John Stamos: adicciones, paternidad después de los 50 y la actriz que fue incondicional en su rehabilitación
A pesar de su amplio currículum en el medio, siempre será el “tío Jesse” de Tres por tres. Es que su inconfundible melena, su look roquero y su rebeldía hicieron de este personaje -que se tuvo que encargar junto a su cuñado viudo de criar a sus sobrinas- uno de los pilares fundamentales de esta sitcom que fue furor en los ‘80.
A lo largo de las ocho temporadas de la serie, John Stamos no solo se ganó un lugar dentro de la industria, sino que se convirtió en el sex symbol de la época, conquistando el corazón de millones de espectadores. Y si bien los proyectos que le siguieron a este éxito nunca lograron superar la popularidad que le dio esta comedia, el actor siempre se mantuvo vigente con títulos como ER Emergencias, Grandfathered o You, donde demostró que también podía interpretar papeles más serios.
Ahora bien, hasta hace poco tiempo este artista -que también se destaca por haber construido un camino en la música (es común verlo tocar en las giras de The Beach Boys)- no solo era noticia por sus trabajos, sino que su vida de excesos y adicciones lo llevaron a ocupar un espacio en los medios en más de una oportunidad. Hoy, a sus 58 años, esos malos hábitos parecen haber quedado atrás. Su paternidad después de los cincuenta y la ayuda incondicional de Jodie Sweetin (su sobrina ficticia en la serie que lo llevó al estrellato) fueron clave en su historia de superación.
El tío más sexy
Nacido el 19 de agosto de 1963 en Cypress, California, John Phillip Stamos comenzó su carrera en la serie General Hospital en 1982. Su papel de Blackie Parrish (un adolescente con problemas) le abrió las puertas de la televisión estadounidense, consagrándolo como una de las jóvenes promesas de la pantalla. “Sin General Hospital no estaría acá. Aprendí mucha disciplina”, recordó el actor que tiempo después deslumbró como bailarín en la ficción Dreams.
Si bien gracias a estos papeles, Stamos logró escalar varias posiciones, su carrera dio un vuelco inesperado cuando le tocó interpretar a Jesse Katsopolis en la serie Tres por tres. Esta ficción -que se emitió desde 1987 hasta 1995- narraba la vida de una familia en la que un padre viudo intentaba criar a sus tres hijas con la ayuda de su mejor amigo y su cuñado. Y ahí estaba él, el divertido y rebelde tío Jesse que marcó la infancia y adolescencia de toda una generación con sus andanzas y “enseñanzas”. “Creo que fue una de esas cosas mágicas. No hay muchos programas de los que después de 30 años la gente todavía hable”, confesó aún sorprendido por la repercusión que sigue teniendo al día de hoy esta producción.
A pesar de que la actuación siempre fue el motor principal de su carrera, Stamos reconoce que la música es su otra gran pasión. De hecho, a lo largo de los años supo construir un camino en Broadway, apareciendo en musicales como Cabaret, Nine y Bye, Bye Birdie. A su vez, cada vez que pudo se involucró en la banda de sonido de las ficciones en las que actuó y desde 1985 ha participado activamente en algunos discos de la banda The Beach Boys. No es extraño verlo en las giras de este grupo tocando la batería o algún otro instrumento de percusión como la guitarra o el teclado.
Sus años más oscuros
Mientras que a nivel profesional Stamos intentaba mantenerse en la cima, su vida privada se encontraba en una continua pendiente resbaladiza por culpa de las drogas y el alcohol. En 2007, el actor acaparó los titulares por su extraño comportamiento en un talk show australiano, en el que claramente se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia. Hecho que volvió a repetirse tres años después cuando se enfrentó a una demanda por haber actuado de manera inapropiada con una menor de edad en 2004. ”La prensa me criticó mucho. Me sentí horrible. Son como 25 años de buen comportamiento y un error. Tengo que mantenerme bajo control. Eso es parte del crecimiento”, reflexionaba entonces en una entrevista con la revista People.
“Durante los últimos diez años, mi padre Bill falleció, me divorcié... Fui por el camino equivocado. Me perdí, perdí mi sentido de la disciplina, que mi padre me enseñó muy bien. Cada vez más, me estaba sumergiendo en ese lugar oscuro”, señaló quien estuvo casado con la modelo Rebecca Romijn desde 1998 hasta 2004.
En un camino lleno de altibajos, sus adicciones se incrementaron con la muerte de su madre Loretta, quien en 2014 falleció de cáncer. “Obviamente me dolió la pérdida de mi madre, me descarrilé con los años, nunca lo superé. Una parte de mí se había ido y fue una gran parte de mi propósito durante muchos años, estar allí para ella y ser un buen hijo”, reconoció mientras advertía que siempre había podido dejar de beber cuando necesitaba trabajar. Pero las cosas llegaron a un punto crítico cuando en junio de 2015 Stamos fue arrestado en Beverly Hills por conducir bajo los efectos de estupefacientes. Tras ser sentenciado a tres años de libertad condicional y obligado a asistir a Alcohólicos Anónimos, el actor decidió ingresar de forma voluntaria en un centro de rehabilitación para desintoxicarse. “El alcohol simplemente deterioraba mi vida, quien era yo, mi moral y mis valores”, señalo tiempo después.
