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La princesa Kalina: de su vida en palacio a la Antártida con su marido explorador

La vida de Kalina de Bulgaria bien podría ser la de la protagonista de una historia de aventuras. Pese a ser hija del rey Simeón de Bulgaria, la princesa siempre ha querido 'vivir a su aire' y ha roto moldes en la realeza europea. Aventurera, artista, con un toque bohemio, la princesa Kalina de Sajonia-Coburgo-Gotha reside hoy en Sofía, capital de ese reino que del que su padre fue obligado a alejarse cuando tan solo era un niño, en 1946 y poco después de haber accedido al trono cuando tenía seis años.

La princesa Kalina de Bulgaria siempre ha destacado por su estilo rupturista y atrevido.  (Photo by Carlos R. Alvarez/WireImage)
La princesa Kalina de Bulgaria siempre ha destacado por su estilo rupturista y atrevido. (Photo by Carlos R. Alvarez/WireImage)

Quizás ese exilio tras la abolición de la monarquía que vivió su propio padre, hizo que Kalina haya querido vivir en países muy distintos y en formas que poco o nada tienen que ver con lo que se esperaría de una princesa tradicionalmente hablando. El rey Simeón salió de su tierra con su madre, la reina Juana, y su hermana María Luisa y se instalaron primero a Alejandría, en Egipto, para luego estudiar en el Victoria College junto al también príncipe exiliado Leka de Albania y el futuro Huséin I de Jordania. En julio de 1951, el dictador Francisco Franco ofreció asilo a la familia real búlgara y llegaron a Barcelona el 20 de julio, para posteriormente pasar dos meses en un hotel en San Lorenzo de El Escorial hasta su mudanza definitiva a Madrid.

La princesa Kalina, a la que muchos conocen como la 'extraña princesa', es la pequeña de los cinco hijos que tuvieron Simeón y Margarita Gómez Acebo. Fue la única hija de los reyes y sus hermanos Kardam, Kyril, Kubrat y Konstantin han protagonizado muchas páginas del papel couché por sus bodas y vidas de lujo. Tanto Kalina como sus hermanos se criaron en España pero Bulgaria siempre ha estado en el corazón de la princesa. Fue educada en el prestigioso colegio Liceo Francés y pudo ver la felicidad de su padre cuando en 1998 le fue permitido regresar a su querido país, aunque no como monarca. Kalina vivió emocionada desde los ojos de una niña el poder alojarse en una residencia real en Sofía aunque luego regresó a Madrid. Sus padres se quedaron en la capital búlgara, pero ella tomó las riendas de su propio destino.

Kalina y Kitín Muñoz se casaron en 2002 en Bulgaria. (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)
Kalina y Kitín Muñoz se casaron en 2002 en Bulgaria. (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)

Viajes por el mundo con Kitín Muñoz

Sin duda, el primer gran paso que dio Kalina, que es también condesa de Murany, en su vida fue casarse con Antonio José Muñoz, más conocido como Kitín Muñoz, en el año 2002. Una princesa y un explorador se daban el 'sí, quiero' en el Monasterio de Rila, en Bulgaria, en una ceremonia católica y ortodoxa. Kitín es su gran amor y con el que comparte más de 20 años después su vida como aventurero, navegante y explorador científico. Él es un defensor de los derechos de los aborígenes en todo el mundo y ha intentado cruzar el Pacífico tres veces, dos de las cuales fracasó. Algo parecido le sucedió al intentar cruzar en balsa el Atlántico, cuando trató de demostrar que los antiguos marineros podrían haberlo cruzado antes que los españoles en el siglo XV. En 1988 consiguió cruzar el océano Pacífico desde Perú a las islas Marquesas en 72 días tripulando su propia balsa. Además, Kitin es un antiguo miembro de élite del Ejército Español, embajador de buena voluntad de la UNESCO y cónsul honorífico de Marruecos.

