Cuando sufres, sin saberlo, una infección simultánea de estas enfermedades sexuales

La mayoría de las personas no saben que la co-infección entre distintas ITS es algo que se da con frecuencia. Por ejemplo, infección simultanea por gonococo y clamidia, o también con sífilis o VIH. Además, algunas ITS como la gonorrea o la sífilis pueden aumentar la probabilidad y riesgo de infectarse por VIH. Por ello, en cualquier persona que presente alguna de ellas debería descartarse la presencia de las otras. (Foto: Getty)

Cada día se producen más de un millón de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y se estima que, cada año, unos 376 millones de personas se contagian de alguna infección de transmisión sexual: gonorrea, sífilis, tricomoniasis o clamidiasis. Infecciones causadas por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (HIV), Virus de la Hepatitis tipo B (HVB), Virus Herpes Simple tipo 2 (VHS-2) o Virus del Papiloma Humana (HPV), entre otros.

Unas cifras que reflejas un preocupante aumento de este tipo de enfermedades hasta el punto de estar consideradas como una de las prioridades sanitarias a nivel mundial. El diagnóstico precoz de estas enfermedades es un factor clave para frenar su expansión, al permitir la instauración de un tratamiento adecuado, llevar a cabo un estudio de contactos y, con ello, prevenir nuevos contagios.

Las ITS cursan habitualmente de forma asintomática, dificultando así la sospecha clínica, el diagnóstico, tratamiento precoz y la posible curación en casos de infecciones bacterianas como la gonorrea, la sífilis, la infección por Chlamydia trachomatis (clamidia) o por el Mycoplasma genitalium o de la tricomoniasis, una ITS frecuente y producida por el parásito Trichomonas vaginalis. Así y todo, hay que señalar que las reinfecciones son frecuentes, sobre todo en las poblaciones con factores de riesgo.

El riesgo de contraer una infección de transmisión sexual está presente en cualquier persona que sea activa sexualmente. De nuestra parte está tomar precauciones para no transmitir ni contagiarnos de estas enfermedades, que pueden llegar a ser muy graves. (Foto: Getty)
El riesgo de contraer una infección de transmisión sexual está presente en cualquier persona que sea activa sexualmente. De nuestra parte está tomar precauciones para no transmitir ni contagiarnos de estas enfermedades, que pueden llegar a ser muy graves. (Foto: Getty)

"La mayoría de las infecciones de transmisión sexual son asintomáticas o se acompañan de síntomas leves que no siempre permiten diagnosticar la enfermedad", explica el doctor Manuel Albi, jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz del Grupo Quirón Salud.

Además, muchas presentan las mismas señales como leucorrea o exceso de flujo vaginal, secreción uretral, úlcera, prurito, por lo que el diagnóstico entre las diferentes infecciones del tracto genital en ocasiones resulta difícil, añade el experto.

Por eso, el conocimiento de estas enfermedades y la modificación de comportamientos de riesgo (prácticas sexuales seguras, uso de preservativo, etc.) resultan imprescindibles a la hora de reducir su incidencia, y también ayudan a evitar secuelas y complicaciones a largo plazo..

Según los expertos, hay escaso conocimiento sobre las enfermedades y sus repercusiones. "Hay que recordar que la infección simultánea de varias ITS acontece con relativa frecuencia", asevera Manuel Albi.

Precisamente una característica de las ITS es la frecuencia de aparición de coinfecciones (por ejemplo, infección simultanea por gonococo y clamidia, o también con sífilis o VIH). Además, la gonorrea o sífilis pueden aumentan la probabilidad y riesgo de contraer VIH.

Es importante remarcar que, de no ser tratadas, las ITS pueden inducir complicaciones graves a largo plazo. La consecuencia más directa es el impacto que tienen en la salud sexual y reproductiva, siendo una de las causas de infertilidad y prematuridad, pero también puede causar otras complicaciones durante el embarazo ya que existe transmisión materno-fetal e infección congénita. Es decir que algunas pueden pasar al bebé durante el embarazo, parto o cuando se amamanta.

Además, las infecciones sexuales no tratadas pueden acabar provocando problemas neurológicos, trastornos inmunitarios y cáncer, entre otras.

Por otro lado, algunas pueden presentar cuadros generalizados (cuyas consecuencias se expresan en todo el cuerpo), y pueden dejar secuelas permanentes como dolor crónico en la pelvis. Además, se ha descrito que favorecen la adquisición de la infección por VIH y de infecciones urinarias.

