Hipoacusia: cómo saber si estás perdiendo oído

Más del cinco por ciento de la población mundial, 466 millones de personas, viven con discapacidad auditiva (432 millones de adultos y 34 millones de niños). Cómo podemos prevenirla y tratarla

 El oído interno detecta los detalles acústicos dentro del habla y los convierte en información que llega al cerebro. (Foto: Getty)
 El oído interno detecta los detalles acústicos dentro del habla y los convierte en información que llega al cerebro. (Foto: Getty)

Entre los tratamientos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar la comunicación cuando existe pérdida auditiva, están los implantes auditivos. En España 5 de cada 1.000 recién nacidos presentan algún grado de pérdida auditiva y uno de cada cinco de estos bebés tendrá una sordera profunda que le impedirá un desarrollo normal.

En estos casos, es fundamental buscar soluciones adaptadas lo más pronto posible ya que durante los primeros seis años de vida, el cerebro desarrolla la capacidad de comunicación verbal gracias a la información auditiva que recibe a través del oído.

De hecho, una investigación reciente ha descubierto una función desconocida en el oído que proporciona información vital al cerebro.

Es importante enseñar a los jóvenes, educarlos, informarlos y hacerles tomar consciencia de los daños de usar reproductores de música y auriculares a un volumen lesivo, así como de llevar a cabo prácticas poco seguras para la audición. (Foto: Getty)
Es importante enseñar a los jóvenes, educarlos, informarlos y hacerles tomar consciencia de los daños de usar reproductores de música y auriculares a un volumen lesivo, así como de llevar a cabo prácticas poco seguras para la audición. (Foto: Getty)

El estudio, publicado en Nature Communications, arroja luz acerca del funcionamiento del oído interno y su influencia en la captación del habla.

Para entender el habla, los detalles acústicos nos permiten distinguir las palabras. Es decir, que solo se necesita un detalle mínimo para reconocer una voz. Sin embargo, hasta la fecha, no se conocía el mecanismo a través del cual el sistema auditivo extraía estos detalles. Este estudio ha descubierto, por tanto, una nueva función del oído interno, que detecta los detalles acústicos dentro del habla y los convierte en información que llega al cerebro.

Esta revelación es un importante paso para entender cómo funciona el proceso de escucha y el oído interno en particular. De hecho, puede ayudar a los profesionales a entender de manera más precisa e individualizada cómo realizar el diagnóstico de pérdida auditiva, pudiendo a su vez servir de inicio para el desarrollo de audífonos más personalizados que pueden proporcionar mayor ayuda al cerebro.

Este nuevo artículo (‘Un mecanismo mecanoeléctrico para la detección del sonido en el órgano auditivo’) es el resultado de un estudio elaborado durante 9 años. La investigación arrancó en 2009, con tres investigadores principales, entre ellos Thomas Lunner, del Centro de Investigación Eriksholm (Dinamarca) perteneciente a Oticon.

“Ahora somos capaces de entender una parte del sistema auditivo que no se conocía antes. El sonido viaja a través del oído como ondas mecánicas, que son luego trasladadas a través de impulsos eléctricos al cerebro gracias a las células ciliadas internas y externas. Hasta la fecha, solo era posible realizar el diagnóstico de las células ciliadas externas, por ejemplo, en los recién nacidos”, explica Lunner, PhD, profesor y director del área de investigación en ciencia de la audición cognitiva de Eriksholm, laboratorio de investigación perteneciente a Oticon.

Este descubrimiento puede ayudar a conseguir los primeros métodos de diagnóstico del estado de las células del oído interno, con la posibilidad de mejorar el procesamiento individualizado de los audífonos para apoyar mejor las funciones cerebrales y finalmente, reducir el esfuerzo del cerebro para entender el sonido”,

Los peligros de oír mal

En los adultos, uno de los principales impactos de la pérdida auditiva es la dificultad para comunicarse con los demás, lo que puede derivar en, ansiedad, aislamiento social o depresión.

En concreto, algunos estudios indican que cada 10 decibelios (dB) de pérdida auditiva, el riesgo de aislamiento social, especialmente en las personas mayores, aumenta en un 52 por ciento. Para concienciar sobre las consecuencias afectivas y sociales de la pérdida auditiva, MED-EL ha puesto en marcha la campaña de sensibilización Sonidos de la Naturaleza.

“Entendido el sonido desde este punto de vista biológico, la hipoacusia te aísla de la vida. Además de este sentido biológico, está el sentido social del sonido, relacionado con la música o el lenguaje, explican desde la Unidad de Otología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. La hipoacusia aísla a quien la padece de la parte más social del ser humano. El aislamiento lleva al “ensimismamiento” donde predomina el “yo” frente al “nosotros” y de ahí a la depresión hay muy poco”.

Los efectos negativos de las barreras comunicativas están presentes en un alto porcentaje de las personas con hipoacusia.

  • En el niño puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana, en el desarrollo y en la educación.

  • En la edad adulta afecta a la igualdad de oportunidades y genera sentimientos de soledad, impotencia y frustración pudiendo derivar en aislamiento social, ansiedad o depresión.

¿Estás perdiendo oído?

Los síntomas ante los que es recomendable acudir al especialista son alteraciones en la discriminación sonora, sobre todo en ambientes ruidosos o en conversaciones cruzadas; y presencia de acúfeno crónico, comúnmente descrito como un zumbido, timbre o silbido en los oídos.

Más edad, mayor aislamiento

En las personas mayores de 65 años afectadas, la pérdida de audición es la tercera afección de salud crónica más frecuente en adultos mayores. Un colectivo que sufre en mayor medida las consecuencias psicosociales de la pérdida de audición.

“Los órganos de los sentidos conectan al individuo con el entorno y gran parte de ellos sufre una involución natural con la edad. Si al daño sensorial asociado a la edad aparece añadido un hándicap patológico, como puede ser la hipoacusia, la desconexión con el entorno se multiplica”, afirman los especialistas del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Además, la pérdida auditiva no tratada se relaciona con un mayor riesgo de declive cognitivo y demencia.

Las personas con pérdida auditiva que logran identificar el problema tempranamente son las más beneficiadas. La detección temprana puede ayudar en la elección de un tratamiento apropiado.

Según el equipo de Otología, “la realización de programas de cribado auditivo en población general, no solo entre las personas expuestas a ruido intenso laboral o socialmente, detectaría pacientes con pequeñas caídas en frecuencias agudas aun clínicamente asintomáticas, pero con riesgo de patología auditiva futura que, de otro modo, solo se detectarían una vez que la hipoacusia fuese manifiesta”.

Con un diagnóstico y tratamiento adecuados “las ayudas auditivas suponen la reinserción del paciente al mundo del sonido y, consiguientemente, sacarlo del ostracismo al que la hipoacusia le había condenado”.

5 claves para prevenir la sordera

  1. Limita el tiempo de exposición a ruidos excesivamente altos.

  2. Usa cascos y materiales especiales que aíslen del ruido, sobre todo si en tu trabajo tienes que someterte a sonidos perjudiciales para la audición (obreros, camareros de discotecas, etc).

  3. Haz descansos auditivos periódicos.

  4. Respeta los niveles seguros de exposición al ruido. La OMG establece el margen en un 60% del volumen máximo.

  5. Permanecer alerta ante cualquier tipo de señal o síntoma de hipoacusia para detectar dificultades de escucha.

¿Te preocupa tu salud auditiva? ¿Crees que podrías padecer hipoacusia?

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