La angustia de Brad Pitt en 'Entrevista con el vampiro' lo llevó a pedir algo impensable
'Entrevista con el vampiro' cumple su trigésimo aniversario en 2024, siendo una de las películas más exitosas de Brad Pitt, pero también de las más sufridas
Entrevista con el vampiro vuelve a estar de moda. Justo en el año que la película protagonizada por Brad Pitt y Tom Cruise cumple su trigésimo aniversario, la historia inspirada en la novela de Anne Rice está disfrutando de una segunda vida audiovisual gracias a la serie de AMC (disponible en Prime Video). Una serie que concluye su segunda temporada a finales de junio tras haber cosechado el aplauso unánime de la crítica. Sin embargo, por mucho éxito que acumule la nueva adaptación, este cuento gótico quedó por siempre grabado en el imaginario colectivo con las representaciones de Louis y Lestat que vimos en 1994.
La película fue un éxito de taquilla y demostró la versatilidad de un Tom Cruise que, hasta entonces, se había centrado en roles masculinos de corte más amable. Mientras que Brad Pitt logró sacudirse el aire de galán de turno para plantarse en Hollywood como uno de los intérpretes más prometedores de la época. Aunque, en su caso, el esfuerzo literalmente le costó su salud mental.
La angustia tras las cámaras
En Entrevista con el vampiro (1994) Tom Cruise interpretaba su primer papel de villano, un vampiro legendario, traicionero y manipulador, que convertía a Louis (Brad Pitt) en chupasangres y compañero de aventuras. Sin embargo, Louis era diferente, un vampiro tan nostálgico por la vida que terminaba convirtiendo a una niña para salvarla de la muerte segura (Kirsten Dunst) pero que termina transformándose en una vampira más sádica que sus “padres”. A ese trío se sumaba Antonio Banderas como amante latino de la noche, resultando en un coctel perfecto para adaptar la novela gótica de Anne Rice. Sin embargo, mientras los cinéfilos guardamos en el recuerdo este ejemplo de violencia vampírica romantizada como una de nuestras películas favoritas de los '90, ¿sabían que el propio Brad Pitt estaba tan deprimido que pidió desligarse del filme cuando llevaba media película filmada?
Neil Jordan dirigió esta producción tras ganar el Oscar a mejor guion por Juego de lágrimas (1992) -y cosechar otras cinco nominaciones, incluida mejor película y director-. La película llevaba varios años en desarrollo y la propia Anne Rice ya había adaptado su novela con un guion terminado. En esa primera versión, la autora había cambiado el personaje de Louis por el de una mujer para evadir la homofobia de Hollywood y así poder contar la relación de los dos vampiros sin tabúes.
Cuenta la leyenda que se consideró a Cher para el papel e incluso la cantante compuso una canción con Shirley Eikhard para la película, pero que terminó siendo rechazada cuando se decidió ser fiel a la novela y fichar a Brad Pitt. La canción era Lovers Forvever y terminó publicándose en el álbum Closer to the truth (2013) pero en versión pop.
Aquel primer guion escrito por Rice -que fue retocado por Neil Jordan- lo escribió pensando en Alain Delon en el papel de Louis y esperando que si se hacía una película, Lestat fuera interpretado por Julian Sands. Incluso sugirió que ficharan a John Malkovich, Peter Weller, Jeremy Irons o Alexander Godunov para el papel. Así que imagínense su sorpresa cuando el estudio le dio el personaje del vampiro estelar de sus novelas a Tom Cruise. Su enfado fue tal que dijo que era “el peor crimen en nombre del casting desde La hoguera de las vanidades (1990)”, como citó el periódico de Nueva Orleans, Times-Picayune (vía Nola), en 1994. Añadió que el elenco elegido era “tan bizarro que era imposible imaginar el resultado”.
Pero los ejecutivos hicieron oídos sordos a sus peticiones y se decantaron por Tom a quien le pagaron un salario abismal para la época de $15 millones (Fuente: Imdb). Pero Anne no estaba conforme y llegó a sugerir que Cruise y Brad Pitt se intercambiaran papeles. Sin embargo, cuando la escritora hizo las paces con la idea cuando vio el resultado, llamando al actor para admitir que había estado equivocada (vía Los Angeles Times).
“Me gusta creer que el Lestat de Tom será recordado de la misma manera que se recuerda el Hamlet de Olivier. Es posible que otros desempeñen el papel algún día, pero nadie olvidará jamás la versión de Tom”, dijo Anne Rice tiempo después (Esquire).
No obstante, mientras Tom se lo habría pasado en grande jugando a villano chupasangre, el que realmente lo pasó fatal fue Brad Pitt. Y es que si alguna vez se preguntaron cómo hizo para capturar tan bien la pesadumbre de la noche y la tristeza ante la nostalgia por la vida, deben saber que en parte no estaba actuando.
Si hacemos memoria, recordaremos que al tratarse de vampiros, la película transcurría en escenas nocturnas. Siempre a oscuras o luces bajas. Se rodó en la noche de San Francisco, Nueva Orleans, París y en sets construidos durante el invierno londinense. Una época en la que oscurece muy temprano en la capital inglesa. Y eso afectó muchísimo a Brad Pitt.
El actor admitió a Entertainment Weekly en 2011, diecisiete años después del rodaje, que se sintió “miserable” durante el proceso por "la maldita oscuridad".
“Lentes de contacto, maquillaje, interpreto al tipo quejoso... [...] Luego llegamos a Londres y estaba malditamente oscuro”, contó en aquella entrevista. “Londres estaba muerto en invierno. Filmábamos en Pinewood (los estudios), que es una institución antigua donde se rodaron todas las películas de James Bond. Pero donde no hay ventanas. No había sido restaurado en décadas. Iba a trabajar en la oscuridad, entraba en ese caldero, ese mausoleo, y luego salía y estaba oscuro”.
Una salida impensable
Su tristeza fue tal que un día tocó fondo y llamó al productor David Geffen para preguntarle cuánto le costaría romper el contrato tras “seis meses de maldita oscuridad”. Llevaban mucho rodado, era su primera gran oportunidad para destacar en Hollywood tras colgarse la etiqueta de sex-symbol fugaz con Thelma & Louise (1991), pero no podía más. Quiso tirar la toalla... hasta que le dijeron el precio: le iba a costar $40 millones desligarse a esa altura.
“Me quitó la ansiedad”, contó. “Me dije que tenía que sacar fuerzas y terminarlo, y eso es lo que hice”.
Al final, Brad Pitt logró terminar el proyecto aunque casi le cuesta su salud mental. Y el resultado a la vista está: una película que recibió el aplauso de la crítica y una taquilla de $224 millones tras haberse invertido $60 millones en hacerla. Tom Cruise cimentó aún más su carrera y su siguiente película fue la primera entrega de Misión Imposible, mientras Brad Pitt se hizo con el papel de Mills en Se7en, los siete pecados capitales. Pero, sobre todo, creó dos íconos vampíricos del cine que no han vuelto a repetirse.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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