Yahoo Estilo El incómodo accesorio que le jugó una mala pasada a Kim Kardashian en París
Sabemos que las celebridades son capaces de sacrificar la utilidad de los accesorios por ir a la última pero en este caso, Kim Kardashian tuvo que guardarlo.
En muchas ocasiones, cuando vemos a las celebridades por la calle con atuendos extravagantes, podemos pensar ¿es eso cómodo? Sobre todo, si nos referimos a la mediática Kim Kardashian.
La estrella de telerrealidad ha posado en numerosas ocasiones con modelos increíbles: altos tacones, corsés exagerados e incluso una máscara que le hacía parecer un alienígena sacado de una película de ciencia ficción.
Pero al margen de sus ajustados modelitos, ceñidos vestidos, faldas y pantabotas, los accesorios son otra de las piezas clave a las que la empresaria les cede mucho protagonismo, como a su bolso XXL de Hermès o las lentes de sol de aires futuristas que tantas veces le hemos visto presumir.
En la recién terminada Semana de la Moda de París, la madre de cuatro no nos ha defraudado con sus looks, desde un vestido de encaje de aire gótico con etiqueta puesta incluida a sumergirse de lleno en la nueva tendencia "mob wife", Kardashian ha vuelto a demostrar que ella no sigue las tendencias, sino que las crea. Pero en su última aparición nos ha dejado pensando ¿hasta qué punto vas cómoda Kim?
A su llegada a un restaurante en la capital francesa, la exesposa de Kanye West apostó por un maxi vestido de piel de estampado animal, con un cuello exagerado y cinturón de piel de Balenciaga. Además de un bolso amplio y su teléfono móvil, la también diseñadora portó unas gafas de sol que nos llamaron mucho la atención. Cubriendo gran parte de su rostro, en lugar de patillas normales, las lentes en forma de pajarita llegaban hasta detrás de las orejas, quedando estas incluidas a través de unos orificios.
Muchos admiradores se habían congregado para pedirle autógrafos y fotografías, a lo que la celebridad cedió encantada, pero se encontró con un ligero problema, y es que sus gafas se caían constantemente cuando inclinaba la cabeza, hasta el punto de que se las tuvo que quitar para poder seguir con su vida.
Si seguimos el dicho de "de la moda, lo que me acomoda", está claro que a Kim no le importa pasar algún que otro suplicio por lucir a la última.
