Krapp: la última y emotiva cinta de un grupo emblema de la escena alternativa
El cierre del Festival Internacional de Buenos Aires tuvo como marco un teatro Coliseo colmado. Mientras el público ocupaba sus butacas, sobre el escenario se proyectaban imágenes de algún ensayo del grupo Krapp en el que aparecía uno de sus máximos creadores, Luis Biasotto, quien falleció el año pasado por causas del Covid-19. Réquiem. La última cinta del grupo Krapp se concretó a modo de homenaje a su figura, pero durante el espectáculo se expuso un carácter de fiesta que no hizo más que engrandecer su figura y, sobre todo, su talento creativo
La expectativa en sala era mucha. La experiencia que iba a verse había sido construida a parir de ciertas líneas de su imaginario. Y todos los miembros de la compañía hicieron su aporte para que este réquiem dejara en claro que los Krapp han dejado una fuerte huella en el panorama de la danza y el teatro de las últimas dos décadas.
Aparecieron en el panorama local con ¿No me besabas? de 2000 (trabajo del que se habló mucho en el mundillo de la danza alternativa) y ese proyecto les posibilitó una inserción inmediata en el medio que luego se amplió con el estreno de Mendiolaza. A partir de allí sus formas de trabajo, sus maneras de encarar la representación, fueron variando y aparecieron nuevos ejes de análisis que llegaron a los escenarios luego de unos procesos de investigación que los mostraban en constantes búsquedas. Sus resultados fueron marcando la labor de otros creadores de la ciudad. Biasotto no se definía como actor, tampoco como bailarín. Eso le aportaba un misterio interesante a aquello a lo que daba forma sobre un escenario.
En Réquiem, la mayoría de quienes integraron Krapp (Gabriel Almendros, Fernando Tur, Edgardo Castro, Luciana Acuña, Alejo Moguillansky, Mariana Tirantte, Matías Sendón y, Gabriela Gobbi) conforman una banda que irá construyendo y afirmando lo que sucede en escena. Es muy intensa esa construcción y muy movilizadora para los espectadores. Por momentos aparecen breves fragmentos de algunos de sus espectáculos que no hacen más que reafirmar el valor de una creación siempre en ebullición gracias a las capacidades creativas de Biasotto y de toda la compañía. Su imagen proyectada sobre una pantalla lo expone como un observador que guía y cuida ese proceso artístico que se desplegó en el Coliseo.
Durante un apartado especial se leen algunos fragmentos de críticas y comentarios aparecidos en medios periodísticos en el que se hacen señalamientos a las cualidades de algunos de sus espectáculos, marcando ciertas falencias (incluyendo, por supuesto, aquellas aparecidas en LA NACION). Lo interesante es que con esos pequeños textos provocan un juego humorístico que posee una rica teatralidad.
La muerte del cordobés Luis Biasotto provocó una fuerte conmoción en el mundo artístico argentino. Krapp, compañía que creó junto con Luciana Acuña y que compartió con destacados artistas ya no volverá a construir nuevos trabajos. La despedida tuvo un fuerte brillo y mucha grandeza.