La mayoría puede tratarse de manera fácil, y con resultados positivos, mediante antibióticos o medicamentos antivirales. Pero algunas de estas infecciones pueden permanecer para siempre, ya que no existe una terapia eficaz, por ejemplo, como sucede en el caso de las hepatitis y el VIH.

Por eso, más allá del autocuidado y la protección durante las relaciones sexuales, es importante acudir cuanto antes a la consulta del especialista, si existe sospecha de haber contraído una ITS. De esta forma, es posible conseguir un diagnóstico temprano y prevenir los efectos adversos que pueden producirse a largo plazo.

Las señales que suelen presentarse son:

  • Escozor o picor en los genitales.

  • Sangrado vaginal que no corresponde a la menstruación o que se produce después de las relaciones sexuales.

  • Sensación de ardor y molestia durante la micción, al orinar, lo que se conoce como disuria. Este dolor también puede producirse al defecar.

  • Dolor durante la relación sexual, lo que se llama dispareunia.

  • Dolor en el abdomen, que suele localizarse en la parte inferior.

  • Flujo vaginal extraño que, en ocasiones, también presenta mal olor.

  • En los genitales, la región perianal o la boca aparecen ampollas, llagas o verrugas.

Según el informe de Vigilancia epidemiológica de las ITS en España, la tasa de infección por Neisseria gonorrhoeae (patógeno responsable de la gonorrea o blenorragia) aumentó de forma continua desde 2001 hasta el 2019, concentrándose en la población masculina la mayoría de los casos diagnosticados (79,7 por ciento).

Por su parte, la clamidia (incluida dentro del grupo de enfermedades de declaración obligatoria desde 2015), fue la ITS de la que se reportaron más casos entre 2016 y 2019, siendo la población femenina la más afectada. De hecho, según el informe del Observatorio Bloom sobre ITS en España, durante el periodo de 2012 - 2019 el número total de casos de ITS en mujeres se incrementó alrededor de un 1073 por ciento, siendo el agente responsable de un 64,8 por ciento de los casos diagnosticados. Resulta preocupante que el 50 por ciento de los casos diagnosticados correspondían a las mujeres más jóvenes de entre 15 y 24 años.

La sífilis también muestra una tendencia ascendente desde el 2001 hasta la actualidad, especialmente a partir de 2016. Esta infección es mucho más frecuente en hombres y teniendo en cuenta los datos publicados entre 2016-2019 la franja de edad más afectada es la de 25-34 años.

En cuanto a la infección por VIH y, según los datos de Ministerio de Sanidad en 2020, se ha detectado 1.925 nuevos casos de infección por VIH en España, concentrándose mayormente en la franja de edad entre los 25 y 39 y siendo más frecuente en hombres. Gracias a las estrategias de diagnóstico precoz, cribado activo y avances en tratamientos antirretroviral, las cifras de SIDA han disminuido un 42,2 por ciento desde 1994.

Ante esta situación los expertos en salud sexual recuerdan que "el diagnóstico microbiológico de las ITS es fundamental para poder instaurar el tratamiento y prevenir de esta manera las consecuencias nocivas tanto para la salud individual, como de la comunidad, al permitir realizar el estudio de contactos y cortar la cadena epidemiológica de transmisión y aplicar las medidas de prevención", tal y como nos explican desde los laboratorios SYNLAB, especialistas en servicios de diagnóstico médico en Europa.

Para determinar si una persona está contagiada por alguna ITS resulta fundamental tener en cuenta el denominado “periodo ventana" para cada infección, el cual se define como el tiempo mínimo que debe transcurrir entre el momento en el que se ha estado expuesto a un posible contacto de riesgo y el momento en el que se puede detectar la infección. Respetar este plazo permite garantizar la fiabilidad de los resultados al asegurarse la detección precoz de la mayor parte de las infecciones. Aun así, en caso de resultado negativo y posterior aparición de síntomas o persistencia de conducta de riesgo, se recomienda realizar un nuevo análisis.

El Test de detección de Enfermedades de Transmisión sexual de SYNLAB se ofrece en dos modalidades: básico y perfil completo. Así, el Panel Básico incluye el estudio de Clamidia, Gonorrea, Tricomoniasis e infección por Mycoplasma genitalium y el panel completo incorpora adicionalmente el análisis de infección por Mycoplama hominis, Ureaplasma parvum/urealyticum, VIH, Virus de la Hepatitis B, Virus de la Hepatitis C y de sífilis.

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