Karaoke: contrastes sociales en un atípico film israelí

Karaoke (Israel, 2022). Dirección y guion: Moshe Rosenthal. Fotografía: Daniel Miller. Música: Gal Lev y Lior Perla. Edición: Dafi Farbman. Elenco: Sasson Gabay, Rita Shukrun, Lior Ashkenazi. Distribuidora: Mirada. Duración: 100 minutos. Calificación: solo apta para mayores de 16 años. Nuestra opinión: buena.

El escaso cine israelí que llega a la Argentina gira de manera casi excluyente sobre el tema de la guerra en Medio Oriente y sus consecuencias. Karaoke propone otra cosa. Es una comedia dramática llena de filosas observaciones sobre el comportamiento de ciertos sectores sociales, ambientada en un suburbio elegante de Tel Aviv. Allí viven Tova y Meir, una pareja con 46 años de matrimonio y buen pasar económico que se niega a aceptar los efectos deletéreos de una vida rutinaria y ajena a cualquier cambio. Todo se altera con la llegada de un vecino maduro, pintón, excéntrico y bastante tarambana al que le sobran dinero, contactos y, sobre todo, espíritu hedonista.

El hombre no tarda en ejercer un poder irresistible de seducción sobre la pareja y todo su entorno, despertando un aluvión de celos y reacciones instintivas. Tras caer en el hechizo, Tova y Meir toman conciencia, junto con el espectador, de las ventajas y los riesgos de un reencuentro tardío con cierto disfrute perdido y extraviado. Junto a ese impulso (y a más de un temerario coqueteo con el recién llegado) también aparecen equívocos, reproches y viejos pases de facturas.

Los momentos más atractivos coinciden con el desconcierto de la pareja frente a una nueva realidad que hace tambalear sus convicciones. Pero a veces el contraste entre un mundo y el otro resulta tan básico que Karaoke, sin perder la seriedad, se convierte en su propia parodia. Cuando todo parece naufragar, el excelente trío protagónico sale airoso al rescate de la historia.