Jesulín y María José Campanario celebran 22 años de casados: recordamos su boda
El 27 de julio del año 2002, empezó un nuevo capítulo en la vida de Jesulín de Ubrique y María José Campanario. Después de quince meses de noviazgo, la pareja tomó la decisión de pasar por el altar en la capilla de San Francisco de Paula, en la hacienda Benazuza, ubicada en la sevillana localidad de Sanlúcar la Mayor. Con motivo de sus veintidós años de casados, repasamos uno de los días más importantes en la vida del torero y la odontóloga a través de las páginas de ¡HOLA!
El 27 de julio de 2002, la pareja se daba el 'sí, quiero' en la capilla de San Francisco de Paula, en la hacienda Benazuza, ubicada en la sevillana localidad de Sanlúcar la Mayor
“María José, de esta cara no te vas a olvidar”
Aunque nadie parecía apostar demasiado por su historia de amor, Jesulín y María José Campanario tomaron la mejor decisión, pues a día de hoy su historia sigue escribiendo páginas, a pesar que de que el camino no fue fácil y estuvo lleno de obstáculos. La pareja afianzó su romance en uno de los peores momentos de la vida del torero -recordemos que sufrió un accidente de tráfico que casi le cuesta la vida-.
"Me dieron por muerto", reconoció durante una entrevista con Bertín Osborne. Y por aquel entonces, María José ya había llegado a su vida, y prácticamente a la de toda España, pues rápidamente se convirtió en uno de los personajes más seguidos por los medios de comunicación. Apenas un mes después de salir del hospital, Jesús y María José se comprometieron.
Siete meses antes del accidente, la pareja ya había iniciado su relación. Existe incluso una fecha concreta para el día en que se conocieron, el 24 de enero de 2001. “Él estaba en una mesa con su madre, algunos familiares y amigos, que fueron los que nos presentaron. Después, nos invitó a tomar café en la finca”, explicó María José a ¡HOLA!
“La invité a tomar un café con unas amigas a mi casa, al campo y, antes de irse, busqué, encuadré el momento en que la vi sola. Y, sobre la barra, una barrita de bar que tengo allí, en el campo, le dije: “María José, de esta cara no te vas a olvidar”. No sé si eso es un piropo…”, contaba entre risas.
Después de su recuperación, llegó la boda. Fieles a la tradición, Carmen Bazán ejerció de madrina y el padre de la novia fue el padrino. Los invitados llegaron media antes de lo previsto, entre los cuales solo se encontraba un torero: Francisco Rivera. También asistieron los campeones de motociclismo Álex Crivillé y Sete Gibernau.
Francisco Rivera Ordóñez, el único torero que acudió a la boda, y lo hizo junto a su apoderado, José Luis Segura. También asistieron los campeones de motociclismo Álex Crivillé y Sete Gibernau
Un vestido sencillo
La novia llegó media hora tarde, con un impresionante vestido del diseñador Antonio Ardón, modisto de cabecera de Rocío Jurado. El traje escogido para la ocasión fue muy sencillo, con escote redondo y falda con silueta ‘A’ modificada. Estaba confeccionado en raso de seda natural color marfil. Los detalles más especiales fueron las mangas, con los puños decorados con encaje de chantilly, y la mantilla (en seda natural de encaje) que ya llevó su madre, Remedio Torres, el día de su boda. Un bonito gesto en el que se evidenció la gran relación de complicidad entre madre e hija.
El novio optó por un chaqué con chaleco y corbata en crema. Por otro lado, contó que su hija Andrea -fruto de su relación con Belén Esteban- había estado presente en la ceremonia y había tenido un papel protagonista llevando los anillos, pero en las páginas de nuestra revista no se veía una sola imagen de ella. “No he querido que salga en la foto para evitar especulaciones”, declaraba el padre.