Joaquín y Marie de Dinamarca hablan de su nueva vida y recuerdan la agria polémica por los títulos de sus hijos
La historia no deja mostrar cuán difícil es ser el hermano del príncipe heredero. Que se lo digan a Harry, a Marta Luisa de Noruega o a Joaquín de Dinamarca que siempre ha parecido estar buscando su sitio sin encontrarlo realmente. Ahora junto a su esposa Marie ha comenzado una nueva vida hace siete meses en Washington, después de vivir durante cuatro años en París. Al otro lado del charco, disfrutan de un anonimato del que solo salen cuando, voluntariamente, sacan sus títulos a relucir cuando quieren dar visibilidad a alguna causa en la que estén implicados. En absoluto reniegan de su estatus y, aunque aseguran haber pasado página, aún escuece la decisión de la reina Margarita de despojar de sus títulos de príncipe a los hijos de la pareja. Sobre todo ello reflexionan mientras se adaptan al último giro que han dado a su vida.
Joaquín y Marie de Dinamarca y el eterno conflicto del hermano del heredero
"Muy poca gente sabe quienes somos, aparte de que somos daneses", ha dicho el hermano de Federico X en una entrevista con el Washington Post. En la capital norteamericana ejerce labores diplomáticas con la misión de abrir camino a la industria de defensa de Dinamarca en Estados Unidos. Es General de Brigada y ya desempeñó el mismo trabajo en París, pero antes su carrera profesional dio más de un bandazo. Estudió economía agraria y orientó sus estudios a la administración agrícola, por lo que con frecuencia ha recibido el sobrenombre de “príncipe agricultor”, un trabajo que desempeñaba desde Møgeltønder, en Dinamarca. Era su verdadera vocación ya que desde los años años soñaba con ser un "caballero granjero", aunque al final, bromea Joaquín, resultó ser mejor como caballero.
Aunque siempre buscó su sitio fuera de palacio, también quería encajar dentro, y eso nunca es tarea fácil. Cuando Marie decidió unir su vida a la de un príncipe siempre tuvo claro que, aunque no estuviera en principio llamado a reinar, se casaba también con un país y con una casa real. Asegura que se puso demasiada presión a sí misma. Quería hablar danés a la perfección y hacer que la gente estuviera orgullosa de la nueva Princesa. Sin embargo, asegura que al final no fue tan difícil como pensaba ya que Dinamarca resultó ser un país extremadamente respetuoso en el que, dice, es muy fácil vivir.
No es un secreto que no todo fue tan fácil desde que se convirtió en princesa. La prensa danesa comenzó a hablar de supuestas tensiones de la pareja con su hermano, el príncipe Federico, y su esposa, pero fue la propia Marie la que pronunció las palabras más reveladoras después de que se mudaran a París. "No siempre somos nosotros los que decidimos. Creo que es importante saberlo", dijo la esposa del príncipe Joaquín en una entrevista a un medio danés en 2020. Mientras los herederos al trono tienen su destino escrito, los segundos a menudo se mueven en un equilibrio entre forjar una carrera independiente y el servicio a la corona, que a menudo supone aceptar decisiones indeseadas, como aquella que hizo resurgir las rencillas familiares en 2022.
La reina Margarita le ahorró a su hijo Federico tomar una medida complicada. Un año y medio ante de abdicar retiró los títulos de príncipe a los hijos de Joaquín -Nicolás y Félix, nacidos de su matrimonio con la condesa Alexandra, y los que tuvo junto a la pricesa Marie, Athenea y Enrik-. Dos años después, el hijo menor de la antigua monarca asegura que han pasado página. Aún así, su esposa insiste en que lo que les dolió fue la forma en la que se hizo. Sabe que es una cuestión delicada porque fuera de los círculos de la realeza es difícil de entender que esta cuestión sea tan crucial para quien, además, se labra su camino al margen de la familia real. Admite que es complicado, pero lo intena explicar: "Es también su nombre. Es su identidad desde que nacieron, así que es más que lo que la gente ve como un título".