Javier Bátiz desafía a la adversidad

CIUDAD DE MÉXICO, junio 4 (EL UNIVERSAL).- La vida de un rockero va tan rápido, que parece que el tiempo no lo alcanza, así pensaba Javier Bátiz, el músico tijuanense conocido como el padre del rock mexicano, quien en meses pasados, aún con 79 años, planeaba su nuevo disco Porque quiero y porque puedo.

No contaba con que, contrario a ese dicho, el tiempo lo alcanzaría y a su puerta llegaría la factura de años vertiginosos, justo antes de que cumpliera 80.

"A estas alturas lo que más me sorprende es estar vivo", bromea por teléfono desde Tijuana, en entrevista con EL UNIVERSAL.

Bátiz está postrado en una cama. No puede caminar, una neumonía y altos niveles de glucosa en la sangre complicaron su salud en marzo, pero se sometió a una cirugía y ahora se mantiene optimista. Bajo estas circunstancias es como recibió aeste 3 de junio su cumpleaños número 80.

"Mi prioridad ahora es salir de esto mano, afortunadamente tengo unos doctores que son una maravilla, y que me han ayudado mucho. Confío en ellos y estoy seguro de que en dos meses vuelvo a caminar", cuenta el guitarrista optimista, quien, según se dio a conocer a mediados de mayo en su perfil de Instagram, comenzó su tratamiento contra el cáncer.

Larga vida al rock

El rockero que fuese mentor del guitarrista Carlos Santana de pronto no escucha las preguntas, pero no pierde el sentido del humor.

"No hay otra forma de salir de esto que mantenerse alegre, ver a los amigos, platicar, celebrar, hacer música, seguir tocando. Eso es lo que quiero, eso es lo que me ha mantenido bien durante tantos años, la guitarra, sólo quiero salir de esto para tocar", asegura.

Sin embargo, ahora que descansa y se mantiene en recuperación, no se pelea con las circunstancias, acepta su presente, y agradece por lo que tiene.

"A estas alturas ya no me puedo pelear con la vida, al contrario, le agradezco que me siga hablando, que me siga tomando en cuenta. Le agradezco a Dios que sigue conmigo que me permite seguir".

Aún a sus 80 años, Bátiz sigue aprendiendo, ahora le toca hacerlo desde su cama, pero eso no impidió que el 30 de mayo publicara su nuevo disco.

"Con este disco quiero demostrar que puedo hacer todavía lo que quiero, y lo que más quiero en esta vida es la música, tocar y cantar, y qué mejor que hacerlo versionando los temas con los que crecí".

Ahora después de su emergencia ya en casa disfruta de esas canciones que grabó como "En el último trago", de José Alfredo Jiménez, y "Flor de capomo", de los Cadetes de Linares.

Pero además de la nueva música que no lanzaba desde 2016, agradece más que nunca estar junto a su familia.

"Lo más importante es eso ahora, estar con mi mujer, con la familia, así celebro, es lo que me encanta ahora. A lo mejor los amigos ya no tanto, pero sí estar cerca de la familia y sobre todo en mi tierra, en Tijuana", dice Bátiz.

Así, a ritmo de canción ranchera, lento, sereno, sale adelante de su padecimiento y cirugía, esperando en dos meses volver a rockear, actividad que no abandona por más que avance la vida.