Kalina siempre ha apoyado a su marido en todas y cada una de sus aventuras y ha recorrido el mundo a su lado con sus estilismos bohemios, su pelo rapado en algunas ocasiones o con unas rastas de lo más atrevidas en otras. Rupturista y moderna como pocas, dio a luz a su único hijo, Simeón Hassan, en 2007 en un hospital de Sofía. Los padrinos del pequeño fueron la princesa Irene, hermana de la reina doña Sofía, y Mohamed VI, el rey de Marruecos, con el que Kalina tiene una gran amistad desde que era tan solo una niña, ya que su padre y el padre de Mohamed, Hassan, eran muy amigos. De hecho, el nombre del hijo de Kalina y Kitín es en homenaje al antiguo rey de Marruecos.

Kalina ha querido romper moldes desde que era muy joven y no solo lo ha demostrado con su estilo nada conservador. Tras el nacimiento de su hijo, la familia quiso cambiar de rumbo y lo hicieron instalándose en Rabat, en Marruecos. Allí vivieron en un palacio muy cercano a la residencia de Mohamed VI con el que hoy siguen manteniendo una estupenda relación. De Marruecos Kalina amaba el desierto aunque echaba de menos el verde de Bulgaria. La princesa búlgara es jinete profesional y en Marruecos tuvo oportunidad de montar a algunos de los mejores ejemplares equinos del planeta y de participar en campeonatos nacionales e internacionales por todo el país. Durante un tiempo, el matrimonio incluso convivió con las tribus saharauis gracias al Moussem de Tan Tan, el festival de 35 tribus del Sahara rescatado por Kitin como Embajador de la Unesco, y que fue posible gracias al rey Mohamed VI. "En su día propuse al rey que la Tbourida, una exhibición tradicional de caballería donde los guerreros jinetes disparan a la vez el fusil, fuese propuesto como candidatura a Patrimonio de la Humanidad y así se hizo", explicaba en una entrevista en Mujer Hoy.

Kalina de Bulgaria y el príncipe Moulay Rachid en Marruecos en 2005. (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)
Kalina de Bulgaria y el príncipe Moulay Rachid en Marruecos en 2005. (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)

Obras de arte con 'huesos'

Esa pasión por la aventura y por África también inspiraron a Kalina como artista. "Paso muchas horas en el bosque, paseando a caballo y con mis perros. Como me interesa el arte, cuando vi los huesos en el suelo del bosque de Dar es-Salam, en Rabat, enseguida vi una oportunidad en sus formas y los coloqué en las plantas de mi jardín integrándolos en la decoración", explicaba en ¡HOLA! Pero en su caso no solo siente fascinación por los huesos. "También he recogido troncos de árboles caídos en los bosques de nuestra casa de Borovest, en Bulgaria; raíces con formas peculiares que me llaman la atención; piedras con formas de corazón; corales y fósiles del desierto del Sahara", contaba y añadía que había convertido su casa en un pequeño museo de arte.

La inspiración y esos viajes por el mundo han hecho a Kalina una gran artista que ha recibido ofertas para exponer sus obras en muchos países. "No solo trabajo con huesos en particular, sino con todas las formas artísticas en general, incluso las telas, los complementos y las fragancias. He hecho cientos de fotos de momentos especiales o en los que capturo un instante, una postura, un atuendo, un estado de ánimo… También me gustan los autorretratos. Mucho antes de que salieran los populares selfies, yo ya tenía muchos autorretratos hechos con Polaroid y cámaras de fotos convencionales", contaba en la citada publicación dejando claro que es una adelantada a su tiempo.

