James Van Der Beek, la estrella de Dawson Creek, habló de las difíciles pérdidas que sufrió en el último tiempo: “La sanación tiene su propio ritmo”

El actor contó en sus redes sociales una triste noticia
El actor habló en sus redes sociales sobre los duros desafíos que enfrentó su familia - Créditos: @Instagram

El exprotagonista de la exitosa serie Dawson’s Creek, James Van Der Beek, suele recurrir a sus redes sociales para compartir con sus seguidores diversas postales junto a su esposa Kimberly y su numerosa familia. Juegos, sonrisas, berrinches de los más chiquitos, reflexiones sobre la paternidad se suceden, día a día, en su perfil de Instagram. Esta semana, el actor se tomó su tiempo y realizó un repaso de sus últimos dos años, en los que se combinaron los momentos felices junto a sus hijos con situaciones que lo llenaron de dolor.

Es que Kimberly, la esposa del actor, perdió varios embarazos. La mujer reveló en un podcast de 2020 que había tenido cinco abortos espontáneos en nueve años y describió las dos pérdidas más recientes como “realmente extremas”. Su esposo hizo referencia a esas pérdidas en varias ocasiones, pero el viernes 19 de agosto, publicó un extenso mensaje en el que repasa, con imágenes, cómo transcurrieron los últimos dos años de su vida, y no pudo evitar hacer referencia a esos momentos tristes y difíciles por los que ha pasado su familia.

En la primera de las fotos, que sirve como portada y fue tomada en diciembre de 2019, se ve al actor junto a uno de sus hijos, junto al río. A pesar de que se lo ve sonriendo, su mirada deja adivinar un dejo de tristeza. “ Acabábamos de perder un bebé a las 18 semanas de embarazo y casi perdemos a Kimberly en el proceso. (...) Y acababa de ser expulsado de un reality, una competencia de baile en la que era considerado favorito para ganar ”, recordó Van Der Beek junto a la imagen.

Y continuó su relato: “Entonces, en el último minuto, alquilamos una casa rodante y nos dirigimos al norte. No teníamos un plan real, íbamos decidiendo qué hacer día a día. Una noche llegamos a un pequeño y pintoresco parque de casas rodantes que había reservado unas horas antes y nos despertamos junto a este río”.

“ Así comenzó el proceso, no necesariamente de curación, sino de estar presente. Presente en el dolor. Presente en la belleza que nos rodeaba. Y presente en la aceptación de estar en un proceso que no entendía ”, explicó. “Dos años y medio más tarde, después de otra pérdida de embarazo tardía, después de que ese proyecto se desvaneció por completo, después de que nos mudamos a un nuevo estado y obtuvimos nuestra propia casa rodante, volvimos al mismo lugar. Con un nuevo bebé”, continuó.

“Reflexionando sobre ese primer viaje, estoy asombrado por lo mucho que no sabía acerca del camino hacia donde estoy ahora... Y sobre la paz que pude sentir en medio de esa oscuridad”, indicó. Y, dirigiéndose a sus seguidores, expresó: “Sea lo que sea que estés pasando, si no podés ver la luz al final del túnel, o incluso no sabés dónde buscarla, te invito a no subestimar el poder de un pequeño cambio de ambiente... Es hora de sentarse exactamente donde estás. La curación viene a su propio ritmo. Estar presente podría ser el único requisito previo”, finalizó.

Van Der Beek, que junto a su esposa Kimberly es padre de cinco niños -Olivia de 11 años, Joshua de 9, Annabel de 8, Emilia de 6, Gwendolyn de 4 y Jeremiah de 9 meses-, también compartió una reflexión sobre la paternidad en su cuenta de Instagram, con motivo del último Día del Padre. “ Ninguno de nosotros somos padres perfectos. Ninguno de nosotros fue criado por padres perfectos. Porque nadie nació perfecto ”, comienza expresando en aquel mensaje.

Y continúa: “Siento que lo mejor que podemos hacer es estar presentes, tan completa y consistentemente como podamos... Y tener el coraje de afrontar con un corazón abierto aquello que hemos entendido mal, los pasos que damos en falso o identificar, simplemente, cuando hemos perdido una oportunidad de conexión. Entonces, le habremos dado a nuestros hijos el ejemplo de emprender un proceso de crecimiento que, seguramente, les permitirá evolucionar con paciencia, amor propio y capacidad de perdonar. Porque, por mucho que los amemos, ellos tampoco irán perfectos por la vida”.