Sin embargo, el artista necesitó mucho más que tratamientos y clínicas de rehabilitación para recuperarse. La figura de Jodie Sweetin, su compañera de reparto en Tres por tres, fue clave para que John Stamos recuperara su sobriedad. “Toqué fondo. Jodie me permitió amorosamente caminar mi propio camino y cuando finalmente me humillé para pedirle ayuda, me di cuenta de que la pequeña y alegre charlatana se había convertido en un maestro de la sabiduría y estaba a mi lado durante algunos de los días más difíciles de mi vida”, aseguró en Variety.
Nada mejor que su sobrina ficticia para ayudarlo y entender su calvario, ya que tiempo atrás Sweetin había vivido el mismo infierno que relató con lujo de detalles en su autobiografía Unsweetined publicada en 2009. “Su sobriedad es inspiradora por decir lo menos. Felicidades a Jodie por este premio que reconoce su viaje extraordinario. Le das esperanza a mucha gente”, publicó el actor en su perfil de Instagram cuando la actriz fue premiada con el Writers in Treatment’s Experience, Strength and Hope Award por su labor en la recuperación de adictos.
Afortunadamente, desde hace un tiempo el alcohol y los antidepresivos ya no forman parte de su vida. “Estoy feliz de estar totalmente recuperado, ya no tomo nada. Mi memoria se estaba resintiendo y ya me estaba resultando difícil memorizar secuencias, los nombres de las cosas o los lugares. Fue muy duro”, expresó después de tocar fondo.
La paternidad: una nueva oportunidad
Si bien a lo largo de su carrera hizo de todo, siempre hubo un rol que le calzó a la perfección: el de eterno seductor al cual era imposible conquistar. Al parecer, la pantalla era un reflejo de su vida personal. Después de su primer matrimonio con la modelo de Victoria’s Secret, Rebecca Romijn (con quien estuvo casado durante seis años), Stamos entraba y salía de las relaciones como por arte de magia. “Piensan que vivo saliendo, que tengo una gran vida, mujeres y esas cosas, pero en realidad soy como el resto: inseguro y, a veces, me siento solo”, confesó en 2015 intentando desmitificar la imagen que todos teníamos de él.
Lo cierto es que el actor pudo mostrar su verdadera sensibilidad cuando las adicciones salieron de su vida y una nueva mujer entró en ella: la modelo Caitlin McHugh, con quien se casó en 2018 y junto a la cual se convirtió en padre por primera vez a los 54 años. “A partir de ahora, la mejor parte de mí siempre será mi esposa y mi hijo. Bienvenido Billy Stamos”, expresó en su cuenta de Instagram presentando al pequeño que heredó el nombre de su abuelo.
Sin embargo, durante las primeras semanas su felicidad se vio empañada, ya que el pequeño Billy había nacido seis semanas antes de lo previsto y la pareja tuvo que atravesar varios momentos de preocupación. “Era muy pequeño, frágil y diminuto. Cada vez que se quedaba dormido pensábamos: ‘Dios mío por favor, que se despierte’. Tratábamos de comprobar todo el rato que respiraba”, confesó en una entrevista con People.
Si bien la paternidad le llegó después de los 50, Stamos sostiene que siempre supo que iba a tener un hijo. “Esperé mucho tiempo para tener un hijo. Solo tenía que encontrarme con la persona adecuada para hacerlo y enderezar mi vida, pero siempre tuve la intención de ser padre”, advirtió dando a entender que por culpa de sus adicciones no había podido estrenar este título antes.
Y parece que tenía razón porque en los seis años que se mantuvo sobrio, Stamos ha logrado exactamente la vida que pensó que se había perdido. “No puedo expresar con palabras la magnitud del amor que siento por este pequeño. Feliz cumpleaños hijo. Solo Dios sabe lo que sería sin ti”, expresó en el cumpleaños de un año de su hijo.
La vida después del éxito
Con una prolífica carrera en la industria, Stamos siempre se mantuvo vigente. Si bien no todos sus proyectos gozaron del éxito o la popularidad que le dio la sitcom familiar de los ‘80, el actor participó de varios títulos memorables como ER Emergencias, Grandfathered, Glee, Scream queens y You. De hecho, varias de estas ficciones le sirvieron para demostrar que también podía ponerse serio.
Sin embargo, tres décadas después el actor se volvió a encontrar con el personaje que marcó un antes y un después en su vida y lo llevó al estrellato. El apuesto tío Jesse regresó, aunque con unos cuantos años más, en el spin off que Netflix produjo en 2016. En este intento por repetir los números de la serie original (aunque sin lograrlo del todo), las aventuras de los Tanner continúan con D.J compartiendo la casa con su hermana Stephanie y su amiga Kimmy, que la ayudan a criar a sus tres hijos. “Cada vez que me quejo de Full House mi agente dice: ‘¡Lo trajiste de vuelta! ¡Es tu culpa!’”, bromea quién también ofició como productor en esta nueva apuesta que duró cinco temporadas.
Hoy, a sus 58 años, John Stamos vive una segunda juventud gracias a Big Shot: Entrenador de élite, una producción de Disney en la que interpreta a Marvyn Korn, un aclamado entrenador de básquetbol que es despedido por su temperamento y se ve obligado a aceptar un trabajo como profesor y entrenador en una escuela secundaria exclusiva para mujeres. “Cuando me llegó la propuesta mi corazón se detuvo porque soy bastante inepto cuando se trata de deportes e incluso cuando veo deportes”, señaló, quien luego vio un gran desafió en este papel. “Era la oportunidad de interpretar a un personaje adulto así que le dije al director: ‘Si me ves haciendo alguno de los trucos que he usado a lo largo de los años, deteneme, por favor’”, reconoció el actor.