La princesa Kalina en una conferencia de su marido en Madrid en 2018. (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)
La princesa Kalina en una conferencia de su marido en Madrid en 2018. (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)

Su cambio físico más comentado

En 2018 se habló en algunos medios del cambio físico que había sufrido la princesa en su nariz, algo que su marido quiso zanjar "de una vez por todas" en ¡Hola! afirmando que había sido un accidente. "Cuando tenía ocho años, en el colegio se partió las dos paletas de los dientes. En el 1999, estudiando arte en Londres, fue a un dentista para ponerse fundas con la mala suerte de que el dentista perforó demasiado la base del hueso. Esto le causó serios problemas, una infección y una nueva intervención. Durante mi expedición en el año 2000, estando en mi campamento recién llegada de Londres, se le reprodujo la infección. Nadie le dio importancia, pues al principio parecía un pequeño problema. Pasaron días a pesar de tener dolores y molestias, los combatió, con antibiótico y anti doloroso", explicó.

"En esos días comenzó la expedición y nos fuimos al mar, ella iba en un barco de apoyo. La imposibilidad de ir a un hospital y las condiciones en el mar provocaron que la infección avanzara y se agravara, afectando a parte del ojo. Tuvimos que evacuarla de urgencia y fue operada, también de urgencia, dando prioridad a limpiar la infección y causando daños de tipo estético, que no tenían importancia en ese momento pues lo vital era salvar el ojo y la nariz de la infección. Todas las absurdas teorías de las diferentes operaciones y tratamientos estéticos de Kalina no son otra cosa que desinformación. Estamos cansados de ver cómo se frivoliza con un tema tan serio de salud", añadió zanjando todo tipo de comentario.

Kalina de Bulgaria y Kitín Munoz en Tan Tan, Marruecos, en septiembre de 2005.  (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)
Kalina de Bulgaria y Kitín Munoz en Tan Tan, Marruecos, en septiembre de 2005. (Photo by Alain BENAINOUS/Gamma-Rapho via Getty Images)

De regreso a su hogar

A pesar de vivir en Marruecos, Kalina nunca abandonó su sueño de vivir un día en Bulgaria. Incluso solía veranear en su país de nacimiento, en la conocida como Riviera Búlgara, donde le gustaba comprar productos locales y salir a navegar con su capitán de barco particular, su marido, y con su hijo. Tras una década en Rabat, a finales de 2020 emprendían una nueva aventura. Tras un breve paso por Madrid, pusieron rumbo a Sofía, capital de Bulgaria, donde nació su hijo. Un motivo de peso para esta mudanza fue estar más cerca del rey Simón, que reside allí con su mujer, Margarita Gómez Acebo, en el palacio de Vrana. "Admiro, adoro y quiero con locura a mi padre. Entre nosotros con una mirada basta para entendernos. Mi padre es joven de espíritu y me entiende muy bien. Siempre ha sido mi gran apoyo. Cuando paseo con él por Bulgaria me siento orgullosa de ver cómo le quieren los búlgaros, cómo le respetan", decía en Mujer Hoy.

En Sofía hoy vive feliz con su marido y su hijo aunque su espíritu aventurero sigue vivo como siempre. Como amazona entrena a diario con sus caballos y además tiene un pequeño zoo en su hogar con 10 perros, dos gatos, una burra y dos caballos de salto de obstáculos. "Rescataba tortugas del bosque de Dar Salam y las cuidaba en el jardín de casa para después soltarlas de nuevo en la naturaleza. Kitin y yo estamos colaborando, uniendo nuestros esfuerzos, con la Fundación Falcao Uno Sea Proyect, que lucha contra la catástrofe que está ocurriendo con la fauna marina en el Mediterráneo", explicaba en Mujer Hoy. En Bulgaria trabaja en el museo del Palacio de Vrana, residencia de su padre y con su marido está preparando un documental para la Televisión Nacional de Bulgaria.

Hoy, la princesa más rupturista y libre de Europa sueña con ver crecer ahí a su hijo de 14 años y con seguir acompañando a su marido en cada una de las nuevas aventuras que emprende. De hecho, en breve se marcharán de expedición a la Antártida en un viaje muy especial con el que celebrarán además sus dos décadas de matrimonio.

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