Un hongo, su ubicación y un diagnóstico tardío: las claves en la muerte de la palma de Reforma

La palmera de Reforma murió y hay toooodo tipo de comentarios sobre qué pudo ocasionar el ocaso de esta planta, que durante 100 años estuvo vigilando la famosa Glorieta de la CDMX.

Así que buscamos datos, y los dichos de autoridades y especialistas, para entender qué pasó.

Para empezar, ¿cuántos años puede vivir un árbol de este tipo, una palmera canaria?

“Se habla de que pueden ser longevas, vivir hasta 200 años, pero no es la totalidad de la población de palmas, son ciertas palmas que llegan a tener ese récord”, dijo el coordinador del doctorado en Ciencias Agrícolas Tropicales del Colegio de Posgraduados, Carlos Fredy Ortiz García, en la conferencia donde se anunció su remoción.

El ministerio de Agricultura de España coincide con ese dato, de unos 200 años.

Lee: ¡Adiós, vaquera! La historia de la Glorieta de la Palma a través de imágenes

Entonces, ¿por qué la palma de Reforma dice adiós a la mitad de ese tiempo, después de sólo 100 años?

Aquí no hay una respuesta sencilla. Por un lado, el gobierno de la Ciudad de México publicó un video donde un ingeniero de la Comisión Nacional Forestal habla de que la palma simplemente cumplió su ciclo biológico.

Hasta el momento, dijo, no hay evidencia de que la muerte se haya precipitado por descuido o por falta de mantenimiento.

Pero, por otro lado, especialistas nos hablaron de que en general hay una falta de políticas o cuidados para preservar los árboles en el país, planes y estudios constantes para evitar enfermedades o curarlos a tiempo.

“No se detectó a tiempo el problema”, nos comentó Rodrigo Estrada, ingeniero agrónomo con maestría en medio ambiente, sobre el o los hongos que pudieron afectar a la palma.

Hay maneras de atender y corregir un ataque de hongos y salvar a estas especies, pero ahora ya es una especie que no tiene posibilidades”, agregó, destacando que falta tener más análisis para saber cuándo enfermó el árbol, y exactamente en qué momento pudo actuarse, para que viviera más.

la historia de la glorieta de la palma en pase de la reforma, cdmx
la historia de la glorieta de la palma en pase de la reforma, cdmx

Foto: Enrique Ordóñez | Archivo Cuartoscuro (año 2013)

“Se pudieron aplicar algunos productos químicos de prevención, para retardar la acción de la enfermedad, aunque es difícil evitar que se infectara, y más en las condiciones en que se encuentra”, opinó Daniel Rivas, profesor investigador del área de Agronomía de la Prepatoria Agrícola, de la Universidad Autónoma Chapingo.

En la conferencia de prensa del gobierno capitalino, se mencionó como el principal sospechoso de enfermar a la palma al Hongo de la Pudrición Rosa de las Palmeras (sí, tiene un nombre medio macabro, como de hechizo de Harry Potter).

Nuestro hermano Animal Político nos cuenta más sobre la decisión del gobierno capitalino.

Sin embargo, también se dijo que faltan estudios.

“En un mes más, aproximadamente, podremos tener la película completa para que podamos darles con precisión si fue ese hongo que mencionamos o una mezcla de varios, que es lo más probable”, dijo Armando Equihua, entomólogo forestal del Colegio de Posgraduados.

Lo que sí descartaron los expertos es que esta palma haya sido afectada por la falsa Chicharrita o el picudo negro, y no, no son nombres de luchadores, sino de insectos.

La soledad de la palmera de Reforma y la contaminación

Si bien nos comentaron que pudo ser tardía la atención a la palma, expertas también nos dijeron que la Palma de Reforma está en condiciones complicadas, que pudieron hacerla más vulnerable ante la enfermedad.

Ajá, vivir en la CDMX tiene su encanto (es truly magical, dicen los gringos) pero también sus retos, y más en el caso de un árbol que no es nativo, sino que se trajo de otro país.

“En el caso de la palmera de Reforma, ella está sola, ha ido quedando sola, y prácticamente desprovista de otro tipo de protección contra vientos, o heladas, ha estado expuesta a una cantidad de contingencias que la hace más susceptible a ser afectada en el caso de una enfermedad como esta, que ha ido matando palmeras”, dijo el especialista Rivas.

