Kiko Rivera denuncia a cinco ‘okupas’ en su casa

Algunos de vosotros recordaréis que Kiko Rivera lleva meses intentando desprenderse del ático que tiene en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. El DJ –y presunto cantante– lo puso a la venta inicialmente por 300.000 euros, 38.000 menos de lo que le costó en 2009. Pero a pesar de que ha rebajado la cifra en varias ocasiones hasta dejarlo en 250.000 euros, el muchacho no logra encontrar a nadie que se lo compre. Tampoco tiene pinta de que se vaya a librar de él a corto plazo, ya que se han instalado cinco okupas en este loft. ¡De traca!

La revista ‘Lecturas’, que es quien desvela el último drama de los Pantoja, informa que los nuevos inquilinos fueron invitados por Kiko y que ahora no hay forma de echarlos. Por otro lado, los vecinos del edificio se encuentran asustados por la presencia de estos desconocidos que hacen lo que quieren.

Sean amigos suyos o no estos okupas, el hijo de la tonadillera ya ha puesto el caso en manos de sus abogados. Eso sí, pese a las denuncias interpuestas, el DJ tampoco las tiene todas consigo para librarse de sus indeseados: su defensa ya le ha advertido que no puede echarlos así como así, por mucho que no sea la casa de estos cinco jóvenes. De hecho, este tipo de casos suelen tardar hasta dos años en resolverse y, de no seguir el procedimiento judicial, Rivera podría perder el piso y todo.

No es la primera vez que hablamos de este ático de San Sebastián de los Reyes. Hace años que saltó a los medios que Kiko debe un pastón a la comunidad del vecindario. En su momento, el pequeño del alma de Isabel Pantoja afirmó que esas deudas pertenecían al anterior propietario. El caso es que legalmente el DJ debe afrontar esa cantidad que ya supera los 8.000 euros.

La verdad es que al muchacho se le multiplican los problemas a la velocidad del sonido. Además de su batalla contra los okupas, se han publicado en varias ocasiones los problemas económicos de Kiko, las infidelidades a su embarazadísima novia y de sus peleas con Chabelita. Y todo esto con su madre enchironada en Alcalá de Guadaira sin que las autoridades terminen de darle el tercer grado.