Harry y Meghan, en Cartagena de Indias bajo un impresionante despliegue de seguridad
El príncipe Harry y Meghan Markle han aterrizado este sábado en la histórica y colonial Cartagena de Indias, nueva parada de su viaje de cuatro días por Colombia. En esta tercera jornada de su estancia en el país latinoamericano, si hay algo que ha llamado especialmente la atención es el impresionante despliegue de seguridad que había montado en la ciudad portuaria en torno al 'matrimonio royal'.
Los duques de Sussex han visitado primero un centro de formación musical dedicado a la percusión, donde los estudiantes de la Escuela Taller Tambores de Cabildo de la Boquilla actuaron para ellos. Para la ocasión, la nuera del rey Carlos III lucía un bonito vestido negro de tirantes que acompañaba con bolso de mano color crema; mientras que Harry llevaba camisa de lino azul y pantalones chinos beis, además de las gafas de sol que tenía puestas nada más hacer acto de presencia.
Tal y como reflejan las imágenes, ha sido un encuentro muy animado y divertido en el que los invitados de honor pudieron incluso tocar los bongos, al ritmo del compás de las melodías que sonaban bajo ese ambiente festivo y con una amplia sonrisa en sus rostros. Eso sí, durante la visita, han tenido que pasar calor puesto que se superaban fácilmente los 30 grados de temperatura del clima tropical que hay en esta zona.
El evento, que se celebraba en un edificio tipo granja ubicado a solo unos metros del mar Caribe, ha durado poco más de una hora. Todo ello frente a soldados fuertemente armados de la Infantería y la Armada colombiana, así como unos 250 agentes y escoltas privados, estos últimos vestidos de traje. Es más, uno de los uniformados portaba un escudo de Kevlar para impedir que cualquier posible tirador apuntara a la pareja.
De hecho, Harry y Meghan llegaban antes al lugar en un automóvil que formaba parte de una larga caravana de doce vehículos de las fuerzas del orden que los ha acompañado hasta allí. Restricciones excepcionales en Cartagena de Indias con motivo de la presencia de los Sussex, tratados en este sentido como si fueran jefes de Estado, quienes además estaban acompañados nuevamente por la vicepresidenta del país, Francia Márquez.
Antes de su aterrizaje, el alcalde Dumek Turbay ya había anunciado que tenía listo un decreto de medidas especiales para garantizar que todo transcurriera con normalidad. Una ciudad completamente blindada en la quese han desplegado alrededor de 3.000 policías repartidos por distintos puntos, además de una unidad de defensa preparada ante un posible ataque nuclear, químico o bacteriológico, tal y como recoge la prensa local.
“Que Harry y Meghan hayan incluido Cartagena a su agenda es un reconocimiento al valor de nuestra ciudad. Somos referentes internacionales en turismo, cultura y patrimonio (se fundó en el siglo XVI); pero además trabajamos arduamente para proteger a nuestros niños y jóvenes de todo tipo de violencia, especialmente la relacionada con la trata de personas y el tráfico sexual", señaló el edil días antes en declaraciones a El Universal.
Tras su paso por la escuela de música, los Sussex se han vuelto a subir a la camioneta plateada que los transportaba para hacer un trayecto de una hora de duración, concretamente hasta el pueblo de San Basilio de Palenque. El objetivo allí es que conocieran su cultura y a la comunidad estudiantil, reforzando el compromiso de su fundación Archewell con la salud mental de las nuevas generaciones.
En este lugar visitaron la Casa Cultura y la plaza Benkos Biohó. Un encuentro especial donde conectar con las raíces africanas de Colombia, así como conocer las experiencias y condiciones de vida de los pueblos afrodescendientes, raizales y palenqueros en la región. “Entendemos muy bien la importancia y significado de este pueblo. Nos ha quedado muy claro lo que representa para Colombia y para el mundo”, ha expresado la duquesa de Sussex. El príncipe Harry, por su parte, ha asegurado que “se siente como si conociese todo el país. Lo que estamos viendo aquí es una comunidad, no olviden que son más fuertes juntos, unidos los unos con los otros”.
En esta segunda parte de la jornada Meghan Markle ha optado por un total look blanco compuesto por una falda de lino con una pequeña apertura lateral y un top de hombreras. Estilismo que ha completado con un sombrero panamá, gafas de sol, una fina cadena dorada al cuello, maxi pendientes, y sandalias planas. El príncipe Harry, por su parte, ha llevado una camisa azul bebé y pantalones blancos, una forma de hacer un guiño a la ropa de su mujer.