Juan Pablo Busilachi, el jugador más conciliador de Survivor que cometió un error fatal a un paso de la final: “Pensé que me era fiel y me equivoqué”
Juan Pablo Busilachi es el vigésimo eliminado de Survivor Expedición Robinson, el reality extremo de Telefe que en pocos días consagrará a su ganador. Era uno de los posibles candidatos a llegar a la final con una buena estrategia de juego social; sin embargo, otra vez una traición lo dejó afuera.
En diálogo con LA NACIÓN, Busilachi cuenta su experiencia, dice que sufrió mucho el hambre y bajó 13 kilos, y revela por qué le cambió la vida.
-¿Esperabas quedar fuera de juego casi llegando a la final?
-Con la unificación pensé que me iba a ir primero. No tenía muchas expectativas. Después cambió el juego y creí que iba a ser uno de los cuatro finalistas. Desde adentro no ves muchas cosas y pensé que Eugenia me era completamente fiel. Me equivoqué . De Martina sí esperaba que cambie de bando. Es difícil no saber si estás en mayoría o minoría, el tema de las traiciones te juega en contra y lo psicológico a veces es más fuerte que no poder comer o dormir. Sonás con todo eso.
-A esta altura, ¿todavía hay traiciones inesperadas?
-No puedo decir que me sentí traicionado. Solamente hubiera pensado en esa palabra si lo hacían Malena o Agustín, a quienes sentía amigos. De todas maneras, no lo esperaba porque Eugenia no quiere nada a Aixa y no pensé que se aliaran. Fue una jugada inteligente y sorpresiva . No la vi venir.
-¿Tu estrategia fue pasar desapercibido?
-En la unificación la prioridad era sacar a la gente más fuerte que ganaba muchos juegos. Pero al principio pensé que podía llegar lejos sin ganar ningún juego porque iban a pensar que no era una persona fuerte ni una amenaza. Con el pasar de los días la cabeza te juega en contra y entendés que en algún momento tenés que ganar. Antes sí fue una buena estrategia no ganar porque muchos jugadores fuertes quedaron afuera.
-Entendiste que tu fuerte era el juego social y te llevabas bien con todos…
-Es algo que me sale natural, tengo facilidad para llevarme bien con la gente, no me enojo y eso ayuda un montón. Trato de que la convivencia sea lo mejor posible, más allá de si me conviene o no. Baltazar era bastante insoportable, pero yo quería integrarlo. No me gustan las peleas constantes, ni los alborotos. Y por eso me querían bastante .
-Sos conciliador... ¿Es por tu profesión de abogado?
-Ejercí poco porque me dediqué más a mi local de zapatos en Hurlingham. Y hace un año hacemos algunas cosas con mi hermana, que también es abogada.
-Cuando entraste al reality tenías una novia, ¿sigue la relación?
-Antes de entrar al reality estaba conviviendo desde hacía un tiempito con mi novia. No le gustó que quedara seleccionado, pero me apoyó. Antes de irme tuvimos una charla y me preguntó si prefería irme soltero. La realidad es que yo estaba super enamorado y le dije que no. Después pasó lo que pasó con Malena. Fue una experiencia muy fuerte, algunas cosas te atraviesan y cuando salí, todo me costó mucho.
-Entonces no seguís en pareja…
-No, cortamos. Con Malena no estamos juntos tampoco . Fue difícil conectar otra vez con mi vida cotidiana, en todos los sentidos. Pensaba en Malena, en la isla, en lo que había vivido, y también buscaba comida en los tachos de basura. Es complicado que te motiven las mismas cosas que te motivaban antes, y solamente querés hablar con la gente que vivió lo mismo que vos. Quedás un poco preso de esa experiencia y muy sensible. Fue duro.
-Esos meses de tantas carencias dejaron una huella…
-Te das cuenta de que lo único más importante, además de la salud, es la comida. Porque si no comés no tenés energía, no querés hacer nada, estás fastidioso. Tampoco tenés libido. Soy una persona super positiva, pero había momentos en que no podía salir de la negatividad . Ahora que estoy afuera puedo hacer un balance super positivo, en cambio durante la experiencia en muchos momentos era negativo porque era muy duro. Desde afuera lo valoro mucho lo que viví porque pocas personas tiene la oportunidad de pasar por eso.
-¿Qué fue lo que más sufriste?
- El hambre y estar constantemente mojado. Esas dos cosas son las peores de todas. Sabía que iba a padecer el hambre, pero fue más de lo que pensaba.
-¿Llegaste a acostumbrarte a no comer?
-A los quince días cambió bastante. Las primeras dos semanas son tremendas y después te acostumbrás, quizá es algo fisiológico. Seguís pasando hambre, pero podés vivir. Bajé 13 kilos y era un esqueleto caminando. Comíamos coco, mango verde, algo de plátanos y cangrejos que eran bastante feos, pero en ese momento eran lo mejor. Y lo que más disfruté fue la desconexión del celular y la tecnología. Estuve 53 días sin el celular y no lo extrañé ni una sola vez . Se puede estar bien sin conectarse constantemente.
-¿Qué te motivó a anotarte?
-No suelo consumir mucha tele y un amigo que es muy fan de los realities vio la publicidad de Survivor y se le ocurrió que me podía ir bien, y tenía razón. Después lo puteé bastante porque pensé que nos iban a dar algo más de comer (risas). Fue una experiencia más extrema de lo que pensaba.