La inyección que Alain Delon podría recibir es usada en presos condenados a pena de muerte
Alain Delon, la legendaria estrella de cine, expresó su deseo de morir a través del suicidio asistido, una práctica que es legal en Suiza, donde reside el actor francés. Así se lo expresó a su hijo Anthony, quien reveló el especial pedido de su padre en un libro y luego lo reafirmó en una entrevista con una radio local.
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El protagonista del recordado film A pleno sol, del director René Clément, tiene 86 años. En 2019, sufrió un pequeño derrame cerebral, pero logró recuperarse y está lo suficientemente lúcido como para comunicarles a sus hijos sus decisiones sobre su vida.
Años atrás, Delon ya se había manifestado de acuerdo con la eutanasia. “Estoy a favor. Primero porque vivo en Suiza, donde la eutanasia es legal, y también porque creo que es lo más lógico y natural”, aseveró a una cadena de noticias locales. Y aunque en ese país en realidad esta práctica está prohibida, el suicidio asistido es legal bajo ciertas condiciones.
El medio brasileño R7 detalló que, en Suiza, para avanzar con la eutanasia, se debe tomar un medicamento específico llamado pentobarbital sódico -una dosis letal de 15 g- mezclado con alguna bebida, posiblemente jugo o agua, según consignó el portal.
De acuerdo al artículo 115 del Código Penal suizo de 1937, en el país está prohibida la “incitación o asistencia al suicidio por motivos egoístas”. No obstante, el suicidio asistido por motivos “no egoístas” es legal. De esta manera, se pueden prescribir medicamentos letales siempre que el receptor desempeñe un papel activo en la administración del medicamento, aunque están prohibidas, por ejemplo, las inyecciones letales.
También de acuerdo con R7, la ley suiza exige que la manifestación de morir se haga en más de una ocasión y que el individuo tenga una enfermedad incurable o que se encuentre en situación de malestar físico o psíquico. Se exceptúa a la depresión porque se considera que la persona en ese estado carece de la capacidad para tomar semejante decisión.
El pentobarbital es un barbitúrico desarrollado hace más de cien años. En cantidades medidas, se puede utilizar como tranquilizante e hipnótico, pero el riesgo de sobredosis es alto. Igualmente, sigue siendo aplicado como agente anestésico en las prácticas veterinarias.
Una de sus aplicaciones más conocidas es la inyección letal de los condenados a muerte en Estados Unidos. Aunque también se la administra en pacientes sometidos a eutanasia de naciones que permiten esta práctica, como en los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, Canadá, España y Nueva Zelanda.
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La organización suiza sin fines de lucro Dignitas, que ayuda y asiste a morir con la colaboración de médicos y enfermeras calificados, sostiene que los pacientes que no quieran tomar pentobarbital por vía oral pueden establecer un acceso intravenoso de antemano y liberar ellos mismos la inyección.
“En todos los casos, por razones legales, el paciente debe ser capaz de realizar el último acto -es decir, tragar, administrar por sonda gástrica o abrir la válvula del tubo de acceso intravenoso- por sí mismo. Si esto no es posible, Dignitas lamentablemente no puede ayudar”, asegura la entidad en su página web.
El fármaco comienza a actuar entre dos y cinco minutos después y provoca un coma profundo, al que sucede la muerte en menos de una hora. “Este proceso es absolutamente libre de riesgos e indoloro”, aseguró Dignitas.