La gran ilusión de Jacques y Gabriella de Mónaco, junto a sus padres, en el arranque de Santa Devota

La imagen de la barca ardiendo junto al puerto de Mónaco marca el arranque de las festividades inevitablemente se asocia a los príncipes Jacques y Gabriella. Los hijos de Alberto y Charlene de Mónaco llevan años haciendo los honores en esta tradición con la que en el Principado honran a su patrona. Los pequeños prendieron con la ilusión de siempre la embarcación junto a sus padres y Melanie-Antoinette Costello de Massy, prima en segundo grado del soberano.

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Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos
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Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos
Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos

El entusiasmo de los jóvenes príncipes no disminuye según se hacen mayores y a sus nueve años su ilusión parece ir a más. Tanto es así que su madre, especialmente sonriente, parecía contagiarse de su felicidad. La princesa Charlene, con un abrigo blanco y guantes negros guiaba a los niños en un ritual que toda la familia se sabe ya de memoria. Gabriella, con un abrigo de cuadros y Jacques, de negro como su padre, estaban tan dicharacheros como de costumbre y en algún momento incluso parece que su madre tiene que poner orden. Con la familia al completo, esta festividad recupera al fin todo su esplendor.

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Jacques y Gabriella de Mónaco
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Jacques y Gabriella de Mónaco
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Jacques y Gabriella de Mónaco
Jacques y Gabriella de Mónaco

Aunque el pasado año ya no había restricciones por la pandemia y la fiesta se desarrolló con normalidad, el príncipe Alberto no pudo asistir por padecía covid.apareció por sorpresa en el balcón de Palacio tras la misa en la catedral que tiene lugar al día siguiente. En su lugar, estuvo acompañando a los niños la princesa Charlene que entonces aún dosificaba sus apariciones públicas ya que aún se recuperaba de sus problemas de salud y su agenda estaba más mermada que de costumbre.

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Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos
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Alberto de Mónaco habla con sus hijos
Alberto de Mónaco habla con sus hijos

Este año, en cambio, la esposa de Alberto de Mónaco, que acaba de cumplir 46 años, ha incrementado gradualmente su presencia pública hasta volver prácticamente a su ritmo habitual. En los últimos días su agenda ha sido especialmente intensa. El jueves ha celebrado su cumpleaños con su familia en el histórico mercado de Condamine donde ha soplado las velas de una inmensa tarta. Una celebración que ha tenido lugar dos días después de hacer el saque de honor en un partido de fútbol solidario en el que ha coincidido con su cuñada Estefanía de Mónaco.

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Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos
Alberto y Charlene de Mónaco con sus hijos

La semana culmina así con las fiestas de la patrona del Principado, unos días plagados de tradición e historia. El origen de esta festividad se remonta al siglo IV cuando Santa Devota fue martirizada en Córcega y se ordenó que se quemara su cuerpo. Sin embargo, un grupo de cristianos consiguieron huir con él para darle sepultura. Por eso, uno de los símbolos más impresionantes de esta cita es el momento tras la ceremonia religiosa en el que prenden fuego a la barca en el puerto de Hércules, una práctica que reinstauró Luis II de Mónaco durante su tiempo como príncipe soberano. Tras el encencendido de la embarcación, el broche lo ponen los fuegos artificiales iluminando el cielo de la ciudad.