“Todos los árboles de la ciudad sufren de estrés porque el clima, las temperaturas han aumentado cada año. A veces tenemos lluvias muy intensas y luego etapas de sequía con alto grado de insolación”, comentó la doctora Ivonne Olalde, del Jardín Botánico de la UNAM.

“Esto estresa a las plantas porque también las tenemos en el ambiente urbano, en espacios muy reducidos, rodeadas de concreto que también genera mucho calor. A veces las tenemos junto a los edificios o casas y cables, están sometidas a un estrés mucho mayor que una planta en su estado natural y como todo organismo, un organismo estresado es más fácil que se enferme”.

La doctora también comentó que en el caso de árboles tan altos es difícil ver a simple vista si están enfermos, aunque como nos dijeron otros expertos, al ser un árbol tan simbólico pudieron hacerse revisiones más asiduas.

“Con las palmeras es difícil detectar si les está pasando algo porque su zona de crecimiento es en la punta y en el centro del pseudo tronco que tienen. Como las palmeras son muy altas es difícil ver este punto, entonces si llega ahí algún insecto o haya alguna enfermedad desarrollándose ahí pues es muy difícil que la podamos ver en sus primeras etapas de la enfermedad”.

Una epidemia (sí, otra, pero esta arbolitos)

Lo que hace aún más triste esta historia es que la palma de Reforma no es la única enferma en la ciudad.

Hay alrededor de 15 mil palmeras en la ciudad y se estima que… alrededor del 25% de ellas tienen algún tipo de plaga, y son justamente sobre estas palmeras plagadas que estamos trabajando”, dijo la secretaria de Medio Ambiente local, Marina Robles.

En una conferencia previa, en marzo, se indicó que serían derribadas 492 palmas muertas, y que serían reemplazadas con el mismo número de ejemplares de especies arbóreas de 4 a 6 metros de altura.

¿Y cómo se transmite el hongo que enferma a los árboles?

“Los insectos después de depositar sus huevos vuelan hacia otro árbol o palmera, también si fue un hongo o una bacteria por medio del suelo o del viento pueden viajar también. Si llega algún insecto se lo puede llevar entre sus patitas esos hongos, y puede ser un vector para llevarlo de un lado al otro”, explicó la doctora Ivonne.

Otro punto que fomenta la aparición de hongos en las palmeras, según autoridades, es el exceso de humedad por aplicaciones de riego.

“Por este motivo, se pide a la ciudadanía y a las empresas que tienen apadrinadas áreas verdes, no regarlas. Si se quiere ayudar a las palmeras lo recomendable es descompactar el suelo, asegurar un buen drenaje para evitar cualquier humedad y sobre todo que el agua no se estanque en su entorno”, señaló el gobierno capitalino.

Qué se necesita

Las y los especialistas coincidieron en que se requiere un mejor cuidado de los árboles, con medidas como tener una unidad especializada de arboricultura, que la ciudad cuente con arboristas certificados a nivel internacional.

También, hacer una planeación adecuada de la colocación de árboles, y destinar el presupuesto adecuado para la preservación de los ya existentes.

“Es difícil hacer que las autoridades entiendan que hay una serie de enfermedades que atacan a los árboles urbanos, que necesitamos cuidarlos, para evitar que se mueran, y volver a plantar”, mencionó el ingeniero Estrada.”Más vale gastar en mantenimiento eficaz que en una reforestación intensiva que muchas veces fracasa si no se tienen las técnicas y los cuidados pertinentes“.

“Hay toda una normatividad para el manejo del arbolado que no se sigue en muchos de los casos, pero ya hay una regulación tanto para podas como para qué plantas se van a poner. ¿Necesitan mejorarse? Sí, todavía nos queda un camino muy largo”, consideró

“Por ejemplo, lo que deberíamos de poner serían plantas nativas que de manera natural se distribuyen en esta zona. Nos falta mucho en propagar estas plantas, que los viveros tengan un stock de plantas nativas para poder ir sustituyendo todas las exóticas, como la palma”, consideró la doctora Ivonne Olalde.