- ¿Cómo ha ido creciendo ‘Oído Cocina Gourmet’ desde que nació?
-Oído Cocina nació hace ya 11 años. Desde el principio nos hemos centrado en elaborar las mejores croquetas sin desviar el foco. Creo que cuando tienes un producto muy bueno, le dedicas muchísimas horas y le pones una ilusión y cariño enormes ¡las cosas salen!
- ¿Continúas trabajando con tu marido? ¿Qué tal la experiencia?
- Claro que sí, codo con codo. Es una suerte poder trabajar juntos y a los dos nos encanta lo que hacemos. Diego es muy bueno en áreas en las que yo flaqueo y viceversa. Nos complementamos muy bien.
- ¿Cuántas croquetas vendéis al mes?
- Cerca de 70 toneladas que serían unos 2,5 millones de croquetas al mes.
- No cabe duda de que tus croquetas son un exitazo, ¿qué crees que las diferencia de las demás?
-El hecho de fabricar únicamente croquetas te permite especializarte y conocer mucho mejor tu producto que si diversificas. Es vital elegir las mejores materias primas y para ello conocer de primera mano el modo en que trabajan tus proveedores. Por descontado, la calidad y la seguridad alimentaria nos parecen esenciales. El año pasado nos certificamos en IFS, la norma más exigente en esta materia.
- ¿Cuál es el sabor más demandado?
-Sin duda la de jamón ibérico que representa aproximadamente el 50% de las ventas.
"Es una suerte poder trabajar con mi marido y a los dos nos encanta lo que hacemos. Diego es muy bueno en áreas en las que yo flaqueo y viceversa. Nos complementamos muy bien"
- ¿Y tu favorito?
- Qué difícil… Todas me entusiasman, aunque no me canso de las de jamón, siento especial debilidad por las de puerro confitado. La de cecina me parece una gran croqueta, así como la de bacalao o la de chorizo ibérico. También me chiflan las de coliflor, leche de coco y curry, que además son aptas para veganos porque son 100% vegetales.
- Con dos niños pequeños y tanto trabajo ¿cómo te organizas?
-No es fácil, pero intento planificarme lo mejor posible. Procuro salir no muy tarde de la fábrica, y aunque tenga que seguir trabajando desde casa, al menos estoy con ellos. Hago algún malabarismo que otro, pero ¿quién no hoy en día?
- ¿Crees que en tu espíritu emprendedor ha podido influir tu abuelo Eduardo Barreiros?
-Ser testigo de su historia de lucha, esfuerzo y tesón y haber tenido el privilegio de vivirle muy de cerca han sido pura inspiración y motivación para mí. Le recuerdo muchísimo y admiro profundamente lo que hizo. Me considero una privilegiada por haber crecido en una familia de personas muy luchadoras y trabajadoras. Tanto mis padres como mis abuelos siempre nos han dado el mejor ejemplo y nos han inculcado el valor por el trabajo, enseñándonos a esforzarnos para alcanzar nuestros objetivos.
- Pregunta obligada ¿has heredado su pasión por el motor?
-¡Por supuesto! A mi hermano y a mi nos enseñó a conducir siendo muy pequeños. Nos regalaba motos, karts… Ahora es mi madre la que se encarga de seguir su ejemplo, motorizando a sus nietos. (Risas). Además, sigo muy de cerca todo lo relacionado con el mundo del motor, gracias a la Fundación que preside mi madre (Fundación Eduardo Barreiros) en recuerdo de su padre.
- Creciste con Jesús Polanco, quien fue marido de tu madre. ¿Qué opinaba él de tu cocina?
-Era muy goloso. En casa intentaba cuidarse para compensar todas las comidas y cenas que tenía fuera, pero no se resistía a la tentación de cualquier postre que le hacía.
- ¿Qué retos tienes a futuro como empresaria?
-Tenemos proyectos muy bonitos en Oído Cocina. Nos gustaría seguir creciendo e innovando como hasta ahora y poder mantener el equipo tan extraordinario que tenemos. Tenemos la suerte de ser una gran familia.
- ¿Y en lo personal?
- ¡No puedo pedirle más a la vida! Soy muy afortunada de tener la familia que tengo y un trabajo que me apasiona y me hace feliz.
- ¿Qué opinas de que exista un ‘día de la croqueta’? ¿Lo vas a celebrar de alguna forma especial?
- ¡Me parece genial! La croqueta es un bien nacional (risas) Lo celebraremos comiendo croquetas, como cada día.