La impactante confesión de Mo Farah: víctima del tráfico de personas y de un cambio de nombre forzoso

Mo Farah credit:Bang Showbiz
Mo Farah credit:Bang Showbiz

Mo Farah se erige desde hace más de una década como toda una leyenda deportiva del Reino Unido, un emblema además del lado más acogedor e integrador del país que, en 2016, salió precipitadamente de la Unión Europea por factores tales como el miedo a la inmigración.

Campeón olímpico, del mundo y de Europa en sus categorías predilectas del atletismo, 5.000 y 10.000 metros, el deportista se convirtió en toda una estrella mediática tras las Olimpiadas de Londres, cuando su nombre fue mencionado con orgullo por todos esos narradores y comentaristas que eran testigos de sus proezas en la pista. A partir de ese momento, Mo Farah ha sido sinónimo de éxito, de excelencia británica y de afán de superación.

Sin embargo, este miércoles la cadena británica BBC emitirá un documental, titulado 'El verdadero Mo Farah', que altera ligeramente parte del relato de ese niño que supuestamente llegó a Inglaterra como refugiado y huyendo de la guerra civil de Somalia, aprovechando que su padre ya se encontraba afincado en el país europeo. Lo cierto es que el atleta ni siquiera se llama Mohamed Farah: ese es el nombre que le puso la mujer que le trajo a Londres en la década de los noventa, de forma ilegal y en el marco de un oscuro entramado de tráfico de personas.

El verdadero nombre de Farah es Hussein Abdi Kahin y viajó a Europa procedente de Djibouti, donde vivía con unos familiares tras la muerte de su padre, quien fue tiroteado en el marco de la violencia fratricida que asolaba Somalia en esa época. Sus hermanos y su madre, no obstante, se mudaron a Somalilandia. Como explica en la citada pieza, un día apareció por su casa una mujer a la que él no había visto nunca, y que no tenía ningún tipo de vínculo con su familia.

Esa misteriosa persona le prometió que le llevaría a vivir a Londres con unos familiares de su padre. Sin embargo, el joven Kahin acabó recluido en una casa situada a las afueras de la capital británica, dedicado íntegramente a realizar tareas domésticas y a ocuparse de los niños de una familia, todo ello bajo un nuevo nombre que no había elegido. El ahora laureado deportista ha revelado además que no se le permitió ir al colegio hasta los 12 años, y ahora ha tenido que llegar a los 39 para armarse de valor y desvelar finalmente sus verdaderos y trágicos orígenes.