Jaime Camil confiesa que necesitó terapia para poder perdonar a su padre
Cuando el empresario Jaime Camil Garza, padre de los actores Jaime Camil e Issabela Camil murió, estos no repararon en reconocerlo como un hombre que les enseñó el respeto por todos los seres humanos, por el trabajo, por la puntualidad, por llegar a tiempo, por hacer las cosas bien, por tratar de ser excelente, "un cabrón hecho y derecho, con una personalidad de titanio e imparable y una galanura incomparable".
Y es que Camil Garza fue uno de los empresarios más adinerados de México, poseía fuertes conexiones en el mundo de la consultoría, la política y el entretenimiento, y a menudo compartía detalles de las fastuosas fiestas que realizaba junto a su hijo Jaime, además de presumir de sus propiedades, yates y caballos a las revistas del jet-set.
Pero detrás de esa personalidad tan abrumadora, el empresario fue un padre muy severo al menos con su hijo mayor, tanto que en algunas ocasiones lo llegó a reprender físicamente. Además, el divorcio con su primera esposa, Cecilia Saldanha da Gama, madre de Jaime, y la poca convivencia en sus primeros años, les hizo difícil construir una relación amorosa, "fui el experimento de mi padre (...), había muchas cosas de mi niñez que yo no había afrontado y una de ellas fue mi papá".
El actor de La fea más bella y Jane the Virgin se ha atrevido a hablar de este lado de su fallecido progenitor porque, como dice, fue gracias a la terapia que ha podido reconciliarse con él y no repetir el mismo patrón, "como papá, o tú aprendes de los errores de tus padres y los mejoras, o te vas por el mismo canal (...) y con amigos de mi papá, yo me desahogaba mucho".
Jaime no busca desahogarse nuevamente, simplemente Pati Chapoy ha sabido hacer las preguntas clave para que sea él quien revele el lado menos afable del empresario, como aquella vez que le dio un castigo corporal por darle vuelo a su creatividad.
"Me acuerdo un momento en que mi mamá me estaba metiendo a bañar y me quitó la ropa, yo tenía cinturones marcados por todo el cuerpo. (Sucedió porque) En su departamento (de mi padre) había una alfombra blanca muy bonita y a mí se me hizo una brillante idea para jugar con mis carritos pintar una carretera con un sharpie por toda la alfombra blanca y no son cosas que se deben hacer (...). Se le fue quitando (educar a cinturonazos) cuando yo crecí. Yo creo que al tener a mi hermano Jorge y a mi hermana Alexia se fue dando cuenta que no era el camino", le contó a la titular de Ventaneando.
Otro de los desencuentros que pasaron fue cuando Camil decidió hacer caso a su instinto y dedicarse a las artes como su madre, una artista plástica, cantante de bossa nova y escritora brasileña que ha incursionado en diversas técnicas como el naif, impresionista, constructivista, neofigurativa, acrílico sobre tela, y otras.
Pero, reconoce el también cantante, que su decisión de dedicarse al entretenimiento también fue para recibir la misma atención que su padre daba a personajes destacados de la farándula, "yo creo que la razón por la cual me aferré tanto a tratar de tener éxito en esta carrera, quizá, fue por daddy issues".
"Mi papá siempre tenía una admiración profunda por los artistas. (...) Yo veía que mi papá se desvivía cuando llegaba Oprah Winfrey, Kevin Costner, Quincy Jones..., cuando llegaban esas personas a la casa de Acapulco, mi papá tiraba la casa por la ventana y haz de cuenta que llegaba dios a la casa. Mi papá era el rey de las relaciones públicas. (No decidí ser artista) como 'ay, esto va a ser que mi papi me voltee a ver', no fue en ese plan, pero sí fue un elemento importante que también me impulsó a seguir la carrera", contó.
Antes de morir, Jaime Camil Garza también se sinceró sobre la relación que sostenía con su hijo, la cual era difícil por la apretada agenda de trabajo del actor, aunque a decir de este, era de ambos, como se lo contó a Adela Micha en 2020.
"Mi papá debería de venir a verme más. Me duele un poquito que no venga a vernos, tengo una fantasía, que venga, que se quede en la casa con nosotros, que conviva con sus nietos, que esté con nosotros y no con todo este séquito que lo sigue a todas partes", dijo.
El empresario vivió los últimos años de su vida en Acapulco y sostenía una relación muy especial con sus nietas Victoria y Antonia Mayer, hijas de Sergio Mayer e Issabela Camil.
Jaime Camil Garza murió a inicios de diciembre de 2020 a causa de una septicemia catastrófica.