¿Hasta cuándo tendremos que usar cubrebocas? Esto es lo que opinan los expertos
A casi siete meses de haber sido declarada la pandemia por el SARS-CoV-2, seis de los diez países con más casos de coronavirus están en el continente americano, según la Universidad John Hopkins. Entre ellos contamos a Brasil, Perú, Colombia, México y Argentina, todos siguiendo a Estados Unidos que permanece en el primer lugar de la lista. No muy lejos, en el decimosegundo puesto, está Chile separado del primer grupo por Francia y seguido del Reino Unido.
El mundo parece una marejada con olas que suben y bajan, pero permanece estática la incertidumbre ante lo que nos depara el futuro. Seguiremos escuchando la insistencia en mantener las medidas sanitarias básicas como lavarse las manos con agua y jabón durante 20 segundos, el distanciamiento social y el uso de los cubrebocas como parte fundamental del atuendo. La pregunta es hasta cuándo.
Lamentablemente no hay oráculo que nos brinde una respuesta profética, ni hay respuestas científicas exactas. Quizás la mejor manera de afrontar la ansiedad ante lo desconocido es no adelantarse a los hechos, sino mantenerse prevenido.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), las mascarillas son "la herramienta de salud pública más poderosa" para combatir la pandemia del coronavirus e incluso han declarado que podrían brindar una protección mayor que una vacuna.
“Tenemos evidencia científica clara de que funcionan y son nuestra mejor defensa”, dijo el doctor Robert Redfield, director de este organismo. “Incluso podría llegar a decir que esta mascarilla tiene más garantías de protegerme contra el COVID-19 que ponerme la vacuna”, de manera que mientras transcurren las investigaciones y se avanza hacia el hallazgo de soluciones efectivas, es razonable asumir que el uso de la mascarilla se extenderá por un buen tiempo.
El doctor Juan Carlos Bonsanto, especialista de medicina de emergencia y terapia intensiva en Chile, país que tiene una de las tasas más altas de realización de test en Latinoamérica, respalda esta afirmación. “Las máscaras las vamos a utilizar por mucho tiempo, tanto el personal de salud como la población civil, hasta que no haya una vacuna y no esté probada”.
“Esto va a ser como la influenza, que hay que ponerse la vacuna anualmente, pero en los centros asistenciales va a pasar mucho tiempo antes de que se puedan dejar de usar los equipos de protección personal y las mascarillas”.
El doctor Bonsanto explica, desde el Hospital Regional de Antofagasta, que para que el uso de la mascarilla sea eficiente siempre hay que mantener una distancia segura, con lo cual podemos asumir que el distanciamiento social también va a mantenerse dentro de las recomendaciones de prevención.
Por otra parte, la doctora Arpana Verma, profesora de salud pública y epidemiología en la Universidad de Manchester, consultada por el HuffPost UK, pronostica que quizás la primavera de 2021 sea un momento para tener esperanza “cuando tengamos mucha más evidencia y soluciones efectivas”.
Un accesorio imprescindible
En el transporte público, en el supermercado, en las tiendas, en el salón de belleza, en cualquier lugar público es conveniente llevar el cubrebocas. Pareciera que serán parte de nuestra cotidianidad por mucho tiempo más.
El doctor Julian Tang, virólogo consultor y profesor del Departamento de Ciencias Respiratorias de la Universidad de Leicester, entrevistado en la misma nota, opina que es muy probable que el uso de la mascarilla se extienda por largo tiempo.
“Al igual que con el virus de la gripe pandémica de 2009, creo que el SARS-CoV-2 gradualmente se adaptará más a los humanos. Por lo tanto, será más transmisible, menos letal, lo que aumentará lentamente nuestra inmunidad colectiva general. Esto puede reducir la necesidad de máscaras, excepto en grupos específicos de personas mayores o vulnerables".
El experto afirma que además de eficaz, la vacuna debe ser ampliamente accesible y distribuida y administrada con rapidez. Esto, más la evolución del virus, podría servir para calcular que el tiempo para lograr una inmunidad colectiva sería de unos cinco años, y sin una vacuna, este tiempo podría extenderse a 10 años.
Por otra parte, en la actualidad no hay todavía información científica exacta que determine cuánto dura la inmunidad, si se adquiere naturalmente o través de la vacuna, e irónicamente, según Tang, mientras más eficientes sean las medidas de control de infección, también se reducirá la adquisición de inmunidad colectiva.
De esta manera, dependerá también de las medidas de cada gobierno, según sus niveles de contagio, extender o levantar el uso del cubrebocas. Serán necesarios también el desarrollo de sistemas de seguimiento eficientes y coordinados para evaluar las cifras y actuar con inmediatez en consecuencia de los resultados.
Uso eficiente, clave de éxito
El doctor Juan Carlos Bonsanto advierte que el éxito del uso de la mascarilla también depende no solo del tipo de partículas que vaya a filtrar, sino de que la usemos correctamente. “La mayoría son de un solo uso, a excepción de las lavables. Además, el uso de la mascarilla tiene una duración máxima de cuatro horas, transcurrido ese tiempo hay que cambiarla”.
“Prometen una vacuna para finales de año, pero no hay información totalmente comprobada. Esperemos si sale al mercado, revisar que verdaderamente funcione y si realmente hace inmunidad para entonces pensar en dejar de lado el uso de la mascarilla”.
Por el momento, entonces, ocupémonos de actuar constructivamente invirtiendo en cubrebocas reutilizables que minimicen el impacto que tienen en el medio ambiente y en nosotros mismos.
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