Estuvo en uno de los Gran Hermano más subidos de tono y ahora sorprende con su antes y después
Gran Hermano es uno de los ciclos que más entretiene a los televidentes. Es por esto que desde que se realizó la primera edición en 2001 en la Argentina, cada año el público espera con ansias que la casa más famosa del país abra sus puertas para conocer a los integrantes, quienes con sus historias de vida, estrategias y sueños se ganan el cariño de los que están del otro lado de la pantalla. A sus 21 años, Matías Portillo entró a la novena temporada que se transmitió en 2016 por América TV con una meta, que permitió mantenerlo en carrera hasta dos semanas antes de la gran final: ser galán de telenovela.
Pese a que lleva varios años dedicándose a la actuación, el correntino de 29 años sigue con aquel objetivo intacto, el cual lo motivó a dejar su Corrientes natal para anotarse en el reality e instalarse en Buenos Aires. “Sigo teniendo el mismo sueño. Solamente cambiaron las palabras porque galán de telenovela ya no hay y en ese momento tenía 20 años. Ahora con hacer ficción estoy”, aseguró en diálogo con LA NACION.
Aunque aún no se le presentó la oportunidad de ser galán -de ficción, de telenovela o de lo que se le presente-, sí lo fue dentro de la casa, donde fue codiciado por más de una de las hermanitas. Se besó con Ivana Icardi, pero terminó siendo novio de Belén D ´Alessandro, con quien estuvo en pareja durante tres años. “Con Belén he hablado hace dos años para saber cómo estaba y hasta ese momento estaba de novia y muy bien”, indicó.
En ese sentido, mencionó que solo tiene a tres de sus excompañeros en Instagram, cuenta en la que posee 167.000 seguidores, y que sigue siendo muy amigo de Patricio Sills, a quien él considera “un hermano”. “Yo creo que la mayoría se fue para otro lado, por eso no me los cruzo tanto. No porque no se dio sino porque algunos no estaban interesados. En Gran Hermano hay mucho conflicto y a medida que pasa el tiempo van quedando pocas amistades”, señaló.
Matías consideró que la edición en la que él participó fue más conflictiva en comparación a la última, en la que Marcos Ginocchio se consagró ganador. “Yo pensé que el Gran Hermano era más amor y paz. El de ahora fue mucho más tranquilo porque cambiaron los tiempos. Si vos comparás con el de antes, en este no pasó nada. Yo me acostaba a dormir y me levantaba con un baldazo de agua o un huevo en la cabeza y hubo insultos heavy. Acá no pasaba nada, era un programa mucho más familiar”, opinó.
Tal como contó, el programa que supo conducir Jorge Rial le abrió puertas dentro del ambiente, pero antes decidió formarse y trabajó en distintos países como Perú, Colombia y México. “Cuando salí me recibí de actor y director de artes escénicas. En 2018 me surgió una propuesta laboral en Perú sobre una obra de teatro y estuve trabajando un poco en Lima. Después volví por la pandemia”, dijo.
La pandemia del Covid-19 lo motivó a meterse de lleno en TikTok, la aplicación que surgió en el momento en el que millones de personas alrededor del mundo tenían que permanecer en cuarentena. “En pandemia crecí mucho en TikTok y me ofrecieron un laburo en Colombia con otros tiktokers, así que estuvimos grabando videos”. Hoy, en esta red social acumula más de 600.000 seguidores, quienes se divierten con cada uno de sus videos.
Pero su trabajo no solo se divide en redes y sobre tablas. Debido a su sorprendente antes y después, el correntino de 29 años utiliza su figura para realizar producciones fotográficas de distintas marcas.
La otra cara de Gran Hermano
Varios de los hermanitos de la última edición, la cual finalizó el 27 de marzo de 2023, hablaron durante los últimos meses sobre la salud mental y revelaron que sufren ataques de pánico y ansiedad. Entre estos se encuentran Tomas Holder, que tuvo que abandonar El Bailando 2023 (América TV) debido a sus constantes descompensaciones en la pista; Maximiliano Guidici, quien permaneció internado en el Hospital Ramos Mejía tras haber ingerido una cantidad peligrosa de pastillas de clonazepam; y Constanza Romero, que se sinceró sobre los trastornos que le generó la exposición. “A veces siento que no puedo respirar”, reveló, en una oportunidad.
En ese marco, Matías se refirió a la frustración que se desencadena cuando el concursante ve que no sucede lo que realmente espera tras su paso por el reality. “Cuando se sale del reality todos empiezan a compararse ‘porque a este le va bien, hace presencia en boliches, lo llaman y a mí no’. Entonces la cabeza te juega para ese lado y es el gran problema cuando salimos de la casa. Es la discusión de a quién le va mejor”, cerró.